Entrevistamos al Ing. Daniel Igarzábal para poder desarrollar el tema de Refugios vinculado al combate de la oruga cogollera, entre otras plagas. Los buenos consejos, en primera persona.
¿El mal uso de la tecnología o el abuso de la misma, atenta contra el resultado de un tratamiento?
Mira, una de la máximas que utilizo siempre es que “El mejor de los productos mal aplicado, es el peor de los productos” ya que la tecnología puede ser muy buena pero si no se siguen ciertas pautas de su uso, puede volverse en contra, si no veamos lo que pasó con las malezas o lo que pasa con el cogollero en el maíz. Los materiales son muy buenos, lo que pasa es que cambió la población al acostumbrarse a un mismo veneno durante mucho tiempo, esto traducido al criollo se le llama resistencia.
¿Tiene responsabilidad quien usa la tecnología, o es simplemente una cuestión de tiempo?
Y básicamente porque cuando se usan estas tecnologías, también deben hacerse los refugios que correspondan, porque son el seguro que tenemos para que el material siga comportándose tal como lo compramos, pero los productores no tienen cultura de refugio. No lo vemos con frecuencia en el maíz, ahora con la soja Intacta, pareciera que el refugio es un tema en discusión.
Hay algunos productores que no saben ni siquiera lo que es un refugio y las empresas que quieran preservar su tecnología, deberían promocionar y hacer obligatorio el uso de los refugios ya que la falta de los mismos atentan contra su propio negocio.
Entonces, por deducción pienso que es un tema cultural
Te cuento que hay una encuesta que dice que en Argentina de cada 100 lotes 98 no tienen refugios, en Uruguay, de cada 100 lotes 98 tienen refugios. Esto sucede porque el Estado está presente y los obliga a construir estos espacios para preservar las tecnologías. Ojo, acá nos vendieron los maíces como si fueran de plástico y resultó no ser así. Es claro, la tecnología funciona con todo el paquete.
¿El secreto está en no repetir eternamente las fórmulas?
Y sí, la tecnología es bárbara, estamos viendo cosas geniales pero el secreto está en no hacer siempre lo mismo, si nos enamoramos de las fórmulas, en tres o cuatro años con las mismas moléculas nos va a durar poco. Si no rotamos el sitio de acción, estamos listos, sea un herbicida, un insecticida, tenemos que ver si con un producto A matamos un montón de bichos, después probemos B y mataremos otros.
Hay responsabilidades que deberían asumirse, como Nación que exporta alimentos y como país que sustenta con las retenciones muchos de los “logros” sociales
Es imperdonable la ausencia del Estado en estas cuestiones, si nadie me dice nada yo sigo haciendo lo mismo de siempre. Son 20 millones de hectáreas de soja!! no es poca cosa, que además mantiene prácticamente el funcionamiento del país. Si esto se derrumba va haber problemas sociales importantes.