Con el fin de un promover manejo preventivo de la resistencia REM evaluó durante 3 campañas diferentes esquemas de rotación y mezclas de herbicidas en diferentes zonas del país.
En los sistemas de producción actuales las malezas representan una amenaza muy importante para la maximización de los rendimientos. Desde hace décadas la principal herramienta que consideramos para superar este perjuicio es el control químico con herbicidas. Estos productos son una excelente herramienta siempre que se usen para las malezas recomendadas, en las condiciones que aclaran los fabricantes y con aplicaciones de calidad.
Hasta el momento ya son 27 los biotipos con resistencia en Argentina, que involucran a 3 mecanismos de acción: inhibidores de ALS (8 biotipos), inhibidores de la enzima EPSPS (glifosato) (19 biotipos) y los graminicidas inhibidores de la enzima ACCasa (7 casos), mientras que 6 de estos biotipos presentan resistencia múltiple a más de un mecanismo de acción.
Es importante destacar que cualquier población de malezas puede contener biotipos resistentes en alta o baja frecuencia y el uso repetido del mismo herbicida, o de otro con igual mecanismo de acción, somete a esta población a una elevada presión de selección que provocará un aumento en la proporción de los individuos resistentes. Por eso, la rotación de herbicidas con diferentes mecanismos de acción o el uso de mezclas son estrategias básicas e imprescindibles para la prevención y manejo de la resistencia.
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