Martín Sánchez (Okandu), Juan Pablo Bertram (MAS Agroconsultores)
En esta época del año en que se empiezan a tomar las primeras grandes decisiones de planificación de la nueva campaña agrícola, nos situamos frente a la definición de siembra de invierno, donde el trigo es el actor principal. Los dos grandes ejes del negocio son producción y precio. Y en el caso del trigo se suma también las posibilidades de éxito en el segundo cultivo, que principalmente en Soja 2°.
Los mercados muestran un escenario interesante de precios a obtener para ambos productos, por lo que el análisis más sensible se basa en las posibilidades de obtener alta producción.
En este sentido, es interesante analizar lo sucedido en la última campaña triguera en la región Sudeste de Córdoba, en la que se pudieron explorar altos rendimientos.
A grandes rasgos la productividad está dada por la combinación del ambiente de producción y las prácticas de manejo. El desafío agronómico y empresarial es poder plantear la tecnología adecuada para cada ambiente de producción.
Ambiente
Resulta clave comprender cuales son las variables del ambiente más sensibles o que mejor explican las diferencias de productividad.
La variable ambiental más sensible es la disponibilidad de agua. Para agricultura en secano, y en ambientes sin influencia de napa freática, es clave la oferta de agua de lluvia y la capacidad de retención de agua de los diferentes suelos. Por el contrario en ambientes con influencia positiva de napa freática donde el agua está asegurada, el ambiente es de alto rinde, y las variables de manejo adquieren una mayor relevancia, siendo éstas las que mejor explican las diferencias de rinde.
A su vez, también, es estos ambientes es donde el cultivo de Soja 2° presenta mayor estabilidad de rindes.
Para poder elaborar una correcta planificación productiva, resulta prioritario en primer término realizar una correcta caracterización del ambiente de producción, principalmente la presencia de napa y su profundidad.
Este pasa a ser un dato clave y sensible que es muy importante medir periódicamente. De la misma manera en que se incrementó en los últimos años la cantidad de lotes a los que se le hace diagnóstico de fertilidad por análisis de suelo, es necesario, en la región, ampliar la cantidad de lotes y establecimientos en los cuales se haga seguimiento de profundidad de napa.
Manejo
Las variables de manejo que mayor impacto tienen para alcanzar altos rendimientos son Fertilidad; Sanidad; Genética; Densidad; Control plagas y Control de malezas.
En el cultivo de trigo las variables en las que se observó mayor variación de rendimientos fueron Sanidad y Fertilidad.
Sanidad
En los últimos hubo alta presión de enfermedades en trigo registrándose muy altas mermas en rendimiento. El correcto manejo de esta variable representó un diferencial muy significativo de rinde.
En la campaña 2016/17 las principales enfermedades fueron Roya de la Hoja y Roya del Tallo, y en la última campaña 2017/18 la principal enfermedad fue Roya Amarilla.
La elección de variedades tolerantes es una primer herramienta, pero dado que no existe oferta de genética con tolerancia o resistencia a todas las enfermedades, y que las mismas se pueden presentar con diferentes magnitud según las condiciones ambientales de cada campaña, no se puede apoyar la estrategia solo en esta herramienta para el manejo.
La aplicación de fungicidas foliares pasa a ser una tecnología de alto impacto en la exploración de rinde en el cultivo de trigo.
El monitoreo semanal desde etapas tempranas es clave para poder en forma anticipada las enfermedades y así intervenir a tiempo.
En la última campaña se observaron diferencias de rinde mayores a 2000 kg/ha por correcta aplicación de fungicidas.
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