Por Sebastián Salvaro, Co-founder de AZ Group
El mercado internacional desde los fundamentos sigue sólido, aunque las variables macroeconómicas siguen presionando las cotizaciones de maíz y soja. En Argentina la falta de precipitaciones está provocando retrasos en las siembras y dudas sobre el área total de los granos.
Desde comienzos de la campaña 2022/23 los problemas climáticos y las variables macroeconómicas se encuentran generando volatilidad en el mercado tanto internacional como local. Desde el plano económico, el fortalecimiento del dólar frente a la canasta de monedas, como consecuencia de la suba de tasa de interés de referencia de la FED, presiona las cotizaciones de los granos. Sin embargo, la estimación de una posible caída en la producción de Estados Unidos tanto de soja como de maíz; con una relación stock/consumo en ambos cultivos por debajo del 10%, se encuentra generando sostén de precios. A esto se le suma la guerra entre Rusia y Ucrania que sigue provocando subas de precios asociados a la incertidumbre sobre la oferta a nivel mundial. Los valores, en Chicago, de los tres cultivos trigo, maíz y soja se ubican dentro de los máximos de los últimos años.
Por su parte, los fondos especulativos continúan en una posición neta comprada tanto en maíz como en soja, luego de alcanzar volúmenes máximos históricos. Al cierre de esta edición, la posición neta comprada de maíz se ubicaba en 34,5 mill. de t y 13,8 mill. de t en soja.
Con respecto a Sudamérica, se estima un crecimiento en el área de maíz y soja en Brasil, para la campaña 2022/23. En el caso de soja, la superficie pasaría de 41,4 a 42,9 mill. de ha y en maíz de 21,59 a 22,4 mill. de ha. La producción de la oleaginosa se estima récord en 152 mill. de t. Esto dependerá de cómo se desarrolle el cultivo, con un interrogante en la región sur del país por pronósticos de menores precipitaciones al promedio. Dicha región aporta entre 15-20% del total del país.
En Argentina la falta de precipitaciones se encuentra condicionando los avances de siembra de la gruesa. En el caso del maíz, el 23% del área se encontraba implantada según datos del Ministerio de Agricultura, al cierre de esta edición. Muy por debajo del 40% de igual fecha del año anterior. Esto supone una caída en la superficie total con maíz temprano, que en general, se ubica en torno al 35% de la superficie total con el cereal. Esto provocará mayor oferta sobre los meses pasada la cosecha de soja, asociado a un mayor volumen de siembra de fechas tardías.
En el caso de soja también las siembras presentan un retraso frente al histórico. Según datos publicados por la Bolsa de Comercio de Rosario, al 5 de noviembre el área implantada de la región núcleo alcanzaba al 5% cuando históricamente este porcentaje asciende al 45%. Esto es consecuencia de la falta de precipitaciones.
A eso se le suma que los pronósticos de mediano y largo plazo no son alentadores, con una niña presente hasta entrado el mes de febrero. El principal interrogante de cara a la cosecha de la gruesa es con cuánto volumen va a contar el productor. No sólo por los retrasos de siembra ya mencionados sino también por la expectativa de rendimiento que podría tener si sigue acentuando las menores precipitaciones en la principal zona productiva de Argentina.
En cuanto a los precios, la menor expectativa de oferta a nivel local y la firmeza desde los precios internacionales generan que los precios futuros tanto de soja como de maíz continúen por encima de los promedios. A pesar de esto, los productores no se encuentran con un gran porcentaje de compromisos de cara a la cosecha gruesa. Claramente, esto es consecuencia, principalmente, de la incertidumbre productiva.
Si bien venimos de campañas con precios altos y rendimientos promedios, hoy la perspectiva nos obliga a analizar más de cerca las necesidades de la empresa y los movimientos, como toda partida de ajedrez. Nadie quiere quedar en jaque mate.
Por último, se vuelve a instalar para el mercado de Soja disponible local la idea de que el gobierno para poder nuevamente bajarle las tensiones al frente cambiario, poder realizar un nuevo capítulo a un tipo de cambio diferencial por un tiempo acotado. Desde AZ hemos realizado varios focus group para poder entender cuál sería la idea del productor para avanzar en ventas y los resultados no han dejado nada en claro como sí lo fue en septiembre. Antes la respuesta directa fue, “vendemos si se acorta la brecha cambiaria” y se logró una venta récord para ese mes, pero ahora entran otros factores, como por ejemplo si van a seguir discriminados aquellos empresarios que tienen soja o hayan tomado el beneficio a fin de luego poder tomar financiamiento, si pierden libertad de acción para por ejemplo comprar usd MEP u algún otro factor. En conclusión, dentro del gran gris, el beneficio debería ser sustancialmente mayor al capítulo I del Dólar Soja.