Evaluación de cultivos de servicios en maíces de baja densidad

En el sudoeste bonaerense semiárido Por: Ings. Agrs. Geronimo De Leo1, (Dr.) Carlos Torres Carbonell1, (Mg.) Andrea Lauric1, (Mg.) Fernando Ross2, Jose Massigoge2, (Mg.) Mario Vigna 3, Javier Irastorza4 y Martin Dumrauf 4  – 1 Grupo Extensión Establecimientos Rurales Extensivos- Agencia Extensión Bahía Blanca- INTA EEA Bordenave -2 CEI Barrow 3 Sector Malezas- INTA EEA […]
junio 26, 2020

En el sudoeste bonaerense semiárido

Por: Ings. Agrs. Geronimo De Leo1, (Dr.) Carlos Torres Carbonell1, (Mg.) Andrea Lauric1, (Mg.) Fernando Ross2, Jose Massigoge2, (Mg.) Mario Vigna 3, Javier Irastorza4 y Martin Dumrauf 4  1 Grupo Extensión Establecimientos Rurales Extensivos- Agencia Extensión Bahía Blanca- INTA EEA Bordenave -2 CEI Barrow 3 Sector Malezas- INTA EEA Bordenave. 4 AAPRESID Regional Bahía Blanca

Durante los últimos 20 años han ocurrido cambios importantes en los sistemas mixtos de producción. Si bien se incorporó la siembra directa, el incremento de la superficie con cultivos de verano, la disminución de cereales de invierno y la intensificación en los planteos ganaderos (más silos y/o rollos) ha significado un cambio importante en los aportes de carbono al suelo (Álvarez et al. 2013). El sudoeste bonaerense semiárido no escapó a estos cambios, y por su vulnerabilidad ecosistémica, presenta un desafío importante a la hora de mantener la sustentabilidad de los sistemas.

El maíz de baja densidad (menor a 20.000 plantas ha-1), ha ganado espacio en los partidos de Bahía Blanca y Coronel Rosales. Se incorpora a la agricultura, una rotación distinta con resultados satisfactorios a la ya tradicional de cereales de invierno.

Pero la baja densidad trae aparejada algunas características a considerar, como, por ejemplo, el distanciamiento entre plantas. En una región semiárida como la nuestra, se incrementa la susceptibilidad a la erosión eólica y una baja competencia con malezas, de no incorporarse tecnologías para manejar estas situaciones adecuadamente. En este aspecto, es importante encontrar variables que otorguen soluciones a estas características mencionadas. En los sistemas de agricultura continua, una alternativa para aumentar la diversificación es la inclusión de un cultivo de cobertura entre dos cultivos de cosecha (Piñeiro et al., 2014).

Los cultivos de cobertura o de servicio, son cultivos sembrados con el objeto de mejorar aspectos del suelo o los cultivos que se realizan en la rotación con fines productivos. (Lu et al, 2000; Duval et al, 2015). Entre ellos podemos encontrar, mejorar el balance de C; fijar Nitrógeno; atenuar las pérdidas de suelo por erosión eólica e hídrica; disminuir la presión de malezas y el uso de herbicidas; mejorar la captación de agua y reducir encharcamientos/encostramiento; mejorar transitabilidad; reducir riesgos de salinización por ascenso capilar desde napas; reducir evaporación incrementando la eficiencia de conservación y disponibilidad de agua en el perfil; disminuir la lixiviación de nutrientes; disminuir la susceptibilidad a la compactación favoreciendo la resiliencia del sistema; dependiendo de su manejo es posible sincronizar mejor la oferta de nutrientes para los cultivos sucesores; mejorar el anclaje de residuos de cultivos de cosecha minimizando las pérdidas por efecto del viento y/o agua; mejorar la actividad biológica (Álvarez et al. 2013).

Estos cultivos de servicio llegado el momento objetivo de su permanencia en el cultivo, normalmente se suprimen, es decir se corta su desarrollo y crecimiento a través de la pulverización con un  fitosanitario  específico.  Los  cultivos  de  cobertura  son  de  interés  en la agricultura sustentable debido a que promueven la sostenibilidad y también indirectamente mejoran la calidad de los ecosistemas naturales vecinos.

Desde hace unos años, las rotaciones agrícolas en el sur de Buenos Aires sufren diversos factores negativos a citar: (1) una alteración importante en sus rindes debido a la proliferación de malezas con distintos niveles de tolerancia a herbicidas específicos y totales, reducciones en la materia orgánica y fertilidad de los suelos en el largo plazo, (2) disminución de los niveles de cobertura y el consiguiente aumento de la susceptibilidad a la erosión hídrica y eólica. Bajo estas problemáticas, AAPRESID Regional Bahía Blanca y técnicos de la Agencia Extensión Bahía Blanca (INTA Bordenave), en interacción con los sectores de Investigación del EEA INTA Bordenave y CEI Barrow específicos, realizaron una evaluación de siembra de tres especies como cultivo de servicio sobre lotes de producción de maíz a baja densidad implantado con problemas de raigrás nativo resistente o tolerante a los sitios de acción de Glifosato, en campo de productor de la Regional AAPRESID Bahía Blanca.

