El uso de drones en el agro, un movimiento global

El uso de los drones en la actividad agrícola gana terreno en Argentina y en el mundo, evidenciando una de las tantas formas en que la evolución tecnológica, una vez más, reinventa nuestras prácticas. Comenzando, de hecho, por las más cotidianas (por ejemplo, los modos en que consumimos información) hasta llegar a procesos complejos de […]
diciembre 7, 2023

El uso de los drones en la actividad agrícola gana terreno en Argentina y en el mundo, evidenciando una de las tantas formas en que la evolución tecnológica, una vez más, reinventa nuestras prácticas. Comenzando, de hecho, por las más cotidianas (por ejemplo, los modos en que consumimos información) hasta llegar a procesos complejos de índole profesional, como es este caso particular al universo agrícola.

Por: Nuala Szler-

Hoy, los drones se posicionan como indefectibles aliados de la producción agrícola global desarrollando un amplio abanico de funciones: vigilancia y monitoreo de los cultivos, mapeo de los campos, control de plagas y de la eficiencia en irrigación, pulverización de plaguicidas, fertilización, aplicación de fitosanitarios, entre tanto más.

Estudios al respecto, de hecho, prevén que el sector agrícola sea uno de los mayores usuarios de drones del mundo en los próximos años, con los países asiáticos (China, Corea, Japón) como principales exponentes. Sólo en China, por mencionar una de las grandes potencias, se estima que el número de drones agrícolas se duplicó entre 2016 y 2017, llegando a hacer uso de alrededor de 13.000 equipos.

Ciertamente, el uso de esta herramienta tecnológica parece aportar valiosas ventajas para el sector: mayor precisión y accesibilidad, posibilidad de realizar trabajos localizados y en áreas de difícil acceso, seguridad y reducción de la exposición de los operadores, menor impacto medioambiental, aumento de la productividad, así como reducción de costos y de los tiempos dedicados. Además, son una innegable fuente de información para la toma de decisiones.

La misma fabricación y especialización en el desarrollo de drones agrícolas es una industria que crece en tamaño, prestaciones, autonomía y capacidad; en vistas de poder adaptarse, incluso, a aplicaciones más sofisticadas y extensivas. No obstante, continúa siendo una prioridad la regulación asociada al uso de esta tecnología, sobre todo en aquellos países que recién comienzan a implementarla, de modo que responda a una práctica responsable y segura.

 Esta tecnología se enmarca así en estrategias orientadas al control y prevención de enfermedades; siendo una tendencia, además, que avanza y busca seguir consolidándose.

Por su parte, especialistas en la fabricación y comercialización de drones para aplicaciones civiles señalan la ventaja competitiva de esta tecnología para el país. Apuntando, particularmente, a la clara oportunidad de fortalecimiento que esto significa para el sector agropecuario, en tanto vuelve el negocio más atractivo en términos de costos y beneficios, gracias a la integración de tecnologías y metodologías innovadoras.

 Estos dispositivos tienen la capacidad de lanzar con gran precisión el producto requerido: agua, semillas, nutrientes, plaguicidas, etc. Por otro lado, a diferencia de los aviones, el uso de drones en el caso del riego, por ejemplo, permite una distribución mucho más precisa y en zonas donde efectivamente resulta necesario. Además, es una tecnología económicamente más accesible.

Otra importante aplicación está relacionada al análisis de imágenes multiespectrales. Este es uno de los usos más interesantes, el cual permite la verificación de las plantaciones para, a través de la información obtenida, proceder a una mejor toma de decisiones respecto a los pasos a seguir en el proceso productivo.

Los drones, asimismo, también son empleados en la confección de inventarios de las plantaciones y/o bosques. Permiten realizar un completo monitoreo del estado de salud de la vegetación, proporcionando un gran caudal de información y de análisis al respecto. También, aquí, es usual utilizar los drones para tomar fotografías de las superficies y acceder con ello a un variado conjunto de soluciones: visión fotográfica aérea en zonas difíciles de inspeccionar, imágenes 3D de bosques, evaluación de la salud y el daño presente en las plantas, detección temprana de incendios, medición de volúmenes y recuentos precisos de árboles o mapeo de las unidades de cosecha y evaluación de los desechos poscosecha.

También la planificación y crecimiento de las plantaciones es un área considerablemente favorecida por esta herramienta tecnológica. Gracias al análisis de cultivos previos, los productores pueden disponer de completos mapas históricos de temporada con los que identificar los híbridos de semillas y posibles aplicaciones de fitosanitarios en que es pertinente invertir la siguiente cosecha. En esa misma línea, las facilidades de mapear, mediante el uso de drones, varias veces al año, facilita a los productores el seguimiento y evaluación del progreso alcanzado.

En términos de fertilidad, esta tecnología también señala importantes avances. Los drones contribuyen a predecir la fertilidad de los lotes y gestionar cálculos más precisos de los ingresos potenciales para una empresa agrícola. Los estudios comparativos que habilitan las imágenes históricas de la temporada y los rendimientos previos, junto con los mapeos del suelo, permiten confeccionar planes de fertilidad más efectivos y, por lo tanto, rentables.

