De acuerdo con el INTA, las intensas precipitaciones registradas en gran parte de la región productiva central del país en las últimas dos semanas mejoraron el balance de agua disponible para la campaña. Advierten que el área del oeste y sudoeste de Buenos Aires y La Pampa continúan con déficit.
Con altas temperaturas y escasas precipitaciones, la situación agroclimática estaba complicada para la zona del centro de la región productiva del país. Sin embargo, a fin de año e inicio del 2020, se registró el primer evento de lluvias regionalizado desde inicios de la primavera, de amplia cobertura geográfica extendido en el tiempo que generó un cambio en la disponibilidad de agua en el suelo.
De acuerdo con Pablo Mercuri –director del CIRN del INTA Castelar–, “las intensas precipitaciones registradas en varias áreas de nuestro país en la última semana son el primer evento de características regionales con gran cobertura desde inicio de la primavera, y capaz de cambiar la situación agroclimática de esta campaña”.
En este sentido, reconoció que “hubo un cambio significativo en el balance de agua disponible para la continuidad de los cultivos de gruesa y la finalización de siembra de cultivos de segunda y maíz tardío”. De todos modos, explicó que “esto no implica que se termine con el riesgo de sequía que tenemos vigente en esta campaña productiva” y aseguró que “por el momento, sólo disminuyen el riesgo de vulnerabilidad a la sequía”.
Es más, detalló que la mayoría de los modelos internacionales coinciden en predecir, para los próximos meses, la continuación de déficit en la zona del centro-oeste de la región productiva de la Argentina. Y una mayor probabilidad de ocurrencia de lluvias normal en el centro y norte del país durante enero.
“Es clave analizar la situación agroclimática semana a semana y a lo largo de la campaña porque no hay elementos (los principales forzantes oceánicos se mantienen en situación de neutralidad) que, con certeza, nos permitan hacer una predicción real”.
Con respecto a las zonas que aún quedan con déficit hídrico, Mercuri mencionó al sudoeste de Buenos Aires como Sierra de la Ventana y en algunos partidos bien del oeste arenoso como Guaminí o Adolfo Alsina, Púan, Villarino y Patagones, como así también gran parte de La Pampa, en especial, el centro este y centro sur de la provincia.
En esta línea, se refirió a los incendios y al riesgo que enfrenta la provincia en particular y todo el país en general con respecto a este tipo de eventos en un contexto de déficit hídrico y elevadas temperaturas.
“Los meses de diciembre y enero presentan hasta 5 veces más de riesgo de incendios”, aseveró el especialista para quien la previsión y la prevención cumplen un rol clave en estos casos. En este sentido, no dudó en asegurar que “más del 70 % de los incendios que ocurren son provocados por el hombre”.
Desde las experimentales del INTA en Anguil –La Pampa–, Hilario Ascasubi –Buenos Aires– y Alto Valle –Río Negro–, CRA y Carbap brindan recomendaciones para anticiparse y reducir el riesgo en un contexto de elevada peligrosidad para el sudoeste de Buenos Aires, La Pampa y Río Negro.
En esta línea, recordó las principales recomendaciones para la prevención de focos para la zona de La Pampa, Río Negro y Buenos Aires relacionadas con el mantenimiento de los alambrados, cortafuegos y picadas libres de vegetación (entre 8 y 20 metros a cada lado acorde a si es pastizal o monte, respectivamente).
Además, destacó la importancia de realizar un adecuado manejo y rotación de pastoreo para evitar que queden lotes con vegetación seca y muy alta, como así también un manejo correcto de las aguadas en los lotes para favorecer un buen pastoreo por la hacienda.