Gracias al compromiso entre el Senasa y los productores se han alcanzado nuevos niveles en el control de esta enfermedad que afecta a caballos, mulas y asnos.
El caballo es uno de los animales más representativos del imaginario cultural argentino. En nuestra historia, la relación simbiótica entre el hombre de campo y este animal es para muchos no solo un compañero de ruta sino hasta una extensión del cuerpo y alma del jinete.
En la Argentina, pese al contacto directo con el caballo como tradición y herramienta de trabajo, es todavía muy común que se desconozcan las pautas más elementales para proteger su salud. Quizás por eso para muchos propietarios y productores la Anemia Infecciosa Equina (AIE) constituye un enigma.
La AIE es una enfermedad infecciosa producida por un virus de amplia difusión en todo el mundo, que no tiene cura ni vacuna preventiva, y se caracteriza por tener una presentación inaparente, con “señales” pobres o ausentes, en donde los equinos actúan como reservorios y fuentes de virus para la persistencia de la enfermedad.
Su transmisión se produce de forma solapada y permanente por la picadura de distintos tipos de tábanos y por la inadecuada utilización o reutilización de cualquier objeto cortopunzante que contenga sangre infectada. Por lo tanto, si se controlan las vías más comunes de vehiculización, la enfermedad es altamente controlable.
En este sentido, el Senasa recomienda a los veterinarios y otros actores involucrados con la sanidad equina tener presentes las siguientes medidas preventivas: no compartir agujas, jeringas y elementos cortopunzantes entre equinos (su uso debe ser individual); lavar y desinfectar previamente todos los elementos cuando deban ser compartidos; aislar del resto de población a los equinos que ingresan hasta corroborar su negatividad mediante serología; no incorporar en el plantel equinos de origen dudoso; realizar el análisis serológico con periodicidad en laboratorios habilitados por el Senasa y controlar la presencia de vectores.
Además, el Senasa establece la obligatoriedad del diagnóstico de AIE previo al movimiento de equinos para evitar la difusión territorial del virus y el incremento de equinos portadores, de modo tal que en algunas regiones, la enfermedad pueda ser controlada o erradicada paulatinamente.
De esta forma en la Patagonia, luego de que los muestreos nacionales realizados arrojaran resultados negativos –y gracias al esfuerzo colectivo desarrollado por varios sectores involucrados en la producción equina–, el Organismo declaró, mediante la Resolución N°386/2017, a la región patagónica como zona libre para la anemia infecciosa equina.
“Este reconocimiento es muy importante para la producción de equinos dentro de la región, trae beneficios potenciales en cuanto a la calidad sanitaria de nuestros caballos, la producción interna y el desarrollo de las economías regionales”, concluye Esteban Durante, médico veterinario y responsable del Programa de Enfermedades de los Equinos del Senasa.
Aspectos a tener en cuenta en la Patagonia
Para el ingreso de équidos a la zona libre a través de la barrera sanitaria patagónica se debe presentar la siguiente documentación para cada animal.
Con destino: diferente a faena
Libreta Sanitaria Equina (LSE) o Pasaporte Equino (PE), Documento de Tránsito Electrónico (DT-e) que especifique obligatoriamente el número de LSE o PE.
Certificación oficial vigente de AIE (validez de 15 días a partir de la extracción ) y vacunación contra influenza equina vigente.
Con destino a Faena inmediata en frigorífico
DT-e, Documento Individual para el Registro de Tratamiento de los Équidos (DIRTE) con la caravana correspondiente y la marca a fuego con la letra F en la grupa derecha.
Con destino a establecimiento acopiador
DT-e, certificación oficial negativa vigente de AIE (validez de 15 días), declaración jurada de remisión a faena, marca a fuego con la letra F en la grupa derecha.