Marisa Bircher se desempeña como Secretaria de Mercados Agroindustriales en el Ministerio de Agroindustria. Autoexigente, eficiente y realista afirma “trabajamos sin parar, todo el equipo de mercados, todo el Ministerio, y cuando se trabaja así, se ven los resultados a fin de año”. Una entrevista que nos llena de optimismo y nos hace ver solo hacia adelante con la fe de que lo mejor aún está por llegar.
Por Juan Carlos Grasa
Marisa, sabemos que formas parte de un Ministerio y de un gobierno que tiene como objetivo que Argentina sea el supermercado del mundo. Desde que asumiste ¿a dónde estábamos y hacia dónde estamos yendo?
Desde que asumí, tenemos una agenda que no ha parado nunca, con un trabajo continuo dentro del Ministerio. Es imposible llevar nuestros alimentos al mundo si no trabajas en equipo de forma ordenada con todas las subsecretarías y direcciones que forman parte del Ministerio. Ese fue un desafío grande, hay que tener en cuenta que no existía la Secretaria de Mercados, no existía en la agenda nacional una vocación tan fuerte de poner a la Argentina como un proveedor de alimentos.
Además hicimos y estamos haciendo un trabajo integrado con el Ministerio de Producción y con la cancillería; si hablás con el secretario Rayser, con Braun o conmigo vas a encontrar una misma mirada respecto a la política exterior argentina, en materia de acuerdos y negociaciones internacionales, como así también en materia de promoción de nuestros alimentos en el mundo.
Los nuevos mercados deben ser óptimos en cuanto a utilización de recursos.
Los recursos económicos deben estar dirigidos a los mercados estratégicos. Se trazó entonces una agenda, se intentó relevar rápidamente cuáles son los elementos exportables de la Argentina. Las oportunidades en el mundo son inmensas y permanentes, pero bueno, el análisis nuestro es minucioso en la competitividad que tienen los alimentos argentinos para poder responder a algunos de esos mercados que hoy te piden esos alimentos. Muchas veces por una cuestión de competitividad debemos redireccionar hacia otros mercados.
¿Qué te pasa como funcionaria cuando vas al exterior y te encontras mano a mano con toda esa demanda y potenciales posibilidades de crecimiento?
Me da mucho orgullo llegar a otro país y que me reciban como lo hacen, eso habla de la valiosa historia que tiene Argentina en materia de producción de alimentos. Después de diez años volvimos a los foros multilaterales, (imagínate, unos encuentros en los que estaba el cartel de “Argentina” pero no había nadie allí sentado). Ahora nos volvimos a sentar y volvimos a trasladar nuestra mirada respecto a la producción de alimentos: por qué producimos, cómo lo hacemos, cómo cuidamos el suelo, cómo cuidamos el medio ambiente, qué es la siembra directa, cuál es la calidad de nuestros alimentos, cuáles son las enfermedades agrícolas que en otros lugares del mundo existen y sin embargo aquí hace mucho ya no se ven.
Argentina como un país referente en cuanto a producción de alimentos.
Es que tenemos una inmensidad geográfica que nos permite producir prácticamente lo que el mundo necesita, esto hace que hoy en día el mundo esté expectante con respecto a Argentina. Somos un referente en materia de exportación de alimentos, les interesa escucharnos y debatir con nosotros, conocer nuestra postura cuando ocurre un litigio entre terceros países. Entonces la mirada externa es muy positiva. También hay confianza con el gobierno. Esto ocurre porque tenemos un presidente que habla con el mundo, que dialoga y porque los primeros cinco puntos de su agenda están dedicados a la agroindustria.
El contraste entre esa realidad mundial y la que se vive aquí, por ejemplo, a nivel sindical, con el paro de Moyano, debe ser muy difícil de unir…
La realidad que nos toca vivir (por ej. el caso Moyano), sí, es muy triste. No creo que sea la forma que nos guste a los argentinos y somos conscientes que estamos en un país democrático en el que podemos opinar lo que queremos pero este gobierno apoya otras formas de expresión y de comunicación. Creo que también la gran diferencia es que tenemos un presidente que escucha y dialoga con todos.