El objetivo de esta experiencia fue evaluar los posibles beneficios como cultivo de servicio de 3 especies, Vicia villosa, Secale cereale y Lolium hybridum (Rt, tetraploide), sobre un cultivo de maíz en baja densidad, en cuanto a la aptitud de implantación con siembra aéreas y la habilidad competitiva, sumados a otros beneficios potenciales de cada especie en particular.

MATERIALES Y METODOS

La experiencia se realizó en el Establecimiento “Cumelén” (Figura 1), de la Flia Irastorza, próximo al paraje “Las Oscuras”, al sur del Pdo. de Cnel. Dorrego sobre el límite sureste con el Pdo. de Cnel Rosales. La zona se caracteriza por presentar llanuras loessicas, pertenecientes al litoral marítimo arenoso que comprende el sector de las dunas costeras y la playa actual (Paoloni y González Uriarte, 2005). Los suelos estudiados son de origen eólico, formados por deposición de loess y el comportamiento mecánico de estos suelos está determinado por la alta proporción de arena y limo en todo el perfil (Quiroga et al., 2008).

Figura 1. Ubicación geográfica de lote elegido para la experimentación adaptativa. (Fte.: G. Earth, elaboración propia).

El clima de la región es subhúmedo seco, con precipitaciones que oscilan entre 550 y 819 mm año-1 (Figura 2), con una marcada estacionalidad de las mismas, en otoño y primavera. La temperatura media anual es de aproximadamente 14,5°C (Zotelo, 2011).

Figura 2. Ubicación de las isohietas en el sudoeste de la provincia de Buenos Aires, Argentina.

Los cultivos de servicios se sembraron en maíz (RR) ya implantado en la segunda semana de diciembre a una densidad de 20.000 plantas por ha-1 aproximadamente, a 70 cm entre hileras. Las lluvias (Tabla 1) durante el cultivo alcanzaron los 327 mm (periodo Dic 17´- Ago 18´).

Dic-17Ene-18Feb-18Mar-18Abr-18May-18Jun-18Jul-18Ago-18
35163055623996021
Tabla 1. Milimetraje medido durante los meses de cultivo. (Fte. Est. “Cumelen”).

Las especies evaluadas como cultivo de servicio fueron: centeno (Secale cereale), vicia (Vicia villosa) y raigrás tetraploide (Lolium hybridum), determinando algunos datos cuantitativos respecto a sus posibles beneficios. La fecha de siembra elegida fue el 13-3-18 para las dos primeras especies y 23-3-18 para la última, coincidiendo con la finalización de llenado de granos del cultivo de maíz. Sin bien la intención original de siembra era febrero, se vio retrasada debido a las escasas precipitaciones durante los meses de verano. El mecanismo de siembra, fue por avión, para centeno y vicia (14 kg ha-1). Mientras que raigrás tetraploide fue sembrado al voleo manualmente, simulando el efecto aéreo (20 kg ha-1). En la tabla 2, se observan la densidad de siembra y el peso de 1000 para cada especie.

EspecieVicia villosa (V)Secale cereale (C)Lolium hybridum (RT)
Densidad Kg ha-1141420
Peso de 1000 semillas (P1000) g.40203
Tabla 2. Cuadro comparativo de peso de 1000 y densidad kg ha-1 para cada especie evaluada.
Figura 3. Estado de cultivo y cobertura de suelo al 9-2-18, previo a la siembra de los cultivos de cobertura.

Las determinaciones fueron las siguientes:

  1. Eficiencia de implantación.
  2. Cantidad de Malezas: recuento inicial y final.
  3. Porcentaje de Cobertura: soft Canopeo.

Las parcelas utilizadas fueron de 7 m lineales de 2 surcos de maíz (9,8 m2). Se realizaron 3 repeticiones para cada cultivo en evaluación y testigo con un diseño completamente aleatorizado.

Las variables bajo estudio fueron estimadas en cada parcela a la siembra (23-3-18) y previo al momento de supresión (15-6-2018) a través de 3 repeticiones de un aro de 0,25 m2. Asimismo, se contabilizó también el número y estado de malezas de hoja ancha, predominando crucíferas en estado de cotiledón y/o de roseta pequeña y malezas de hoja fina: raigrás nativo. Además, se realizó un escaneo fotográfico (con App “Canopeo”) para establecer cobertura verde entre las parcelas tratamiento y testigo.

