¿Pasados por agua?

Pareciera que, desde diciembre del 2023, alguien le sacó la traba de seguridad a las lluvias que venían contenidas (por años) y ocurrieron de manera generalizada, pero también con extremos no deseados (como generalmente suele ocurrir cuando pasa esto). Por: Ing. Agr. Matías Cambareri- En gran parte del país están ocurriendo precipitaciones de manera excesiva, […]
enero 31, 2024

Pareciera que, desde diciembre del 2023, alguien le sacó la traba de seguridad a las lluvias que venían contenidas (por años) y ocurrieron de manera generalizada, pero también con extremos no deseados (como generalmente suele ocurrir cuando pasa esto).

Por: Ing. Agr. Matías Cambareri-

En gran parte del país están ocurriendo precipitaciones de manera excesiva, mientras que en otras, las lluvias se generaron a partir de tormentas muy intensas que llegaron con la compañía de vientos muy fuertes y eventos (en algunos casos 2-3 veces) de granizo de diverso tamaño. En el sudeste de Buenos Aires, donde estoy y por ello me toca más de cerca, me tocó ver cosechas de trigo de 6 tn/ha que luego de estos eventos pasaron a 1 tn/ha. Afortunadamente para muchos, estos eventos son puntuales, pero esta vez ocurrieron en muchos sitios.

Pluviométricamente, diciembre fue un mes con precipitaciones que en general estuvieron por encima de lo normal, exceptuando el centro-oeste de nuestro país, con valores de precipitación tan altos que estuvieron hasta 250 mm por encima de lo normal (Mesopotamia). Así, la precipitación acumulada durante el mes de diciembre y los primeros días de enero, muestra un abundante nivel de agua recibida en general (notar que los valores exceden la escala de colores!) a diferencia de lo que venía ocurriendo (Figura 1), con valores tan extremadamente altos como en Goya (Corrientes), donde el acumulado en este período fue de 755 mm.

Figura 1. Precipitación acumulada medida durante diciembre del 2023 + primeros 15 días de enero del 2024  (PP ac, mm).
Fuente: Red pluviométrica de Caburé.

De la extensa red de estaciones pluviométricas con las que cuenta Caburé (www.cabure.com.ar), se obtuvo que en diciembre + los primeros días de enero, el 57% de las estaciones meteorológicas (unos 450 puntos de medición) tuvieron una precipitación acumulada mayor a 150 mm. En Goya, en la Provincia de Corrientes, se dio la mayor cantidad de días con precipitación superior a 10 mm (13 días) y en 8 de esos días, la precipitación fue superior a 50 mm.

Figura 2. Agua útil en la capa arable del suelo (%) al 15 de enero de 2024.
Fuente: Instituto de Clima y Agua. SMN-INTA-FAUBA

Sin embargo, para programar lo que viene para los cultivos y saber cómo están hídricamente en la actualidad, no sólo debemos mirar la cantidad de precipitaciones ocurridas, sino también cómo está el reservorio de agua: el nivel de agua en el suelo. El aporte de agua de las precipitaciones ocurridas dependerá de otros factores y en definitiva lo que queda en el suelo será lo que pueda ser aprovechado, ya que eventos de gran magnitud en un corto período de tiempo, no siempre se traducen en un en un mayor nivel de agua en el suelo (debido a que la tasa de infiltración puede no resultar suficiente).

Figura 3. Agua útil en el suelo (%) al 15 de enero de 2024.
Fuente: Instituto de Clima y Agua. SMN-INTA-FAUBA

Los niveles de agua en el suelo son adecuados desde el norte de la provincia de Buenos Aires hacia el este, donde se dieron los mayores valores de precipitación (Figura 3) donde el agua útil en el perfil es superior al 50%. En la Provincia de Buenos Aires, donde el nivel de agua útil en el suelo ya está por debajo del 50%, el agua comienza a ser una limitante (pero no como años anteriores!). En cambio, en la Figura 2, donde se representan los niveles de agua en el suelo en el primer estrato de suelo (primeros 10 cm; Figura 2), el impacto en el nivel de agua está asociado a las últimas precipitaciones y como es la porción más expuesta del suelo es lo que rápidamente está disponible para evaporación, razón por la cual sólo donde hubo lluvias últimamente los niveles de agua son aceptables.

Esta “foto” actual del agua en el suelo junto a los pronósticos a largo plazo, nos permitirán realizar un correcto análisis para tomar las mejores decisiones en nuestro sistema productivo. Como la evolución del nivel de agua en el suelo puede ser estimada a partir de un balance entre la “demanda” (de la atmósfera o del cultivo una vez implantado) y la “oferta” de agua (precipitaciones), conociendo cuál es la tendencia a largo plazo (más allá de los 30 días) de las variables determinantes, puede predecirse de forma aproximada su comportamiento.

Figura 4. Pronóstico trimestral de temperatura media para el trimestre enero-febrero-marzo. Indica mayor probabilidad de ocurrencia de una categoría. Fuente: Servicio Meteorológico Nacional: Pronóstico Climático Trimestral, 28 de diciembre de 2023.

Con distintos niveles de probabilidad de ocurrencia, el pronóstico trimestral elaborado por el Servicio Meteorológico Nacional (SMN) ayuda a dilucidar cómo serán las condiciones de oferta (precipitaciones) y demanda (evapotranspiración, determinada en parte por la temperatura del aire) que hacen al balance de agua en el suelo, durante los próximos meses.

