Comenzó este 2013 con una actividad económica muy intensa, con una evaluación del año 2012 donde no hubo crecimiento económico, ni hubo recuperación en el 2° semestre. El único sector que creció en la economía argentina fue el financiero. Esto es una gran paradoja porqué se supone que tenemos un modelo productivista pero la industria terminó siendo negativa al igual que el agro.
Desde el punto de vista financiero se terminó de consolidar la inflación, arriba del 25 % y este escenario es el que recibió al 2013: estancamiento e inflación.
Las fichas para la recuperación económica están puestas básicamente en el sector agropecuario, sobre todo en la soja, que si bien la USDA acaba de bajarle en 1 millón de dólares las expectativas y estaría en 53-54 millones de toneladas de soja, igualmente será una buena campaña aunque quizá no tanto como se esperaba, y un valor que estará cerca de los 500 dólares y no mucho más que eso, pero en el interior permitirá mover un poco la economía.
Brasil no responde como se esperaba y los problemas internos de la Argentina van a ser cada vez más crecientes. La inflación se espera que sea cercana al 30 % y entre otras cosas, por la presión salarial muy grande y por la consolidación de un dólar paralelo rozando los $ 8 y con la expectativa de que llegue a $ 9 a fin de año.
Esta combinación hace que el 2013 sea un año parecido al 2012, con un poco más de inflación, quizá con un punto más de crecimiento –no más que eso- y con gran conflictividad social.
El campo seguirá siendo maltratado pero será el principal aliado económico del gobierno a la hora de contar con recursos, tanto en dólares como cash.