Figuras 4 y 5. Delimitación de parcela y siembra de raigrás tetraploide al voleo.

RESULTADOS Y DISCUSIÓN

  1. Eficiencia de Implantación:

Se encontraron diferencias significativas en los niveles de implantación de las especies utilizadas como cultivo de cobertura (figura 6). El recuento promedio de plantas de Vicia, fue de 8,3 m-2 alcanzando un 19,6 % de implantación. En Centeno, se encontraron muy pocas plantas aisladas (1,3 plantas m-2) obteniéndose tan solo un 1,9 % de implantación. Estos resultados fueron visiblemente distintos a los encontrados en otros trabajos (Buratovich, 2019; Lanfranconi, 2017; Andreoni, 2016; Capurro et al 2010). Lanfranconi et al en 2017, por ejemplo, compararon centeno peleteado y no peleteado como cultivo de cobertura de maíz en la zona central de Córdoba, obteniendo un promedio de 18 a 24 ptas m-2 respectivamente, con una densidad de siembra de 35kg ha-1. Finalmente, en raigrás tetraploide, se registró la eficiencia de implantación más alta (43%) con 122,7 plantas m-2.

En la figura 7, se presentan las densidades efectivamente logradas, expresado en semillas viables por m-2 sembradas al voleo e las implantadas luego de 60 días. Solo se destaca el caso del raigrás tetraploide, donde de una densidad teórica de siembra de 283,3 semillas viables por m-2 (obtenida por formula), se lograron 122,7 plantas m-2 (Figura 7).

Este dato local es importante, porque un bajo nivel de implantación deriva no solo la falta del cultivo de servicio y sus beneficios sino también un costo adicional para los cultivos agrícolas. Como datos complementarios al respecto, en el mismo establecimiento, se cuenta con algunas siembras aéreas de cultivos de servicio, no logradas de distintas especies en los últimos dos veranos (2016/17-2017/18).

Figura 6. Porcentajes de implantación de los cultivos de cobertura evaluados en siembras aéreas al voleo. Letras minúsculas distintas indican diferencias significativas entre tratamientos (Tukey, p<0,05).
Figura 7. Plantas por m2 logradas en las siembras aéreas luego de 60 días de cada tratamiento. Letras minúsculas distintas indican diferencias significativas entre tratamientos (Tukey, p<0,05).

A continuación, se presentan imágenes del desarrollo de los cultivos de cobertura en diferentes momentos.

Figuras 8 y 9. Estado de desarrollo de Vicia villosa y raigrás tetraploide (Junio, 2018).
 DicEneFeb
Cultivo (2017-18)351630
Prom.       Histórico        Est. “Cumelén”526165
Tabla 3. Comparativa de lluvias (mm) registradas entre periodo de cultivo y registro histórico de mismo Establecimiento. (Fuente. Est. “Cumelen”).

Si bien las eficiencias de implantación logradas fueron bajas en dos de las especias evaluadas, la cantidad y la distribución de las precipitaciones de diciembre a febrero fueron inferiores a registros históricos (tabla 3) creando una situación muy compleja desde el punto de vista de germinación y emergencia, que podría haber influido en esta variable. No obstante, el satisfactorio nivel de implantación en el caso de raigrás tetraploide, estaría indicando la necesidad de continuar con evaluaciones de otras especies, que a semejanza del raigrás podrían manifestar una mejor adaptación.

  • Efecto sobre las malezas:

El número de plantas m-2 de malezas de hoja ancha inicial, varió entre los tratamientos, dando 25, 44 y 40 para vicia, centeno y raigrás tetraploide respectivamente y 44 en el testigo (Figura, 10). En base a los datos de conteo final de malezas totales (73, 73, 53 y 79 plantas m-2, para los tratamientos), se observó un incremento de plantas m-2 de 48, 29, 13 y 35 respectivamente. Siendo el tratamiento con raigrás tetraploide el de menor infestación de malezas de hoja ancha.

Figura 10. Stand inicial, final y diferencias de malezas de hoja ancha en el ciclo por tratamiento. Letras minúsculas distintas indican diferencias significativas entre los tratamientos para una misma fecha de muestreo o de la diferencia (Tukey, p<0,05).
Figuras 11 y 12. Estado inicial de malezas durante la siembra de Cultivos de Servicios.

Los resultados permiten observar una relación de la competitividad diferencial, respecto a las malezas de hoja ancha de los cultivos de servicio. El tratamiento de raigrás tetraploide (Figura 13 y 14) presentó el menor número final de plantas de malezas hoja ancha por m2. También el menor incremento respecto a su situación de stand de malezas de hoja ancha inicial (+33%). En relación al incremento de malezas de los tratamientos Vicia, Centeno y testigo: +192%, +66% y +80%. Asimismo, el tamaño de las malezas de hoja ancha en el tratamiento de raigrás tetraploide, fue menor comparativamente con los demás tratamientos.

