Por: Daniel Tuesca (1) , Juan Carlos Papa (2) , Sergio Morichetti (3)
(1) Docente e Investigador de la Cátedra de Malezas de la Facultad de Ciencias Agrarias de Rosario (UNR)
(2) Técnico del Grupo de Trabajo Protección Vegetal de la EEA Oliveros del INTA
(3) Aceitera General Dehesa S.A.
Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria
Centro Regional Santa Fe
Estación Experimental Agropecuaria INTA Oliveros
Los problemas de malezas no surgen de la nada o del vacío sino que ocurren dentro de un contexto económico, social, productivo y cultural particular, que presiona fuertemente al sistema agrícola y sus componentes bióticos.
De esta manera, se generan cambios que ocurren en una escala espacio-temporal que trasciende el nivel del lote individual así como el momento correspondiente a una práctica de manejo o incluso una sola campaña.
La naturaleza biológica de las malezas determina que evolucionen, adaptándose a aquellas prácticas destinadas a su control que por resultar, en algún sentido, convenientes al esquema de producción, en general el más rentable, simple y eficaz en el corto plazo, se reiteran con elevada intensidad y frecuencia. En nuestro caso, esto correspondería al empleo de herbicidas de elevada eficacia y bajo costo relativo; a modo de ejemplo podemos citar al glifosato, así como también a algunos herbicidas de elevada persistencia como el metsulfurón metil.
El resultado del proceso adaptativo podemos resumirlo en la manifestación de tolerancia y resistencia a herbicidas; así, su consecuencia inmediata es una reducción significativa en la utilidad práctica y económica de la herramienta química, además de las pérdidas de producción como consecuencia de la interferencia ocasionada por la maleza mal controlada, o más precisamente, no controlada.
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