Mónica G. Agnusdei (1); Oscar N. Di Marco (2); Alejandra Marino (2) y Jorge Castaño (1)
(1) EEA INTA Balcarce (2) FCA-UNMP
La Pampa Deprimida, ubicada en la Región Pampeana Húmeda, es una zona que combina un clima templado-húmedo y una elevada proporción de suelos marginales para realizar cultivos de grano (aproximadamente el 80%). En esta zona, la producción ganadera de cría se encuentra en un proceso de reconversión al incorporar la recría de propia producción o el ciclo completo, con un progresivo aumento de la carga animal.
Actualmente, muchos de estos suelos no agrícolas tienen una vegetación caracterizada por pasturas degradadas de muy baja productividad con presencia de malezas – como la gramilla rastrera – y pastizales de bajo potencial de producción de forraje dominados por especies como “pelo de chancho”.
En estos ambientes, agropiro y festuca son gramíneas forrajeras perennes que se encuentran adaptadas y aportan el 70‑80% de la producción anual de forraje en pasturas mezcla con leguminosas. Según el ambiente (clima y suelo) y adecuadamente manejados pueden ofrecer 7000 – 8000 a 10000 – 12000 kg MS/ha/año.
Sin embargo, para aumentar la producción de forraje muchos establecimientos apuntaron a aumentar la oferta estacional de forraje con verdeos (cultivos forrajeros anuales) y promociones, una alternativa cara y riesgosa si se la compara con pasturas de festuca o agropiro. Con promociones de raigrás anual en suelos aptos para festuca o agropiro, por ejemplo, se pierde la posibilidad de producir entre 3000 y 6000 kg de MS/ha/año, debido al tiempo “improductivo” y a los años con problemas climáticos para la siembra. Esto equivale a perder entre 100-300kg de carne/ha/año
¿Es posible sostener una ganadería de alta producción en ambientes marginales?
- NO con una base forrajera de verdeos y suplementación. Estos recursos son más propensos a manifestar problemas de sostenibilidad ambiental, altamente dependiente de las lluvias y del costo de la suplementación.
- SI con pasturas perennes bien manejadas. En los campos ganaderos (no mixtos), la superficie de verdeos debe complementar a las pasturas perennes, cuyo aporte de forraje se aprovecha seis o siete meses del año.