Vivimos recibiendo a los actores de la cadena, respondemos notas, aceptamos gustosamente las entrevistas. Se apuesta al diálogo.
En tu recorrida por los mercados mundiales, si te pido que elijas un país que te haya sorprendido, cuál crees que sería?
Los mercados que hemos detectado en donde Argentina no hacía foco fueron los asiáticos. La oferta exportable ajusta a lo que ellos demandan tanto en calidad como en precios. Ejemplos: Vietnam, Indonesia, India, Corea del sur, Países del golfo, que entienden de calidad de alimentos y tienen muy bien identificado a nuestro país y sus productos, demandando carne, vinos, lácteos y frutas argentinas. China sigue siendo para mí el mercado especial, el año pasado estuve cuatro veces; mostraban mucho interés en reactivar la agenda y priorizar a la Argentina como el principal proveedor de Latinoamérica. Y va más allá del agro porque también incluye las inversiones y el turismo.
Asia y África son países en puja que se transforman inevitablemente en potencias para nuestro mercado.
Asia tiene mucho que descubrir de la Argentina. Me llamó mucho la atención, me hace preguntarme cómo es que todavía no estamos. Hace ya dos años armamos esta agenda con el presidente: en Asia y en África es donde el crecimiento de la clase media es muy vertiginoso y allí es donde podemos convertirnos en el supermercado del mundo. En Asia está la clase media que puede pagar nuestros alimentos de valor agregado. Esa agenda que redireccionamos hacia esos países la podes ver en la balanza comercial empezando a tener una mayor participación, aumentando las exportaciones a países como Vietnam, Indonesia, Tailandia, China, etc.
¿Qué pasa con el tema arancelario, es la piedra en el zapato a la hora de crecer?
Es la gran barrera. Hace 22 años que trabajo en comercio exterior y mi fuerte siempre fueron las exportaciones y las Pymes. Es algo que se viene arrastrando durante mucho tiempo, producto que durante 10 años otros países estuvieron negociando sus tratados de libre comercio y es una dificultad hoy llegar porque encontras que otros países ya te sacan diferencia cuando vas a ofrecer tus productos argentinos, como Chile -14% de arancel-, Brasil o México.
Danos por favor un ejemplo en ese sentido.
Colombia, por ejemplo, desplazó exportaciones argentinas de EE.UU. por tratado de libre comercio, también países en Latinoamérica -que durante estos 12 años se dedicaron a firmar acuerdos- para que hoy en día sus exportaciones e importaciones sean más competitivas que las nuestras. Ahora que sí formamos parte de las negociaciones Mercosur-UE, es una dificultad enorme para nosotros firmar un tratado de libre comercio – algo que involucra tanto acuerdos agroindustriales como así también autos, servicios marítimos, propiedad intelectual, etc.- Eso lleva tiempo. Aun así, estamos cerca de firmar ese acuerdo, en dos años movimos muchísimo esa agenda.
La situación del Mercosur, ¿hoy es un problema para Argentina?
Claramente no, lo que pasa es que estamos poniendo en marcha acuerdos muy postergados, y son negociaciones que implican otras internas. Nuestra negociación con la UE no es solo con los europeos: somos cuatro socios que juntos somos los principales proveedores de alimentos en el mundo, somos cuatro países con ofertas exportables diferentes que también se complementan y en otros casos creemos erróneamente que competimos.
Estamos trabajando fuertemente en una negociación interna y externa que al fin y al cabo fortalezca al Mercosur.
Es algo que lleva tiempo y energía pero tenemos claro que la única salida es el multilateralismo y firmar acuerdos. Siempre resguardando la producción de nuestros países de la mejor manera posible: ahí si estamos cien por cien de acuerdo.
