El otoño meteorológico que ya está promediando, ha permitido en esta primera mitad una buena recarga de agua en los perfiles de suelo en prácticamente toda la zona productiva del país.
Por: Matías Cambareri – Caburé
Principalmente, esto se debe a una baja en las temperaturas medias, como así también a las precipitaciones (excesivas en algunos casos) ocurridas en marzo, ya que en abril (por ahora) los eventos de precipitación en la mayoría de los casos no son de importancia en cuanto a la magnitud. ¿Ventajas de esto? La recarga del perfil va ocurriendo de manera pausada, evitando que ocurran escurrimientos que determinan que el agua finamente no ingrese a los estratos inferiores del suelo. Lamentablemente no podemos manejar cuánta lluvia queremos, ni cómo ni cuándo. Sin embargo, sí podemos recopilar datos que nos ayuden a tener más y mejor información para la toma de decisión. Así que rápidamente, repasemos dónde estamos y hacia donde vamos en términos agrometeorológicos, observando el comportamiento de variables clave para nuestras producciones.
Con más de 700 estaciones meteorológicas distribuidas principalmente en toda la región productiva de nuestro país la red de Caburé (www.cabure.com.ar), recopiló en lo que va de abril una infinidad de datos meteorológicos, de los que sólo vamos a observar cómo viene siendo la precipitación acumulada (al 16/4), que es el elemento meteorológico más variable en el espacio (así como también lo es su predicción).

Fuente: Red pluviométrica de Caburé.
En términos numéricos, la precipitación acumulada durante la primera quincena de abril (Figura 1) llegó a superar los 120 mm sólo en algunos puntos de las Provincias de Santa Fe, Entre Ríos y Formosa (bastante más lejos de los 400 mm que se habían alcanzado en los primeros días de marzo en algunos sitios como Bahía Blanca). Sólo en el 2% (unos 11 sitios) de los puntos de observación, la precipitación acumulada superó los 100 mm, mientras que el 35% (cerca de 230 sitios) de los puntos de observación acumuló entre 25 y 50 mm. En términos generales, en toda la región productiva del país las precipitaciones de abril (hasta el 16 del mes) estuvieron por debajo de lo normal, con una anomalía negativa de entre 25 y 50 mm

Fuente: Instituto de Clima y Agua. SMN-INTA-FAUBA
Pero lo más importante de las precipitaciones, es que permiten la recarga del contenido de agua en el suelo, que será de donde los cultivos extraigan agua para su crecimiento y desarrollo. Este reservorio de agua, lo podemos dividir en dos grandes estratos: el superficial (o capa arable, que es lo que rápidamente está disponible para evaporación; Figura 2) y en profundidad (que de acuerdo a la metodología utilizada en este modelo, contempla el perfil que exploran las raíces, con un máximo de un metro; Figura 3). En lo que va del mes de abril, puede observarse que tanto a nivel superficial como en profundidad, los niveles de agua en el suelo están entre adecuados y abundantes (más del 50% de agua útil en el perfil), en toda la región productiva del país, indicando un buen nivel de humedad para el inicio de la campaña de fina.

Fuente: Instituto de Clima y Agua. SMN-INTA-FAUBA
Esta “foto” del nivel de agua en el suelo, junto a los pronósticos a largo plazo, nos permitirán realizar un correcto análisis para tomar las mejores decisiones en nuestro sistema productivo. Como la evolución del nivel de agua en el suelo puede ser estimada a partir de un balance entre la “demanda” (de la atmósfera o del cultivo una vez implantado) y la “oferta” de agua (precipitaciones), conociendo cuál es la tendencia a largo plazo (más allá de los 30 días) de las variables determinantes, puede predecirse de forma aproximada su comportamiento.

Con distintos niveles de probabilidad de ocurrencia, el pronóstico trimestral elaborado por el Servicio Meteorológico Nacional (SMN) ayuda a dilucidar cómo serán las condiciones de oferta (precipitaciones) y demanda (evapotranspiración, determinada en parte por la temperatura del aire) que hacen al balance de agua en el suelo, durante los próximos meses.
El pronóstico trimestral del SMN para el actual trimestre (abril-mayo-junio) indicaba(i) mayor probabilidad (50-55%) de tener una temperatura media superior a lo normal en la Patagonia y norte del Litoral, siendo mayor la chance hacia el extremo sur del país; (ii) mayor probabilidad (40-45%) de tener una temperatura normal o superior a lo normal sobre las regiones del Norte, NOA y sur del Litoral y (iii) mayor probabilidad (>=40%) de tener una temperatura media normal en el este de Buenos Aires (Figura 4). El área que se encuentra en blanco en la Figura 4, indica que allí no hay una categoría con mayor probabilidad de ocurrencia.
Esto significa que la temperatura media del trimestre mencionado sería al menos 0,5 °C mayor a los valores de temperatura media que observamos en la Figura 5, en los casos que la probabilidad sea de una temperatura media superior a lo normal. Por lo tanto, como gran parte de la demanda atmosférica está asociada a la temperatura, es esperable que la evapotranspiración acumulada en este período sea mayor a lo normal en las regiones del Norte y Litoral del país.

