Balance

Por: Lic. Cecilia Vignau – Los cierres de año vienen cargados de ilusiones, porque uno siempre piensa que el año próximo va a ser mejor y también de compromisos que por la particularidad del calendario se acumulan de manera incontrolable entre el 8 y el 22 de diciembre, indefectiblemente, todos los años. Siempre parece que […]
diciembre 22, 2022

Por: Lic. Cecilia Vignau –

Los cierres de año vienen cargados de ilusiones, porque uno siempre piensa que el año próximo va a ser mejor y también de compromisos que por la particularidad del calendario se acumulan de manera incontrolable entre el 8 y el 22 de diciembre, indefectiblemente, todos los años. Siempre parece que con el fin de año llega el fin del mundo y todo lo que no se hizo en 11 meses debe hacerse ahora, toda la gente que no se vio o incluso ni se dirigió la palabra en un año, necesita verse ahora.  Sumémosle a eso que, post pandemia, todos los eventos que hacía años no se hacían, están de vuelta. Entonces nuestras tardecitas de diciembre se convierten en un desfile de cócteles y cenas laborales a los que casi nadie siente deseos de ir pero “tiene que” asistir. Y no olvidemos que para los que vivimos en grandes ciudades, el piquete, el corte, la manifestación y el paro de transportes se convierten en parte del paisaje cotidiano.

¿Le quieren agregar un condimento extra a éste diciembre? Es el mes de la Copa Mundial de Futbol Qatar 2022. Luego viene el calvario de Las Fiestas. Con la mejor de las suertes, este año caen en fin de semana lo que evitará que se conviertan en celebraciones romanas de interminables comilonas que ni siquiera están en sintonía con el clima que tenemos en estas latitudes. Las fiestas tienen ese condimento especial de alegría y tristeza a la vez, de nostalgia y esperanza, de balances sobre lo que fue y la incertidumbre por lo que vendrá. Todos los cierre de año son complicados pero este nos encuentra particularmente cansados. ¿Por qué? ¿Qué nos pasó en 2022?

Mes a mes

Enero de 2022 nos encontró atravesando un rebrote importante de casos de Covid-19 en medio de una ola de calor histórica, producto de las altas presiones y del fenómeno de La Niña con temperaturas de hasta 45 °C. Febrero comenzó agitado por temor a una inminente invasión rusa de Ucrania que se terminó concretando cerca de fin de mes. Las bolsas internacionales se desplomaron en la mayor caída desde el colapso mundial por la pandemia en 2020. El precio de las materias primas como soja, trigo, maíz y petróleo se dispararon considerablemente. Para marzo los precios de los alimentos habían aumentado al nivel más alto desde la que ONU empezó a medirlos, con productos como el trigo que subieron 20% a causa del conflicto bélico. En abril los productores agropecuarios marcharon hacia Plaza de Mayo y Casa Rosada usando tractores para bloquear el tránsito, hecho que la prensa comparó con el conflicto agropecuario de 2018 aunque nada que ver.   En mayo la FED (Reserva Federal de Estados Unidos) realizó la mayor subida de tipos de interés desde el año 2000 intentando combatir la tasa de inflación que en abril había sido de 1,2%. Estos yankees no tienen ni idea! En junio ganamos la Finalíssima y todos nos empezamos a ilusionar y a pensar en Qatar. Julio vino con olas de calor en Europa y el que se dijo fue el inverno más frío de los últimos 46 años en Argentina. Mi mamá dice que yo nací en un invierno particularmente helado por lo que debe ser verdad (¿?). Para agosto, la crisis ucraniana parecía empezar a ordenarse, con la creación del corredor humanitario que vio zarpar el primer barco con trigo ucraniano desde el puerto de Odesa rumbo al Líbano, pero no fue así. En septiembre, falleció la reina Isabel II de Reino Unido permitiendo que Mirtha Legrand ganara todas las apuestas a su favor, un chiste que jamás le pareció ni mínimamente gracioso a ningún extranjero. Argentina, no lo entenderías. Octubre terminó con Elon concretando la compra de Twitter. El 15 de noviembre la humanidad alcanzo los 8 mil millones de personas y el 20 empezó el mundial y listo, terminó el año.

