En esta campaña fina, FMC propone un abordaje integral y preventivo de malezas y enfermedades, con el fin de garantizar una cosecha con excelentes rendimientos.
La siembra de trigo está próxima a comenzar y todos los factores se combinan en un viento de cola que empuja proyecciones optimistas para el cereal. Con una buena recarga de humedad de los suelos y precios a cosecha altos, la siembra crecerá tres por ciento hasta 6,8 millones de hectáreas y la cosecha podría alcanzar un récord de 21 millones de toneladas, según la Bolsa de Cereales de Buenos Aires.
Para lograr ese objetivo, más allá de que las lluvias y las temperaturas acompañen el desarrollo de la campaña, será fundamental mantener la inversión en tecnología para mantener “a raya” a las principales amenazas que puede tener el cereal.
En el caso de las malezas, por ejemplo, el gerente de herbicidas de FMC, Juan Caporicci, afirma que las que provocan mayores problemas en el trigo son Conyza (en toda la superficie argentina), Lolium (en casi toda la provincia de Buenos Aires y sur de Santa Fe y Entre Ríos) y el complejo de crucíferas (en el sur bonaerense). La recomendación de FMC es una combinación de los herbicidas Finesse y Shark para estar protegidos a lo largo de toda la campaña.
Finesse es un pre emergente con alto contenido residual capaz de un control efectivo en Conyza y con acción positiva también en Lolium. Para las crucíferas, en tanto, Shark es un post emergente también con elevado poder de rescate. Para el Ing. Agr. Caporicci, un factor a tener en cuenta es que la utilización de estos herbicidas tiene un bajo costo en relación a los beneficios que traen en la protección de los rendimientos. “En el caso de Conyza, con 50 kilos de trigo puede pagarse la aplicación de un herbicida residual que cubre desde la siembra hasta la cosecha. Son 50 kilos que no se pierden; la maleza, si no se controla, seguro se lleva mucho más del rendimiento”, afirma Caporicci.
Semillas curadas
Otro aspecto clave para lograr una campaña con buenos indicadores es lograr que las semillas germinen en el tiempo y las formas esperadas. Para ello, Matías Retamal, gerente de fungicidas y de tratamientos de semillas de FMC, asegura que es fundamental hacer un análisis de calidad antes de la siembra, buscando prever qué patógenos podrían estar presentes tanto en la parte externa como interna de la semilla y que podrían afectar a la planta durante su desarrollo.
Estos análisis, según Retamal, son los que permiten seleccionar el modo de acción indicado. En el caso de FMC, la recomendación es “curar” con Rovral + Vincit: una combinación de fungicida de contacto con otro sistémico, que permiten una acción integral, tanto en el exterior como en el interior de la semilla.
Luego, en enfermedades foliares, Retamal aconseja estar atentos a monitoreos tempranos para decidir la mejor estrategia de control. En este caso, los productos son Rubric Max, que se recomienda una dosis de entre 400 y 500 centímetros cúbicos por hectárea; y Nanok (entre 600 y 700 centímetros cúbicos). Un aspecto muy importante es que los productores tienen conciencia plena de la importancia de aplicar estos terápicos.
“El 90 por ciento de la superficie sembrada tiene curasemillas. En general, si no se utilizan, las pérdidas que pueden sufrirse por la acción de enfermedades rondan entre 25 y 30 por ciento. Y pueden ser mucho peores en casos de severidad alta”, destaca el agrónomo. En paralelo, Retamal también sugiere el uso del emulsionante orgánico Biofusión, que actúa como coadyuvante favoreciendo una aplicación eficiente, que ingrese de manera correcta a la hoja. “Se puede mezclar en cualquier caldo y no tiene derivados químicos. Es una solución integrada para cualquier tipo de aplicación con poder emulsionante, penetrante y tensioactivo, entre otros beneficios”.