Finalizada la etapa de siembra, asimismo los drones son significativamente útiles para simplificar la operatoria, analizar el recuento de plantas y, algo no menor, aprovechar la tecnología para disminuir posibles errores durante estos procesos.

Como mencionamos, esta es una de las aplicaciones más destacadas de la tecnología de drones en el mundo del agro. En efecto, un dron provee visualizaciones integrales de los cultivos y permite acceder a cambios que de otra manera resultan imperceptibles. El seguimiento puede efectuarse mes a mes, semana a semana e incluso día a día en casos que así lo requieran. Pudiendo acceder a esta información, productores, tecnicos y demás profesionales involucrados logran relevar material de valor con los que definir oportunamente nuevas medidas y prever inconvenientes a futuro.

De hecho los mismos tiempos dedicados al monitoreo y seguimiento se reducen, ya que los drones proporcionan de forma automatizada un número mucho mayor de información fehaciente y actualizada. En solo un vuelo, estos dispositivos cubren ciento de hectáreas de campo y pueden capturar enormes volúmenes de datos con los que identificar la variabilidad y las áreas de estrés de los cultivos. En casos en que esto último ocurre, el uso de los drones asimismo facilita planes de tratamiento enfocado con los que asegurar resultados eficientes y hasta reducir costos en el proceso.

Este monitoreo de los cultivos, no solo es posible en términos de temporada. La implementación de la tecnología de drones habilita un rastreo de los cultivos a lo largo del tiempo, contribuyendo a proyectos de más larga data y a otras aplicaciones profesionales como es la investigación científica.

En Argentina, el Ministerio de Desarrollo Productivo ha confeccionado, de la mano de profesionales, documentos oficiales respecto a la industria nacional de drones y las oportunidades de desarrollo actualmente disponibles.  Tal como en el resto del mundo, en nuestro país las innovaciones con drones resultan transversales a toda la economía y ofrecen un amplio abanico de ventajas competitivas para los sectores que las implementan.

Sin embargo, se señala en esta documentación, fomentar su despliegue a nivel nacional no solo implica convocar las distintas capacidades tecnológicas del país sino también promover la creación de empleo de alta calificación y la formación de pilotos que puedan operar los equipos.

En ese sentido, el desarrollo eficiente de un bien intensivo en tecnología como los drones, comprende esfuerzos tanto en educación, seguridad (seguridad operacional y física de personas e instalaciones), y empleo (creación de productos y servicios novedosos, fortalecimiento de productos y servicios complementarios).

Del mismo modo, el desarrollo de esta tecnología de punta exige una seria evaluación de la correspondencia entre la oferta local y sus posibilidades reales de inserción en la cadena productiva y en servicios relativos. Así como, también, impera la clara necesidad de lograr una articulación público-privada respecto al uso e implementación de drones; a fines de continuar trabajando en la implantación de la normativa actual e impulsar el sector.

A nivel global en muchos países que han adoptado esta tecnología los operadores profesionales de drones están obligados por ley a estar matriculados y suscribir seguros que cubran su responsabilidad en caso de accidente para compensar daños a terceros. También, de hecho, se ubica en el centro de la discusión regulativa la necesidad de disponer de pólizas que cubran daños en el propio dron o en el equipo de control.

En el ámbito nacional, durante los últimos años el uso de drones en el agro está destinado, tal como a nivel global, a tareas constitutivas de la práctica agrícola. Se incluyen, en efecto, la recolección de información específica, identificación de la superficie cultivable, conteo de siembra, estado nutricional, detección de plagas, enfermedades o malezas, monitoreo de suelo, intervenciones específicas en los cultivos y ejecución de aplicaciones.

Como en todos los frentes, lo que comenzó siendo una curiosidad tecnológica hoy se transforma en soluciones efectivas con las que optimizar procesos de trabajo y resolver dificultades generalizadas.

La carrera del desarrollo tecnológico, por supuesto, tampoco se detiene. Hoy, una de las tareas más desafiantes asociadas a la industria de drones en general es el desarrollo de sistemas informáticos que permitan vuelos autónomos mediante inteligencia artificial. También se apunta a diversificar las aplicaciones comerciales de esta tecnología, consolidando su uso en otros variados sectores como el de la minería, construcción, topografía y cartografía.

 En cuanto a las implementaciones de drones en el agro, en particular, actualmente se las valora sino como un impulso para la participación en la agricultura digital. Un impulso a partir del cual trazar, de hecho, el camino hacia nuevas innovaciones.

Tal es el caso de los proyectos de servicios técnicos aéreos que apuestan a trasladar el uso de drones para la optimización de las máquinas agrícolas, por ejemplo, mediante el traslado de repuestos cuando ocurre una falla en plena etapa de trabajo y es necesario disponer de una solución inmediata. Y, en efecto, si bien en principio estos casos se tratarían de aplicaciones con una autonomía acotada o regional, ello no agota la posibilidad de que su campo de acción se pueda ampliar en la medida en que los equipos continúen evolucionando tecnológicamente.

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