¿Qué pasa con los productos agroindustriales en Europa con las regulaciones, es el mercado más difícil?
No, para nada, es un socio muy importante para nosotros, más de 4 mil millones de dólares, van hacia ese mercado.
Y en cuanto a las regulaciones fitosanitarias
En cuestiones sanitarias estamos trabajando mucho con la UE, hay una posible actividad a realizar este año entre la DG Agri de la UE y el Senasa. LA comunidad europea esta interesada en trabajar con el Senasa, tratando de replicar lo bueno que hacen los europeos. Otro tema aparte es el glifosato, ahí sí nosotros no tenemos una mirada parecida, lo expresamos en todos los encuentros que tenemos en Europa. Paradójicamente tenemos europeos que están en contra y otros a favor, y tenemos fundamentos claros que no concuerdan con lo que plantean los europeos. Hay estudios científicos, realizados por científicos de renombre y organismos internacionales, que certifican que el glifosato es una herramienta de producción necesaria que contamina menos que otros y no es invasivo para el ser humano.
Hoy hablabas de adecuar los organismos, de armar una política de integración al mundo. Hay una fuerte discusión en el INTI. ¿Hasta dónde crees que afectan las negociaciones no tener estos organismos adaptados?
Yo creo que ellos entienden que un cambio de gobierno es un proceso, entienden esta política de gradualismo de la actual gestión. Cuando llegamos al Ministerio no tuvimos una actitud de “váyanse todos que hoy llegan los nuevos”, nos encontramos con recursos humanos sumamente valiosos, de hecho las personas técnicamente buenas siguen trabajando al día de hoy, pero la reconversión de los organismos públicos es un proceso.
Hoy, después de dos años, de saber qué y cómo hace cada uno, llegó el momento de la restructuración. Comparto una mesa de gabinete todos los miércoles y sí te puedo decir que el presidente del Senasa tiene una auditoria de todos los recursos humanos, de los recursos económicos que se utilizan, de las oficinas en el interior del país, las que funcionan y las que no. Es un momento crítico y duro que estamos atravesando, porque no deja de ser gente que pierde su trabajo, pero hay que entender que al pagar un servicio estamos pagando una carga de empleo social muy importante.
El mapa de mercados es de fácil acceso, ¿con solo entrar al Twitter se puede ver?
Uno de los objetivos que tiene la Secretaría es llegar a todos los productores y a todas las provincias, y que no se cumpla esa frase trillada de “Dios está en todos lados pero atiende en Buenos Aires”
(y te lo dice alguien que no es de Capital), entonces creemos que toda la información o consultas que recibíamos por teléfono y mail, hoy debemos subirla para que cada exportador sepa qué mercados están abiertos, cuáles están cerrados y cuáles están en curso de negociación, qué aranceles paga en ese lugar de destino. Ahí vas a ver cuando la participación es pequeña en ciertos mercados y la oportunidad es grande, depende cómo veas el vaso. Esta información la sistematizamos y la idea es que con los medios llegue a todas las provincias y a todos los municipios, del norte al sur del país. La idea no es que llamen al Senasa o que se acerquen al Ministerio de Agroindustria para pedir una reunión. La información no tiene que estar acá, tiene que estar ahí. Y sigue, pero no puedo dar primicias…
Cuando uno sale al mundo con el portfolio argentino, ¿qué es eso que no puede faltar, aquello que más te piden?
Lo que más me piden, es la carne. Lo primero es Messi y la carne. Después está el Malbec, es impresionante lo conocido que nos hicimos por el Malbec. Piden también los limones. Por sobre otros mercados de la región, piden las frutas, la carne (avícola y bovina), y después, tenemos productos que están en el Top5, que quizás acá no se tenga mucho conocimiento sobre eso, por ejemplo, somos uno de los principales exportadores de maní y de jugos concentrados. Todo lo referido a la cadena del trigo también es muy importante, si bien no hay muchas Pymes que exporten trigo, la calidad es muy bien reconocida así que ahí enganchamos todo lo que es panificado.
