Sorprendido busco en Google: El agrónomo Película, ya que me había quedado la curiosidad por saber de qué trataba esto que había visto en redes sociales.
Por: Juan Carlos Grasa, director de HorizonteA–
Cuando el buscador tiró los primeros resultados me dio mucha bronca ya que los dos primeros portales que citaban a la película eran: Bichos de campo y Agrofy, fue ahí que caí en la cuenta que nosotros, el ecosistema del agro, somos los que estamos dándole identidad a esta Opera prima que difama y distorsiona el trabajo que se hace en el campo. No critico a mis colegas, al contrario, yo estoy haciendo lo mismo en esta columna, porque creo además que tenemos que hablar sobre cuál es la responsabilidad que tenemos nosotros con esto.
Para los que no saben la SINOPSIS de la película dice esto: Un ingeniero agrónomo se muda a la zona de mayor producción agropecuaria del país. Su hija y su nuevo novio rapero, luchan contra su empresa y el uso de agrotóxicos. Tras la enfermedad de una chica del grupo, el agrónomo se enfrenta a la encrucijada de decidir entre su trabajo o su familia.
Por lo pronto necesito dejar de nombrarla para no seguir dándole identidad a una propuesta tan distorsiva y mal intencionada, financiada con fondos que seguramente salieron del lomo de algún gringo que se levanta a las 5 de la mañana todos los días en alguna zona rural de la Argentina. Y me acordé de aquella vez que la jueza Servini de Cubría quiso censurar a Tato Bores y para no nombrarla, y para no darle identidad, se juntaron TODOS y cantaron “la jueza Barú Budu Budía es lo más grande que hay”, ya que gracias a su actitud habían logrado juntar grandes personalidades en contra de esa censura (los más jóvenes lo pueden buscar en Youtube)
Desde estas páginas, propongo no llamarla por su nombre y mi memoria me lleva a los años 90 y en honor a ese momento de Tato, bautizarla como la película Barú Budu Budía y que esto sirva para que todos, de una vez por todas, nos juntemos. No para darle respuesta a esto, sino para ser conscientes que este partido lo estamos perdiendo 7 a 0, que obviamente es mucho más atractivo comunicar algo malo, hacer de esto un drama para que la gente lo vea. Que, dicho sea de paso, no sé cuánta gente va a ver la película Barú Budu Budía, ojalá sea muy poca. Puede que nos pase lo que pasó con la canción de Tato y termine siendo “lo más grande que hay” ya que podría ser la bisagra que nos permita torcer la historia y de una vez y para siempre tomar la iniciativa.
Confieso que deseaba que no aparezca nadie a contestarle, a decir que lo que estaban mostrando ahí era un error, porque está todo mal, es obvio que está todo mal. Está hecho desde la mala intención. Este sojero malvado, pieza de un sistema de producción envenenador que pretenden instalar, tiene que ser respondido desde la inteligencia, el compromiso y sobre todo con inversión.
“Estoy seguro que no nos merecemos esta película”
Juan Carlos Grasa, director HorizonteA
Contestar con argumentos técnicos a una propuesta militante, cargada de ideología es un eterno error, a lo mejor nos merecemos esta Baru Budu Budía para hacer un cambio y mostrar de manera creativa cómo se produce en la Argentina, que la sociedad reciba otro mensaje que no sea solo cuántos millones se movieron en una Mega muestra, que somos el granero del mundo y que gracias al campo el país tiene los dólares para funcionar.
“’El Agrónomo’ me convenció por los elementos que combina. Pretende establecer una crítica a este sistema de producción agroindustrial y contaminante, sin caer en una denuncia vacía. … esta es la ideología que implementamos y predicamos”. .-dijo a Variety el productor del film, Fernando Romanazzo
Somos ejemplo a nivel mundial
Argentina tiene un sistema de siembra directa que es un ejemplo en el mundo, sabemos que hacemos muchas cosas bien y otras no tanto, pero de lo que estoy seguro es que no nos merecemos esta película.
Según “Bichos de campo” la obra recibió por parte del Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales (INCAA) subsidios por 9,0 millones de pesos en noviembre de 2022, otros 9,0 millones en diciembre de ese año y tres pagos de 4,8 millones en los meses de marzo, abril y mayo de 2023…ajustadas por el Índice de Precios del Consumidor (IPC) del Indec, representan una suma de 93,6 millones de pesos a valores actualizados a marzo de 2024.
Ojalá esta columna nos haga reflexionar y básicamente ver de qué manera se generan los fondos para contarle a la gente que un “agrónomo” es un profesional que trabaja, produce, gasta en la ciudad donde vive casi todo lo que gana, va a la agronomía a comprar insumos, participa de la cooperadora del colegio donde van sus hijos, vende rifas para sostener el hospital y forma parte de la comunidad como cualquier otro ciudadano.
Dudé mucho en escribir sobre esto pero lo hago porque nunca se habían animado a tanto y ¡ya es hora que nosotros también nos animemos!