Jorge Frasca, maestro del paisaje y alumno de sí mismo. Un autodidacta que consagró su vida a la pintura y sin pudor confiesa “No sé hacer nada más que pintar” Cálido en sus comentarios, lúcido y de gustos refinados es hoy un referente en Argentina. Con su estilo realista donde la luz y el aire caracterizan sus cuadros pinta el campo, el silencio y las construcciones del hombre que cortan el horizonte.
Por: Bettina Cucagna – Perlitas rurales
Jorge, sos conocido como “el pintor del aire y la luz” A qué se debe esta apreciación.
La luz, el aire y el silencio es algo muy complicado de transmitir y para mí un desafío. Pinto el hoy no el ayer, no necesito pintar gente, ni perros ni caballos…La presencia por lo que quedó, por ejemplo, las huellas en el camino… Me encanta cruzar desiertos, hice el camino de la sal en el Sahara, dormí en carpas sin baño, pero con guardaespaldas. Nunca pinté un cuadro nocturno a pesar de que la noche en el desierto maravilla, intimida, estás lejos de todo, la noche se manifiesta con cantidad de estrellas, impresionante paisaje, pero nunca lo pinté.
“A los 15 años, muy dolido me fui a vivir solo y nunca más tuve relación con mi padre”
Hablanos de tu familia, de dónde venís, cómo influyó la niñez en este presente exitoso ya que sos un gran pintor y muy reconocido.
Mis abuelos paternos vivieron en Venado Tuerto e iban comprando campos. Mi madre murió cuando yo nací y ante esa situación mandaron a la hermana menor para ayudar a mi padre, tiempo después ellos se casan y mi tía ocupa el lugar de mi madre. Recién a los 14 o 15 me enteré de que no era mi madre. Fue un golpe muy duro, que te quiten la identidad es lo peor. No hay que mentir. Mi viejo y mi vieja eran 11 hermanos, una familia muy grande y todos me mintieron. A los 15 años, muy dolido me fui a vivir solo y nunca más tuve relación con mi padre. Quizá por todo esto tengo sólo 1 hijo, por suerte jajjaja.
Has comenzado a pintar desde muy joven y también te has rodeado de famosos de la época. Qué aprendiste de ellos, cómo influyeron en tu profesión y tu vida personal.
Me gusta tomar café en los cafés de Buenos Aires, en los de antaño. Cuando tenía 18 o 19 años desayunaba en Bar Británico todas las mañanas con Juan D´Arienzo, el gallego Gómez, uno de los mejores pintores argentinos, en ese lugar Ernesto Sábato escribió uno de sus libros. También en el café de Maipú y Paraguay, un almacén igual a los del campo, compartíamos charlas y café con Jorge Luis Borges quien vivía en la otra esquina, era un café bárbaro.

Entre mis amistades lo recuerdo a Facundo Cabral, Alonso, Pichuco Troilo, y Roberto Goyeneche. Con ellos cenábamos en la esquina de Paraná y Corrientes y muchas veces también se sumaba Astor Piazolla. Todo lo que aprendí en la vida fue porque frecuentaba lugares con esa gente, amigos más grandes pero muy accesibles. Hablábamos de cosas de la vida siempre con mucho respeto, no se hablaba de mujeres sino de temas cotidianos. También Adolfo Bioy Casares era de la partida.
“Antigua casa bonaerense”, “Almacén de Zapiola”, “Almacén de la curva”, “Aires correntinos”, “A la vera del camino” son algunos de los títulos de tus pinturas, todas reflejando la ruralidad, la naturaleza y el silencio. Hablanos de tus comienzos, tu formación.
Soy autodidacta, desde los 5 años ya pintaba con materiales de mi padre y también firmaba como Jorge Frasca ¡!Jajjaja!!! El primer cuadrito fue un molino holandés. Mi viejo pintaba los fines de semana y fumaba en pipa. De muy joven fui al Belgrano de Bellas Artes en Cerrito y Ada. Alvear. El ambiente era fantástico, muy libre, me fascinaba. Tuve como profesor a Antonio Berni, un gran pintor, artista gráfico y muralista; a Florencio Garabaglia, un Profesor superior de dibujo egresado de la Escuela Superior de Bellas Artes Ernesto de la Cárcova, me gustó todo pero sólo ese tiempito, nunca estudié. Pintar es mi pasión, no sé hacer otra cosa. Viví muy bien de la pintura aunque en la actualidad es complicado.