¿Los lácteos entran dentro de los preferidos a nivel mundial?
Sí, nuestros lácteos también son muy reconocidos. En mi última visita a Rusia nos dijeron directamente “queremos la carne, la fruta y los lácteos argentinos”. El reconocimiento está en esos sectores. Nos ha pasado también estar en una reunión y que el mismo presidente ofreciera una sobreproducción de, por ejemplo, duraznos que tenía Argentina y que Rusia quería comprar.
Estamos muy atentos a lo que ofrecen nuestras economías regionales. Por ejemplo, los frutos secos de San Juan y Mendoza son Premium a nivel mundial.
Nosotros como medio y también los periodistas colegas vemos que los gobiernos provinciales están dando a conocer las producciones y productos regionales, como por ejemplo en La Rioja, Neuquén, Río Negro. Eso es algo que hace años no sucedía.
Si, en las visitas oficiales que estamos haciendo vienen también los gobernadores y ministros de diferentes provincias. Lo cual está buenísimo, estar ahí frente a la oportunidad. Y es algo de ida y vuelta, ya no existe eso de ir a querer exportar algo a un país y no comprarle nada. Con Colombia, por ejemplo, abriéndonos a que ingrese un determinado producto con un determinado beneficio, y ellos van a ofrecernos lo que tienen (ej. frutas tropicales, kiwi diferente al de acá). Hay que ampliar el abanico de frutas que la Argentina no produce.
No se puede negociar abrir mercados -más de 90 en dos años-, sin escuchar que el otro también tiene algo que ofrecerte, también tiene economías regionales, agricultura familiar.
Entre el día que asumiste y hoy, ¿en qué porcentaje de cumplimiento de expectativas estás?
Claramente las superé. Cuando asumí tenía muchos nervios, era un gran desafío, sentí que era mucha responsabilidad. Aquel primer día ya tenía una comisión de italianos que querían reunirse con el ministro Buryaile, y yo ahí tenía que debutar en armar la agenda, presentarla. Y a partir de ese momento no paramos. Abrimos 90 mercados conjuntamente con el Senasa y con las empresas. Superó ampliamente mis expectativas, nunca me hubiera imaginado que íbamos a tener esta respuesta por parte del mundo. Vivimos un acompañamiento inmediato del sector privado, con sed de hablar, de que les mostraran números y costos. Hubo un intercambio que nunca se frenó. Estoy muy contenta con lo que se logró en estos años.
Los resultados de estos dos años de trabajo ya se ven de manera concreta.
Soy una persona sumamente exigente y sé que falta mucho más. Mis padres son dos jubilados que tienen una Pyme, así que la realidad la veo todos los días, sé que hay que pelearla. Tenemos ese valor los argentinos, esa resiliencia de laburar, de levantarnos a la mañana, de ir para adelante. Trabajamos sin parar, todo el equipo de mercados, todo el Ministerio, y cuando se trabaja así, se ven los resultados a fin de año: todos los mercados que se abrieron, todas las negociaciones que hicimos con el Mercosur, la cantidad de empresas que exportan y antes no lo hacían, los resultados que trajeron las 30 acciones de promoción que hicimos en el exterior, por ejemplo, llevamos un grupo de empresarios para promocionar lácteos en Brasil y sacamos a Uruguay del primer puesto. Son resultados que dan orgullo, pero claramente hay que seguir trabajando.
¿Tu trabajo hace que a veces tengas una relación o un contacto directo con el presidente?
Hace diez años que trabajo con él, trabajé ocho años para la ciudad. Es una persona muy concreta, con su seguimiento y sus preguntas, tiene mucha memoria y las cosas que quedan pendiente las repregunta. Creo que es un apasionado por la agroindustria, se mete de lleno y entiende y redobla la apuesta, y al tener un contacto continuo con los productores conoce la realidad. Entonces lo que busca con nosotros es que le facilitemos la vida al productor.
Muchas gracias Marisa.