El pronóstico trimestral del SMN para el trimestre enero-febrero-marzo indica mayor probabilidad (50-55%) de tener temperatura media por encima de lo normal en todas las provincias del NOA, entre normal y superior a lo normal (40-45%) en las provincias de Cuyo y la Patagonia y normal (>=40%) en el resto del país (Figura 4). Esto significa que donde tenemos mayor probabilidad de tener temperatura media por encima de lo normal, la temperatura media del trimestre sería al menos 0,5 °C mayor a los valores de temperatura media que observamos en la Figura 5.

Figura 5. Mapa de temperatura media del trimestre enero-febrero-marzo.
Fuente: Servicio Meteorológico Nacional: Pronóstico Climático Trimestral, 28 de diciembre de 2023.

Por lo tanto, como gran parte de la demanda atmosférica está asociada a la temperatura, es esperable que la evapotranspiración acumulada en este período sea normal, en el centro-norte del país y no se “pierda” más agua de lo normal, es decir que las reservas de agua que puedan construirse con las precipitaciones que ocurran, irían alcanzando para cubrir esa demanda.

Por otro lado las precipitaciones acumuladas para el trimestre diciembre-enero-febrero tienen (i) mayor probabilidad de estar por encima de lo normal (50-55%) sobre el Litoral, Córdoba, oeste de Santa Fe y este de San Luis;(ii) mayor probabilidad de ser normal o superior a lo normal (40-50%) en el norte, Buenos Aires y La Pampa; (iii) mayor probabilidad de ser normal (>=40%) en la Patagonia y (iv) mayor probabilidad de estar por debajo de lo normal (40-50%) en NOA y sur de la Patagonia (Figura 6). Es decir que se esperan más de 300 mm acumulados en la provincia de Buenos Aires, por ejemplo (Figura 7), augurando una buena campaña de gruesa ya que el balance hídrico atmosférico (diferencia entre la demanda atmosférica y las precipitaciones) tendería a ser levemente positivo a muy positivo (en las zonas más productivas de nuestro país).

Figura 6. Pronóstico trimestral de precipitación acumulada para el trimestre enero-febrero-marzo. Indica mayor probabilidad de ocurrencia de una categoría. Fuente: Servicio Meteorológico Nacional: Pronóstico Climático Trimestral, 28 de diciembre de 2023.

Con respecto a la actualización del fenómeno ENSO (El Niño South Oscilation) que en gran parte de nuestro territorio tiene un determinado impacto sobre las precipitaciones, estamos transitando la fase cálida del evento y continuará así durante toda la campaña, con un 100% de probabilidad.

Figura 7. Mapa de límite superior del rango normal de precipitaciones (implica que donde las anomalías sean positivas, los valores de precipitación acumulada serían superiores a estos límites) acumuladas en el trimestre enero-febrero-marzo.

El Niño está trayendo precipitaciones muy abundantes en algunos casos y con eventos puntualmente no deseados, pero pareciera que la campaña próxima la situación sería diferente. Como decíamos hace un tiempo, la condición del Niño tiene niveles de probabilidad del 100% hasta el fin de la campaña gruesa (Figura 8) y todo indica que las precipitaciones continuarán ocurriendo. Pero las lluvias no necesariamente ocurrirán en tiempo y forma de manera de poder ser aprovechadas eficientemente por nuestros cultivos.

La condición del fenómeno ENSO para la campaña agrícola que estamos transitando es “el Niño” y esto aseguraría continuar con precipitaciones adecuadas, si es que otros forzantes atmosféricos que interaccionan con este evento lo permiten. Este evento puede asegurarnos mayor humedad en la atmósfera y mayor cantidad de eventos de lluvia, pero hasta ahora no se vienen distribuyendo de manera adecuada en el tiempo (ni en el espacio), de manera de poder aprovecharlos en su totalidad. El pronóstico trimestral del SMN, indica que en el mediano plazo habrá precipitaciones por encima de lo normal en una buena porción de nuestro país, por lo que la humedad en el suelo ya no sería una limitante para el normal crecimiento de los cultivos, aunque utilizar la agrometeorología como una herramienta más que permita maximizar el uso del agua, haciendo economía del recurso hídrico es siempre clave. Como siempre, recomiendo hacer monitoreo de las condiciones actuales, analizar los pronósticos (a mediano y corto plazo) y recopilar DATOS para la construcción de estadísticas que ayuden a tomar las mejores decisiones.

Figura 8. Pronóstico probabilístico del fenómeno ENSO producido en base a CPC NOAA. 15 de diciembre de 2023 https://iri.columbia.edu/

Este artículo muestra un pantallazo general de lo que puede ocurrir y debe seguir ajustándose a medida que la campaña avance, contando con mayor certeza en los indicadores. En una escala temporal menor (por ejemplo, mensual) podría ocurrir que llueva más de lo que el pronóstico trimestral indica por lo que estemos atentos a los pronósticos de corto plazo (7-15 días). La atmósfera es caótica y dinámica y las previsiones climáticas que acá presentamos se refieren a condiciones medias durante el periodo analizado, por lo tanto no contemplan la ocurrencia de eventos puntuales tanto en la escala intra-estacional como en una escala menor a la regional.

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