La variación interanual del Índice de Precios al Consumidor (IPC) ronda el 92% pero el gobierno ya nos dijo que combatir la inflación no es prioridad el mes del mundial así es que habrá que esperar. Mientras tanto, entre partido y partido, miles de familias son cada día más pobres. Y miles de mujeres hacen malabares para poner platos de comida en la mesa de sus familias. Se siguen preguntando porqué estamos agotadas?

She-Flation

Los precios siguen aumentando de manera acelerada en todo el mundo. La mayoría de los países registran tasas de inflación que superan significativamente sus objetivos, el de USA, el de la UE y el nuestro ni les digo! Los conflictos internacionales como la invasión a Ucrania se están extendiendo más de lo pensado y tiñen de incertidumbre a los sectores energético y agropecuario con precios que parecen no tener techo. Lo obvio es que esto impacte en la capacidad adquisitiva de los hogares. Lo que no es tan obvio es que el impacto es diferenciado para las mujeres. La palabra she-flation nace como resultado de la unión de las palabras she (ella) e inflación (inflation). Intenta señalar cómo es que el aumento generalizado y sostenido de los precios afecta de manera más aguda y contundente a la población femenina.

A pesar de que el gobierno congeló en octubre el precio de más de 1.700 productos, la suba de precios -particularmente en los alimentos-, está agudizando la pobreza que ya afecta a cerca de 40% de la población. Sumado a que los hogares con menos recursos económicos tienen más dificultades, las mujeres enfrentan otras problemáticas que las llevan a verse afectadas más que los hombres. Por ejemplo, las brechas salariales. Recordemos que en Argentina la diferencia promedio de ingresos entre hombres y mujeres ronda el 27%, la más alta en cinco años. Situación que se ve agravada porque además las mujeres suelen concentrase entre los grupos de empleos peor remunerados. Es decir que tienen menos recursos para solventar sus gastos. Y cuando hablamos de gastos, es muy difícil que en una familia de bajos ingresos, esos “gastos” no sean los gastos de la familia ya que las mujeres se ocupan de la compra y preparación del 80% de los alimentos consumidos.

Adicionalmente, Según la Encuesta Permanente de Hogares, el 85% de las familias monoparentales están a cargo de una mujer. Para ellas, la caída de la actividad post pandemia fue del 14%. Es decir que nos encontramos con madres que ya estaban frente a una situación muy vulnerable económicamente hablando antes de que la inflación se disparara.  Cuántas de ellas quedaran bajo la línea de pobreza para el cierre de este año?

Muchas cosas pasaron en este 2022 pero la inflación descontrolada parece ser la peor de todas. La padecen las mujeres que van al mercado mientras sus parejas están anestesiadas por el año mundialista, ajenos a todo. La sufren las madres cuando no pueden cubrir las necesidades básicas de sus hijos. La vivimos todas las que una tarde sofocante de diciembre, con los únicos pesos que teníamos compramos un palito de agua para los nenes y les hicimos creer que el helado no nos gustaba. Siempre me asombraron las mentiras que somos capaces de decir para proteger a los niños de la cruda realidad.

Y a esta altura ya no sé si de verdad las mujeres se ven más afectadas por la inflación porque el sólo hecho de ser mujeres hace que tengan más gastos. Ese famoso “impuesto rosa” del que todos hablan hace algún tiempo ya parece una pavada. Pero si hay algo que les puedo jurar, es que ver cómo los pesos se te derriten en la mano a la vez que pones menos comida en la mesa es desesperante para todas. Y en esta época del año es todavía peor, porque nos sentimos en la obligación de hacer de esas noches de fiesta algo especial y a veces no tenemos con qué.

Lo perverso de la inflación es que aparte de comerse sus ingresos, dilapida los sueños de los que menos tienen y sólo por eso nos debería hundir a todos en la vergüenza.

Nuevo año

Si los años nuevos vienen cargados de ilusiones, entonces que el deseo de todos sea un país más justo y con igualdad de oportunidades. Un país sin inflación y sin planes en el que todos podamos trabajar y sostener a nuestras familias dignamente. Un país como el que teníamos cuando todavía no teníamos ninguna copa del mundo. Feliz año!

Familias que perdieron un ser querido este año o durante la pandemia y que sufrirán su ausencia. Hijos, sobrinos, primos y amigos que se fueron del país en busca de un futuro mejor y que este año no estarán para alzar las copas con nosotros.

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