Monitoreo y control desde la presiembra, dos claves para ganar sanidad desde el inicio
Adelantarse a la acción de las plagas es una clave para evitar complicaciones a veces irreversibles en el desarrollo de los cultivos. En una conversación con Mariano Luna, experto en aplicaciones de Rizobacter, el referente del servicio especializado “Infobichos”, Maximiliano Spinollo, repasó cuales son los insectos que encienden las alertas en esta campaña marcada por la sequía.
En relación al trigo, el especialista indicó que la oruga desgranadora está actuando en algunas zonas. “Si bien en las trampas de luz no se registran demasiadas capturas por las noches frescas, la presencia de entre 15 y 20 ejemplares está indicando que el insecto está dando vueltas y que los técnicos deben ir a cotejar esa información en su lote”, alertó.
Este insecto, que come granos en estado lechoso y pastoso, “no está atacando el campo en forma masiva (el umbral es muy alto, 200 insectos por noche en las trampas), pero hay zonas donde está actuando y por lo tanto, el técnico o el productor tienen que ir a ver qué está pasando en su campo. Aunque el trigo no está en las mejores condiciones, la plaga puede atacarlo. Si se detecta en forma temprana, el productor puede decidir qué hacer”, puntualizó
En soja, la oruga bolillera, enciende todas las alertas. Según indicó Spinollo está cayendo en las trampas de luz, y en este caso, el umbral es mucho más bajo que los 200 ejemplares establecidos para la oruga desgranadora.
“Ya con la expresión de 10 adultos en las trampas es suficiente. A campo, el umbral es una oruga por metro cuadrado. Para estos casos la indicación es realizar los controles durante la presiembra y la emergencia. La oruga come brotes tiernos y tallos y, si llega a atacar a la soja en este estadío, se complica el estado del cultivo durante todo el ciclo”, advirtió.
La oruga bolillera es una plaga que ha crecido fuertemente en los últimos años en la zona pampeana, y se recomienda un exhaustivo control sobre todo en años de sequía (ya hay antecedentes de lo que sucedió en otros años secos como 2008 y 2013).
En maíz, el monitoreo en rastrojo previo a la siembra para detectar presencia de chinche marón, es una buena práctica recomendada ya que si se actúa con el maíz sembrado, una vez que se ven los daños, ya es tarde. “Si ataca al cultivo en los primeros estadíos, la planta va a presentar enanismo y un crecimiento anormal. Es una plaga que avanzó mucho sobre todo en Brasil, hay que actuar bien temprano, antes de la siembra o la pre emergencia y, si se detecta, controlarla en el rastrojo”.
Con respecto a las orugas cortadoras en maíz, si bien se está terminando el ciclo, hay que tenerla en cuenta y en caso de detectar 5% de plantas cortadas, hay que actuar. Los lotes que vienen con control de malezas tardía porque salen de pasturas, son los más proclives a estar afectados y seguramente van a tener presencia de orugas. En el resto, generalmente se toma una medida de anticipatoria con la incorporación de algún piretroide en la estrategia de control. “Para hacer un monitoreo, en cultivo de maíz sobre rastrojo de soja, se debería buscar en la superficie, aunque no es tan fácil detectarlas como en el caso de las chinches sino se ve el daño en plantas cortadas”, especificó Spinollo.
Por último el especialista recomendó no perder de vista al gusano blanco que puede hacer daño en trigo, en maíz y eventualmente en soja. Advirtió que “con 5 o 6 larvas por metro cuadrado en maíz hay que tener mucho cuidado”.
Para un monitoreo eficiente indicó que “con una pala se busca una profundidad de 30 centímetros para detectar presencia de las larvas de gusano blanco más grandes”. De detectarse presencia en el lote, se necesitará recurrir a terápicos de semillas presentes en el mercado que han demostrado una alta eficiencia en el control.
Como conclusión, el especialista remarcó que estar atentos a la posible incidencia de plagas permitirá a técnicos y productores adelantarse días y hasta semanas a los ataques de insectos. Por lo tanto, las recorridas periódicas de los lotes sigue siendo una de prácticas preventivas más eficientes para lograr sanidad y un buen desempeño en todo el ciclo de los cultivos.