¿Estamos preparados?
El uso de drones en la agricultura extensiva argentina parece haber llegado para quedarse. Asomaron para ofrecernos múltiples utilidades, como el mapeo de campos, monitoreo y relevamientos de cultivos, entre otras.
Autor: Ing. Agr. (Esp.) Facundo Menta
El auge de estos vehículos aéreos no tripulados viene de la mano de la digitalización de la agricultura y, como era de esperarse, sus funciones dentro del sistema están experimentando un crecimiento exponencial. La aplicación de productos fitosanitarios por medio de drones, es una práctica que ya hizo pie en diversos puntos de Latinoamérica. En Argentina, contamos con vasta experiencia de uso en cultivos intensivos como vid y cítricos. La novedad por estos tiempos, parece ser la acelerada adopción de este nuevo (o no tan nuevo) medio de pulverización, para el tratamiento de adversidades en los cultivos extensivos más populares. Y es que vienen a brindarnos una alternativa eficiente y precisa de aplicar productos químicos/biológicos y fertilizantes.
A pesar de su limitada autonomía y capacidad de carga, los drones pulverizadores nos plantean a contracara, múltiples beneficios: precisión, eficiencia, ahorro de insumos, independencia de la topografía, seguridad operacional y menor impacto ambiental. Pero para que todas estas ventajas puedan expresarse, lógicamente debemos entender muy bien su funcionamiento. La aplicación de fitosanitarios en general incluye un gran número de factores a tener en cuenta para lograr tratamientos seguros y eficientes, y en ese sentido la tecnología en cuestión no escapa a ello. Ser conscientes desde el minuto cero de las variables a manejar, para poder acercar el ingrediente activo al objetivo de la aplicación, parece ser la llave de acceso.
“A pesar de su limitada autonomía y capacidad de carga, los drones pulverizadores nos plantean a contracara, múltiples beneficios”
Aplicación de fitosanitario
Lo primero que me gustaría recordar es lo siguiente… ¿qué significa “aplicar un fitosanitario” para controlar cierta maleza, plaga o enfermedad que atenta contra la producción? Y ahí traigo a colación esta definición: “aplicar un fitosanitario engloba el empleo de todos los conocimientos científicos que proporcionan la correcta colocación del producto biológicamente activo en el objetivo o blanco, en cantidad necesaria, de forma económica, con el mínimo de contaminación en otras áreas” (Matuo et al., 2001).
Y como ven, resalto tres puntos claves, que conforman eso que denomino como “triángulo para una correcta regulación”: El o los productos a aplicar, pero sobre todo la esencia de los mismos… la ubicación del objetivo, es decir su grado de exposición… y el marco ambiental de la aplicación en cuestión, allí entonces me surge la pregunta… ¿medimos y registramos los diferentes parámetros que definen la calidad ambiental al momento de pulverizar? El análisis global de este “triángulo para una correcta regulación”, previo a cualquier tratamiento, nos guiará a calibrar de manera consciente la maquinaria de turno.

Etapas del proceso
Pero no olvidemos que la tarea de control de adversidades es un proceso, y como todo proceso tiene etapas. El proceso de una correcta aplicación, parte de la base de contar con un equipo en condiciones, LIMPIO y correctamente calibrado (aunque suene reiterativo). Continuará con el armado de la mezcla de fitosanitarios y acompañantes a nivel de tanque, siempre atendiendo a la calidad del agua con que trabajemos, siguiendo el correcto orden de carga de productos y evitando incompatibilidades. El próximo paso será la fragmentación del caldo y liberación de gotas al ambiente para su viaje hacia el objetivo, lugar a donde se producirá el impacto y posterior deposición de la gota, para finalmente permitir el ingreso del activo que desencadene el efecto biológico buscado.

De esta manera llegamos, ahora sí, a los pormenores de la tencología que hoy nos convoca. Desglosar sus puntos claves, para darnos cuenta de que tanta cintura tenemos para el manejo de variables, será el inicio para hacer un uso adecuado de la misma y por sobre todas las cosas, preservarla en el tiempo.
“La necesidad de un técnico idóneo detrás de la tecnología será indispensable para plantear regulaciones eficientes y seguras”
A continuación detallaré la cuestiones básicas a atender para poder lograr trabajos eficientes y seguros. Si bien, hay mucha tela para cortar en cada uno de los items, desplegarlos sobre la mesa, nos ayudará a ordenarnos y definir prioridades a la hora de encarar un tratamiento:
🕹️Por su capacidad limitada de carga, la tecnología nos plantea el trabajo con volúmenes reducidos de caldo por superficie, debemos comprender su correcto manejo.
🕹️Aplicaremos mediante gotas de tamaños finos a medios (no mayores), para poder generar cobertura necesaria según la tasa de aplicación, la exposición del objetivo y el grado de sistemia de los productos a aplicar.
🕹️ En línea con el punto anterior, debemos ser conscientes de que trabajaremos obligadamente con gotas de bajos micronajes, y por ende, el riesgo potencial de exoderiva es elevado. El llamado es a OCUPARNOS de ello, antes de preocuparnos. El monitoreo de las condiciones ambientales es vital, para detectar ventanas horarias seguras de aplicación.
🕹️Las pruebas de compatibilidad a escala se vuelven fundamentales para el trabajo con mezclas estables. En ese sentido, sustituir formulaciones altamente demandantes en agitación y utilizar dispersantes de calidad se torna indispensable.
🕹️Se torna esencial la utilización de coadyuvantes anti-evaporantes y con propiedad de “moldeo” del tamaño medio de gota.
🕹️La regulación de la velocidad de avance es crucial para el “manejo del efecto vórtice” en conjunto con la altura y ancho de trabajo.
🕹️Cómo en toda aplicación de fitosanitarios, debemos evitar trabajar en momentos de “viento cero” ya que la probabilidad de presencia de inversión térmica será alta.

Cierre
Como en el resto de los medios de aplicación, la necesidad de un técnico idóneo detrás de la tecnología será indispensable para plantear regulaciones eficientes y seguras, que resguarden la producción, el ambiente y las herramientas de control de adversidades que tenemos entre manos. Medir el resultado de nuestras aplicaciones, es el camino. La medición, como siempre, nos otorga luego la oportunidad de corregir y mejorar. En el mundo de los drones pulverizadores, y como en el del resto de los medios de aplicación disponibles, este será el punto de partida para acercarnos a la premisa de ser simultáneamente eficientes y sustentables en los tratamientos que realizamos dentro del sistema agrícola actual.