Por lo que decís no es fácil la profesión de pintor, vivir del arte…Contanos sobre algunos secretos de esta profesión.
La mayoría de los pintores lo hacen por vocación. El artista argentino vale menos que un panelista de chimentos en la tele. Un artista plástico no es valorado. Yo pinto con pinceles y espátula, dibujo y pinto, a veces con oleo pastel, acrílico sobre tela. En óleo es imposible pintar porque no se seca nunca, me llevaría meses un cuadro.
El tiempo que lleva pintar un cuadro es una sorpresa, puedo terminarlo en unos días o mucho más tiempo. Al pintar a veces me equivoco, quiero lograr otra cosa. Para mí un cuadro tiene que ser poético, lo mío es realista no es impresionista, no soy hiperrealista me parezco más a Monet. Ah por favor nunca digan que “un cuadro se parece a una foto”
“Soy autodidacta, desde los 5 años ya pintaba con materiales de mi padre y también firmaba como Jorge Frasca”
¿Qué significa para vos pintar?
Pintar en un actor de absoluta individualidad, no hay nada más extraordinario que pintar. Solo necesito luz, pinceles, silencio. Cuando no pinto me falta todo. Cuando pinto no pienso en nada… La pintura no es sencilla, yo nunca busqué la fama y nunca participé en premios ni concursos. Sí fui cabeza de jurado y la verdad me costó mucho elegir. Me gusta que la gente vea y disfrute mis cuadros, pero no sé si iría a recibir un premio. En Barcelona fui distinguido con la CRUZ DE ORO por la Agrupación Española de Fomento Europeo junto a María Kodama y Tristán Bauer, pero lo recibió mi asistente, Verónica Vañek.

Escuchándote es fácil deducir que pintar es tu vocación, tu pasión más profunda, ¿pero si no hubieses sido pintor qué profesión tendrías hoy?
Si no hubiese sido pintor no dudo que hubiera sido un idiota. No concibo la vida sin la pintura, es lo que más me gusta junto con las mujeres, sí, soy mujeriego ja. Tuve sólo un matrimonio que duró tres años y de esa unión nació mi hijo Ignacio que también es pintor. Fui padre a los casi 40 años con una mujer más joven. Soy un agradecido a la vida, el 13 de agosto cumplí 79 años, leonino de ley muy ordenado, sigo trabajando y disfrutando lo que hago.
Qué vida rica has transitado!! Cuántas amistades con quienes seguramente han viajado y conocido la “buena vida” Contanos sobre tu mejor amigo.
Mis amigos son unos “dandy”, elegantes, de buen comer y tomar, con mucho para decir… Romulo Maccio fue mi amigo del alma y falleció hace algunos años. Un pintor argentino de talento inagotable, “el pintor argentino” A él le encantaba lo que yo hacía. Parecía un príncipe, con su discurso claro, de humor irónico, muy inteligente porque las personas inteligentes tienen mucho humor.
Rómulo vivió en Venecia y mirá si tendría humor que viajamos a reservar su nicho pero en el camino nos distrajimos en un restaurant flotante donde terminamos comiendo en medio del mar, pasta fragola, tallarines con frutillas y un vino buenísimo. Al final lo enterraron en Argentina, cosas de la vida…
Sos una persona de gustos refinados que ama el silencio, pero seguramente hay mucho más para conocer al hombre detrás del artista. ¿Qué le gusta a Jorge Frasca?
Soy un pintor que ha viajado mucho para pintar almacenes y caminos rurales, casonas abandonadas, la siesta, el norte argentino, atardeceres rurales, molinos, pero nunca me quedé a dormir en el campo, siempre regresé a las luces de la ciudad. Me encanta Venecia de noche, es maravillosa con poca gente escuchando a un muchacho tocar Adiós Nonino, tomar un trago rodeado de gente bien vestida, con onda y elegancia. Me gustan los tragos, el champagne con pulpa de durazno.
