Previo a comenzar la trilla y su registro con plataformas de agricultura digital, es importante asegurarse que algunos parámetros clave de la máquina y el cultivo estén bien configurados
Para que el mapa de rendimiento sea representativo de los granos recolectados y se tenga un valioso análisis de la campaña.
Por: Ing. Agr. Jeremías Drobot – Marketing en FieldView
Hoy las plataformas poseen registros paso a paso sencillos de interpretar con croquis de las máquinas para una visión acabada del dato que se necesita sobre la cosechadora. Los softwares actuales vienen preparados para el poco tiempo con el que se cuenta en la vorágine de la cosecha y la falta de conectividad en el campo, solo requieren algunos parámetros determinados para enlistarse a la cosecha.
Veremos aquellas cinco configuraciones clave más comunes que se precisan a la hora de cargar un equipo nuevo en la plataforma, tanto propio como de un contratista, ya que se podrán utilizar múltiples implementos en una misma cuenta y hasta mover el hardware por máquina y labor en algunos casos.
- Marca y modelo
Además del nombre de fantasía que se le pondrá a la máquina, es importante colocar el modelo y la marca específica, ya que la plataforma determinará el sistema de monitoreo de rendimiento sobre esta información. Algo que resulta clave para asegurar una correcta lectura de datos.
- Posición del GPS
Este dato es muy importante para generar un buen mapa de rendimiento digitalizado. El software pedirá las distancias a determinados lugares de la máquina en la que se encuentra la antena GPS. Esto será para compensar y corregir al centro del corte el lugar de toma del dato georreferenciado, y que las pasadas de la máquina queden bien precisas en el mapa.
- Configuración del cabezal
En primera instancia, habrá que determinar el tipo de cabezal según cultivo, de plataforma (trigo – soja) o hileras (maíz – girasol). Los requerimientos de ambas variarán, pero en definitiva son para determinar el ancho de labor, la distancia a las cuchillas / cadenas y si el embocador estuviera fuera del centro de la máquina, la medida para corregir esto.
Un dato clave acá es la altura máxima de corte, lo que determina que hasta ese umbral se registren datos, y de ahí hacia arriba ya no. Para configurarla es necesario levantar el cabezal hasta la altura máxima de cosecha y guardar dicha medida. Esto hará que, en vueltas de cabecera o zonas sin cultivo, el mapa no quede con rendimiento nulo, sino sin “pintarse” directamente.
- Desfase en el sensor de flujo
Con este dato importante se trata de determinar la cantidad de segundos entre el momento que el cultivo es cosechado hasta que pasa por el sensor de flujo de masa. Se mide en segundos y depende del modelo y marca de la máquina, deberá identificarse en el monitor de la misma. Ejemplo: si son 14 segundos, será este el tiempo que sucede entre que pasa la máquina y se va formando el mapa en la plataforma digital.
- Cultivo y humedad
Seleccionar el cultivo a trillar y la humedad de recibo del material será clave para determinar el peso en seco del mapa de rinde. Estos parámetros se ponen en la plataforma y se pueden ir corrigiendo conforme pasen las horas.
Por último, es muy necesario que las configuraciones de los sensores de la máquina se hagan en las cabeceras o mejor aún, al terminar el lote. De esta manera, se evitarán las diferencias de rendimiento propias de la calibración que puedan alterar los mapas.

Las cosechadoras actuales son cada vez más “inteligentes” y vienen con muchos sensores autocalibrables. De todos modos, los de humedad y rendimiento necesitan ser ajustados en la mayoría de los modelos. Es importante saber que cuando cambian las condiciones de humedad del cultivo es necesario realizar esta calibración de manera más frecuente.
Toda la tecnología de la maquinaria moderna hace que los mapas de rendimiento queden cada vez de mejor calidad y eso mejora todos los análisis agronómicos de la campaña.
Siendo muy recomendable registrar todas capas de información sobre los trabajos realizados en el lote. Desde los materiales sembrados y en lo posible algunos ensayos propios para saber cómo performa cada híbrido o variedad, hasta las pulverizaciones con franjas testigo para medir a cosecha las ventajas de los tratamientos en kilos por hectárea y poder mensurar el retorno obtenido en los márgenes de la campaña.