Un equipo de ALZ-Agro visitó recientemente el tambo La Monona, propiedad de María Inés Bolletta, ubicado en zona rural de Germania, partido de General Pinto, al norte de la provincia de Buenos Aires. Dos galpones inaugurados hace poco más de un año que albergan 560 vacas en ordeñe cuidadas con mucho esmero. Luego, pasó a visitar a Martín Brito, propietario de La Inesita, un tambo familiar robotizado en la vera de la ruta 35 entre Coronel Moldes y Río Cuarto.
Ambos tambos tienen un factor común en la alimentación de su rodeo: suplementan con Nutriliq, que entre sus múltiples beneficios aporta nutrientes y otorga palatabilidad, dando como resultado mejoras en la producción.
La Monona
María Inés y Luis Jordán llevan adelante La Monona, un desafío que los apasiona y que los tiene “al trote todo el día”. Este tambo pertenecía a la estancia La Margarita en donde funcionaba la industria de Ernesto Kasdorff y luego Parmalat hasta que en la década del 70 lo compró la familia Bolletta. En el 2020 cuando cada uno de los tres hermanos sucedieron a sus padres, María Inés quedó con el tambo en funcionamiento. La Margarita tenía ganadería de carne y fue en esas épocas que se iniciaron con “la sopa para las vacas” y los lamedores. Esto se remonta a los orígenes de Nutriliq, “hace ya 11 años, cuando las vacas de cría rastrojeaban y se complementaba la dieta con los lamedores”, hace memoria María Inés.
“Eduardo Figueroa, el nutricionista, nos hizo ver cómo mejoraba la producción de leche de la vaca de cría”, recuerda. Así fue como lo incorporaron a la dieta del tambo. “Era toda una innovación -agrega- porque no se usaba en vaca de tambo”.
El tambo que recibe era semi pastoril y luego pasan a tener los rodeos en dry lots. Con los excesos de lluvia y los anegamientos ese sistema “fue una máquina de romper tractores, de romper vacas, de romper seres humanos, de romper las finanzas de la empresa… rompió todo”, enumera. Pero la pasión le ganó a la simplificación: se volcaron a estudiar muy a fondo hacer galpones para darle confort a las vacas, y que no padecieran el estrés por barro y el estrés por calor. La evaluación contempló varios modelos, hubo golpes de timón en el camino hasta que la decisión fue la construcción de dos galpones de cama fría con calles de alimentación lateral y la inauguración fue en octubre del 2023. Alejandro Savage, director de la división Nutrientes de ALZ-Agro, compartió ese gran momento.
La Inesita
Por su parte, desde la ruta 35, Martín Brito comparte su experiencia con el tambo robótico que permite, “siempre y cuando no haya una alarma”, comenzar puntual bien temprano a la mañana con las vacas que están “en rojo”, las que tienen un período de demora en el ordeñe, y luego “el sistema, que es simple y previsible, hace la tarea”. Evalúan como viene el rechazo, que puede estar entre un 3 y un 5%, para hacer una nueva carga de alfalfa de muy buena calidad y Nutriliq.
“Que la vaca haga lo que quiera”
Tanto en La Monona como en La Inesita el objetivo es preservar a los animales de cualquier tipo de estrés.
La clave de Martin Brito en su tambo robotizado es que “funciona casi solo, con un control mínimo, con 3.6 ordeñes por día y casi sin referir casos de mastitis”. Si suena una alarma la atienden. Si no, mientras la vaca coma y el robot la ordeñe, solo les queda limpiar la pista. La Inesita cuenta con dos VMS DeLaval, modelo Classic. Así pueden ordeñar hasta 65 vacas por robot, y el óptimo de este tambo sería 110 vacas en ordeño, 55 en cada corral.
El equipo de trabajo es fundamental y María Inés se siente privilegiada por el suyo. Lo integran asesores muy comprometidos: veterinario, nutricionista, agrónomos, y las personas que trabajan a diario en la empresa lideradas por el encargado de tambo, el encargado de recrías y el encargado general. “Se ocupan del ordeñe, de sacar celo, de inseminar, de controlar el pre parto, de atender el galpón de crianza de las hembritas y los machitos recién nacidos.”
