La abundancia de dólares por el blanqueo y la liquidación de divisas por parte de los exportadores, sumado a la bicicleta financiera de colocar pesos en tasas o comprando bonos con renta en dólares – en el caso de las colocaciones en pesos se pueden cubrir de una eventual devaluación tomando posición en el mercado del dólar futuro del ROFEX – de alguna forma están provocando la firmeza del peso y una sobreoferta de dólares en el mercado que no tienen posibilidad de ser absorbidos.
Dicho en criollo, el dólar se está atrasando frente a la inflación proyectada, y esto implica para los productores agrícolas un aumento constante y sostenido de sus costos de producción medidos en dólares.
Por citar un caso bien reciente y de actualidad, en la primera semana de marzo se actualizaron las tarifas de fletes de camiones en un 8%, publicados por la CATAC, la cámara que los agrupa. Este aumento del 8% en la tarifa en pesos implica un aumento del 8% en dólares de la tarifa de transporte de granos, pues el dólar oficial se está manteniendo muy por debajo de los 16 $/u$s.
El productor vende su cosecha a un precio que cotiza en dólares por tonelada, el precio de venta es el precio del mercado, es decir que no tienen chances de modificar sus ingresos a menos que aumente su producción. Pero el aumento de la producción tiene un límite y no responde a la voluntad del productor, si bien casi todos los productores tienen como norte aplicar la mejor tecnología, con la mayor respuesta posible en rindes y bajar de esta forma el costo global por tonelada de grano producida.
Con este escenario por delante el productor tiene que vender cada vez más grano para poder pagar los mismos bienes y servicios, en comparación a la campaña anterior. Si lo miramos desde el punto de vista de la rentabilidad del negocio, conforme aumentan los costos en pesos de los bienes y servicios afectados a la producción, si el tipo de cambio sigue atrasado y sin acompañar la inflación, los rindes de indiferencia seguirán aumentando, y los márgenes de ganancia seguirán achicándose.
Hace tiempo que los costos de producción vienen aumentando en dólares en la Argentina. Y este último año no ha sido la excepción. El atraso del tipo de cambio no es de ahora, y a pesar de la devaluación efectuada en su momento a posteriori de la eliminación del cepo, ha sido un espejismo y no una mejora estructural.
Análisis del caso del cultivo de maíz.
En los últimos 7 años – incluyendo este último año donde el gobierno eliminó las retenciones a este cultivo – los gastos de comercialización aumentaron un 33% en dólares equivalente a un incremento de 122 u$s/hectárea. Analizando el aumento sufrido en el costo de los fletes el mismo se ha incrementado en el 44%, pasando de 20 a 30 u$s/ton. Para dar una idea de los aumentos en dólares de los bienes y servicios, en el último aumento de la tarifa de CATAC (rige para los fletes de camiones) se produjo un aumento del 8% en su tarifa en pesos, con un dólar que esta clavado en $15,75 hace varias semanas, esto implica un aumento del 8% en dólares. El productor tiene que vender entonces más maíz para poder pagar el transporte de su cosecha.
El costo de las labores, que tiene como referencia la UTA (Unidad de Trabajo Agrícola), tuvo un aumento del 42%. Y en el caso de precio de los insumos el aumento fue del 35%.
Mientras todo esto sucedía, el precio del maíz aumentaba entre el 2011 y la cosecha actual 2017, en 18 u$s/ton o su equivalente del 13% en dólares (de 137 u$s/ton en el 2011 con retenciones a 155 u$s/ton el precio actual sin retenciones)
Conclusión
La conclusión del presente análisis es que el productor tiene que vender hoy más maíz (7,087 kg/ha) para pagar los mismos costos de producción de 7 años atrás, cuando tenía que vender solamente 5,345 kg/ha.
En la práctica implica que el productor ha tenido que reducir sus ganancias para poder producir el mismo volumen que producía en el 2010/11. El Ingreso Neto del productor (Margen Bruto descontado gastos de estructura) se ha reducido de 422 a 264 u$s/ha, una caída de 158 u$s/ha equivalente al 37%.
Finalmente, si el actual gobierno no hubiera eliminado las retenciones el costo de producción de una hectárea de maíz sería hoy de 10,000 kg/ha, para producir 10,000 kg/ha. El productor no tendría Ganancia o dicho de otra forma Ganancia “0”. Pero en el caso de productores que tengan rindes de 7,000 a 9,000 kg/ha, que no son pocos, entonces hubieran tenido un resultado negativo.
Todo esto se puede agravar en un escenario donde bajen los precios de los commodities agrícolas, que nunca estamos exentos a que ello ocurra.
Claves del negocio
No hay fórmula para enfrentar lo que vendrá, solo nos parece oportuno presentar las principales claves del negocio:
*Comenzando con la siembra, que es donde nace y se define el futuro del negocio. Utilizar semillas de excelente calidad, de muy buena genética, que nos aseguren rendimientos muy por arriba de la media, certificadas con alto poder germinativo, en el caso del trigo y la soja.
*Mayor productividad, mejorar la eficiencia del costo/beneficio. Aquí se aplica toda la artillería tecnología que hoy cuenta el productor.
*Vender cuando es negocio y no esperar que el mercado se comporte como queremos. Nadie se fundió por ganar poco.