Qué maravilloso recorrido por el arte y el disfrute has realizado por Argentina y el mundo. ¿Cómo es tu rutina diaria hoy, tus gustos, algunos recuerdos?
Sí, soy un agradecido a la vida. Juan Carlos Saravia escribió una zamba para mí. Recuerdo los almanaques que publicaba Clarín con fotos de mis pinturas fueron muy importantes. Nunca pinté el norte cordobés, pero sí algo de Traslasierra, me gusta ese paisaje. También pinté algo de las estancias jesuíticas y Los Ombúes en San Antonio de Areco
“Soy un pintor que ha viajado mucho para pintar almacenes y caminos rurales, pero nunca me quedé a dormir en el campo, siempre regresé a las luces de la ciudad”
Actualmente pinto por la mañana hasta el mediodía aproximadamente, no más de cinco horas por día, no se puede más, no brillas. No sé hacer nadaaaaa sino pintar, ni cambiar una lamparita. Me gusta leer, he leído mucho, hablar con mis amigos. Extraño el grupo de amigos de antes, no me gusta el whatsapp sino escuchar la voz frente a frente. Me encanta el vino, los tragos, el alcohol es un buen compañero, me gusta mucho compartido.
¿Qué época añoras?
He vivido una época genial en los 60 y 70, nos encontrábamos un grupo de pintores en Florida Garden. La calle Florida estaba repleta de galerías de arte con cuadros de Picasso, Alberti, hoy casi no existen las muestras, los catálogos no se hacen porque valen una fortuna. Siempre trabajé solo, es un trabajo de búsqueda, pintar no es fácil. Desde jovencito era despreciado porque había que ser médico, abogado…las madres de mis noviecitas les decían que se saquen de encima al pintor, jajaj

Has viajado y recorrido muchísimos países además tus pinturas forman parte de colecciones de Japón, Alemania, Suiza, España, Italia, Gran Bretaña, Kuwait, Arabia Saudita, EEUU y otros países además de Argentina. Cuál es el destino que impactó más en tu ser.
En mis viajes nunca no pintaba, tomaba apuntes, pero los viajes eran viajes. Marruecos es el país más hermoso, he ido muchas veces y siempre impresiona la escenografía tan igual a las películas, los colores, perfumes, olores. Hay lujo y también una simpleza muy estética, aunque la comida es complicada. Una vez charlé con un pastor de ovejas que tenía varias mujeres y me invitó a su casa, una casa de piedra con alfombras a pesar de la humildad. Amasó el pan, lo horneó e hizo el té. Pasamos un grato momento y nos comunicamos como pudimos en francés. Son muy estéticos, una maravilla.
Mirando hoy nuestro país, qué te duele de Argentina?
La falta de cultura duele mucho, la gente dejó de leer, de ir al cine, hace 20 años ver una buena película era hermoso. Y ni hablar cuando era chico disfrutaba cine los sábados y domingos. También la falta de elegancia, la gente se viste muy mal, las mujeres casi no usan tacos altos. Soy hijo de inmigrantes, mi viejo fue pescador en Calabria pero en Argentina tuvo un Colegio muy importante.
Muchos jóvenes hoy miran con buenos ojos la profesión de pintor, cuál es tu mensaje.
Hace muchos años crucé el auto a la madre de una exnovia que no me quería porque consideraba que mi profesión no estaba a la altura de su hija, pero al verme quedó sorprendida porque yo manejaba un auto caro. El mensaje para quienes sientan la vocación de pintor es que se liberen, se larguen a pintar y no les aconsejaría que estudien porque los encuadran y limitan. Sólo es mi parecer, muy propio y surge del camino recorrido y los logros que he obtenido en mi vida de pintor.
Graciasss Maestro por esta entrevista DESDE EL INTERIOR a un artista que hace honor al pasado y al presente del paisaje del campo argentino!
Contacto jorgefrasca@jfrasca.com