El ordeñe de las 560 vacas de La Monona es una rutina de los 365 días que va desde la 1 a las 6:30 am y por la tarde en el mismo rango horario, entre las 13 y las 18:30 aproximadamente. Por el momento, en dos turnos y aspiran al tercero en breve luego de agrandar la sala de ordeñe actual.
Mientras el rodeo está en ordeñe, se trabajan las camas de las vacas bajo galpón pasándoles cincel y rotovator, tratando de cumplir con la premisa de que el alimento espere a las vacas y no las vacas al alimento.
Los beneficios de Nutrilq
“Los años pasan volando! Y probablemente ya pasaron seis que estamos usando Nutriliq en el tambo, después de habernos iniciado en ganadería de carne con los lamedores probándolo en lechería”, recuerda María Inés y destaca que los beneficios se ven reflejados en la producción. “El Nutriliq le da más palatabilidad, que es muy importante ya que necesitás que la vaca coma”, y añade que utilizan la formulación 0050, más que nada por el aporte de los azúcares que brindan energía y ayudan a que se multipliquen las bacterias en el rumen mejorando así la digestibilidad de la fibra. Destaca el aporte de minerales, y le pasa la posta a Eduardo Figueroa, el nutricionista para que de mayores detalles sobre la dieta.
Otro punto a favor de Nutriliq, en el que coinciden ambos productores: “¡no atrae moscas!, por más de que se trata de una melaza y son azúcares, no es un material que las atraiga. Y es algo muy importante con todo lo que eso implica, porque la mosca molesta a la vaca y ¡los tamberos no queremos saber nada de moscas!”, destaca María Inés.
En cuanto al proceso y la composición de las dietas en La Inesita la formulación es a base de alfalfa y Nutriliq para vaca de tambo que se distribuye prácticamente ad libitum, para llegar a los 12-13 meses con peso, tamaño y edad de inseminación. “Estamos logrando a los 13 meses con esta raza (doble propósito: carne y leche) los 320 kilos para inseminar y tener pariciones a los 22-23 meses”.
“La nutrición en tambo se ve fuera del rumen, por sus condiciones corporales, por el bosteo que no presenta gusto ni olor, no hay acidosis, detalles que hablan de digestibilidad. Vacas en donde la condición corporal es llamativa, se mueve entre 3.5 y 2.75 con el Nutriliq, el balanceado y la alfalfa. En siete años, algo que creíamos que iba a suceder, sucede con creces. Dieta con altísima carga de fibra con un aditivo para complementar la energía, vitaminas y minerales. Sumado a la palatabilidad, con pH neutro, levemente alcalino, no se congela, no atrae moscas ni insectos. Todo esto en un tambo es de mucha importancia, porque se limpia fácil, no es pegajoso y es muy práctico”, resume Brito. Y concluye: “Si hacemos las cosas bien, ABC… la producción viene sola”.
La voz del especialista
Eduardo Figueroa está a cargo desde hace más de 15 años de la nutrición de los animales de La Monona. Recuerda que comenzaron utilizando “el Nutriliq 2050 con un rodeo de cría que estaban con un rastrojo, que no había nada de verde y desde el momento que se incorporó Nutriliq empezaron a comer un kilo y medio, un kilo setecientos y se empezó a notar visualmente la mejora en la carga de la leche en las vacas y después en el estado posterior de los terneros”. Fue cuando le surgió la inquietud de incorporarlo en el tambo. Y durante muchos años usaron esa formulación que aporta más proteína para abaratar el costo. Desde hace unos años están utilizando silos de vicia “que son cultivos de servicio que no hacen perder hectáreas agrícolas, va bien al suelo para cobertura y tiene un aporte excepcional de calidad como forraje, con más alta digestibilidad de la FDN a las 48hs que el de alfalfa.” Y fue en ese entonces que -según detalla- “pasé al Nutriliq 0050 que es azúcares sin sumar nitrógeno no proteico para no excedernos”.
La conformación de la dieta “todo galpón, todo TMR, donde hay aproximadamente 30 kilos MV de silo de maíz, silo de vicia, y está en 10 kilos MV y da aproximadamente 52% de forraje… y el resto del concentrado de la ración es grano de maíz, burlanda, harina de soja, Nutriliq y la premezcla vitamínico mineral.”
“Nutriliq aporta los azúcares para que las bacterias alimenten a la vaca con los compuestos nitrogenados de la degradación del silaje proteico. Ese creo que es el secreto: que mejora la nutrición bacteriana.”