Fuente: Servicio Meteorológico Nacional: Pronóstico Climático Trimestral, 28 de marzo de 2025.
Por otro lado, las precipitaciones acumuladas para el actual trimestre (abril-mayo-junio) tienen: (i) mayor probabilidad (40-45%) de ser superiores a lo normal o normales sobre Entre Ríos, centro y sur de Santa Fe y Córdoba; (ii) mayor probabilidad (>=40%) de ser normales en el NOA, Buenos Aires y La Pampa y (iii) mayor probabilidad de estar por debajo de lo normal (40-50%) en la región Patagónica (Figura 6).

Es decir que se esperan, dependiendo de la zona, precipitaciones acumuladas en los tres meses mayores a los valores presentados en la Figura 7 y menores a los que se observan en la Figura 8. En los casos donde la mayor probabilidad sea de tener precipitación normal, los valores serán mayores a los observados en la Figura 8 y Menores a los observados en la Figura 7. Así, el balance hídrico atmosférico (diferencia entre la demanda atmosférica y las precipitaciones) en estos tres meses tendería a ser negativo en el Norte del país si nos guiamos por el pronóstico trimestral.

Fuente: Servicio Meteorológico Nacional: Pronóstico Climático Trimestral, 28 de marzo de 2025.
Con respecto a la actualización del fenómeno ENSO (El Niño South Oscilation) que en gran parte de nuestro territorio tiene un impacto negativo (o positivo!) sobre las precipitaciones, el último informe indica que estamos transitando la fase neutral del evento y para el actual trimestre se prevé una probabilidad del 96% que continúe en esta fase.
Recordemos que bajo este evento neutral en ciertas zonas las precipitaciones pueden estar por encima de lo normal y en otras por debajo de lo normal, debido a la amplia variabilidad de la precipitación acumulada, respecto a las otras dos condiciones. Aún falta mucho y todavía no está claro (debido a que la probabilidad de ocurrencia es bastante similar), si esta próxima campaña agrícola se desarrollará bajo una fase fría (La Niña), cálida (El Niño) o neutral del evento ENSO (Figura 9), por lo que recomiendo seguir de cerca este indicador, así como también tener diferentes alternativas productivas en caso de ocurrencia de una situación u otra.

Fuente: Servicio Meteorológico Nacional: Pronóstico Climático Trimestral, 28 de marzo de 2025.
En resumen
El inicio de la nueva campaña agrícola será con una buena recarga de los niveles de agua en el suelo (un poco menor a la observada en esta misma época en la campaña pasada) y con un pronóstico todavía incierto hacia el final. Sin embargo, ya sabemos que en el corto/mediano plazo las lluvias podrían comenzar a escasear (para la última semana de abril se prevén precipitaciones, pero nada para la primera de mayo).
Tal vez, utilizar estrategias que permitan conservar el agua que actualmente está en los estratos inferiores del suelo sea una buena alternativa. Utilizar la agrometeorología como una herramienta más que permita maximizar el uso del agua, haciendo economía del recurso hídrico y buscando minimizar problemas por exceso es clave.
Como siempre, recomiendo hacer monitoreo de las condiciones actuales -una estación meteorológica sería lo ideal, pero sino animémonos a medir al menos las lluvias con un pluviómetro y realicemos el mantenimiento necesario para que el dato sea correcto- de manera de recopilar DATOS para la construcción de estadísticas que junto al análisis de pronósticos (a mediano y corto plazo) ayuden a tomar mejores decisiones.

Este artículo muestra sólo un pantallazo general de lo que puede ocurrir y debe seguir ajustándose a medida que la campaña avance, contando con mayor certeza en los indicadores. En una escala temporal menor (por ejemplo, mensual) podría ocurrir que llueva más de lo que el pronóstico trimestral indica (como ocurrió en lo que va de este mes) por lo que estemos atentos a los pronósticos de corto plazo (7-15 días). La atmósfera es caótica y dinámica y las previsiones climáticas que acá presentamos se refieren a condiciones medias durante el periodo analizado, por lo tanto, no contemplan la ocurrencia de eventos puntuales tanto en la escala intra-estacional como en una escala espacial menor a la regional.