Figuras 13 y 14. Desarrollo del tratamiento de raigrás tetraploide en las parcelas objetivo.

En la figura 15, se presenta el gráfico del recuento de maleza gramíneas en los tratamientos evaluados.

Figura 15. Stand inicial, final y diferencias de malezas de hoja fina en el ciclo de evaluación. Letras minúsculas distintas indican diferencias significativas entre tratamientos para una misma fecha para una misma fecha de muestreo o de la diferencia (Tukey, p<0,05).

Se observó una tendencia a un comportamiento de competitividad diferencial con las malezas gramíneas, entre la vicia y centeno, pero no se hallaron diferencias significativas (p>0,05) entre los tratamientos evaluados y el testigo para cada fecha y la diferencia de ambas fechas. Se excluyó por razones lógicas la evaluación del tratamiento de raigrás tetrapliode en el cual no se pudo diferenciar el raigrás nativo del tetraploide sembrado en los primeros estadios.

  • Nivel de Cobertura verde:

Finalmente, en la figura 16, se muestra la condición de índice cobertura verde para cada tratamiento en las fechas de muestreo. El índice de cobertura verde final fue del 65,5%; 16,04%; 3,2 y 2,4% respectivamente para Raigras tetraploide, Vicia, Centeno y Testigo. Se observa el incremento marcado principalmente en cuanto al estimador de cobertura verde del tratamiento de raigrás tetraploide, lo cual sería de esperar los aportes positivos del aumento de la cobertura sobre el lote y el cultivo en producción.

Cabe aclarar que no significa que el suelo entre las hileras estuviera “desnudo”, ya que se observaba material muerto el cual no lo detecta el estimador de esta aplicación, como en este caso.

Figura 16. Porcentaje de cobertura verde de los tratamientos evaluados. Letras minúsculas distintas indican diferencias significativas entre tratamientos para la misma fecha (Tukey, p<0,05).
Figura 17. Captura de imagen de resultados de la aplicación de cobertura verde final, en raigrás tetraploide (izquierda) y Testigo inicial (derecha).
Figura 18 y 19. Mediciones en lote de maíz en bajo densidad, en campo de productor, Establecimiento Cumelén- AAPRESID Regional Bahía Blanca.

CONSIDERACIONES FINALES

  • En cuanto a la implantación, se observó una eficiencia superior para el tratamiento evaluado de raigrás tetraploide. Además de otros aspectos fisiológicos, en el caso de la vicia el tamaño y forma de la semilla (bajo contacto con él suelo) y su mayor dureza, podría haber influido en la baja germinación, como otros aspectos aún no estudiados. Asimismo, frente a la mala distribución de lluvias durante el periodo de siembra y las condiciones de humedad en los primeros centímetros, no se generaron las condiciones ideales para una correcta germinación y emergencia de Vicia y también el Centeno. En cambio, para raigrás tetraploide, el logro de plantas estuvo dentro de lo esperable, por lo que inicialmente estaría mostrando una tendencia a una mayor adaptación en este aspecto. Pero es necesario seguir evaluando, fecha y técnicas de implantación para la zona, con el fin de lograr cultivos de servicio funcionales.
  • La mayor cantidad de plantas por m2 logradas en el tratamiento con raigrás tetraploide tuvo el efecto esperado de competencia por recursos, luz y agua con las malezas de hoja ancha evaluadas. Confirmando resultados similares a otros trabajos realizado a nivel nacional en distintos cultivos y con otros cultivos de servicio. Se debe seguir trabajando en la evaluación de formas de siembra de Vicia y Centeno, ya que al no lograr un stand de plantas adecuado no tuvieron efecto en la competencia con malezas.
  • El raigrás tetraploide fue el tratamiento que mayor porcentaje de cobertura verde alcanzó. Este aspecto es importante, ya que se hace significativa la identificación de un cultivo de servicio en nuestra región, que pueda proveer cobertura verde durante el periodo de este cultivo.
  • Los cultivos de servicios pueden ser una herramienta importante en el futuro para la agricultura de nuestra región, la conservación de los suelos y por supuesto con mayores beneficios a los evaluados en este trabajo. Luego de esta experiencia, resulta necesario seguir evaluando en el tiempo la experimentación por ambientes a fin de mejorar las prácticas agrícolas y la sustentabilidad de los sistemas. Nuestra región, presenta un desafío importante en la evaluación y seguimiento de fecha de siembra, técnicas de implantación y especies a elegir como cultivo de servicio para la maximización de los beneficios de estos últimos como en otras regiones del país. Seguramente, sobre estos aspectos deberá seguir los estudios en los próximos años.

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