Ing. Agr. Esteban Alessandri
Investigación y Desarrollo
Forratec Argentina SA
Frente al cambio en las condiciones climáticas ocurrentes durante la época de cultivo del maíz para silaje muchos productores se enfrentan con la inquietud de determinar la densidad de siembra que mejor se adapte a su realidad particular. En el presente artículo se van a presentar las modificaciones que se producen en el cultivo de maíz para silaje con la variación de la densidad de siembra.
El rendimiento en un maíz para silaje de planta completa es aportado por la espiga junto con la caña y las hojas
Aunque parezca una redundancia es importante comprender esta realidad, ya que la decisión de la densidad de siembra afecta tanto a la producción de forraje total, como a la proporción de espiga de ese forraje. A diferencia del cultivo para grano, cuando el objetivo es forraje, todo lo que produce la planta se debe transformar en alimento, y de ahí la importancia de conocer qué componentes se modifican con la densidad de siembra, y así poder tomar una decisión informada en este aspecto.
Entender y comprender la realidad ambiental del lote destinado a maíz
Si bien puede parecer reiterativo, pero es importante situarse en el ambiente que enfrentará el cultivo de maíz en la campaña venidera. Para esto sirven como guía los pronósticos extendidos de varias instituciones y profesionales, pero nada sustituirá al conocimiento que tiene cada productor de sus propios lotes. Es importante conocer, más allá de lo pronosticado a nivel climático, la potencialidad del lote. Esta está dada por la fertilidad puntual y futura (incluidas la fertilización y la mineralización de nutrientes) del potrero, la infestación de malezas y su control, la fecha de siembra, la disponibilidad de maquinaria, la incidencia de enfermedades y plagas, el período libre de heladas, etc. Todo esto y lo que sea externo a la genética del híbrido a sembrar que influye en el rendimiento del cultivo es lo que llamamos ambiente.
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