Ing. Agr. Matías Cambareri-CPO Caburé
Finalizado el tan seco invierno, donde las recargas de agua en los perfiles de suelo no fueron las suficientes, se renovaron las esperanzas imaginando una primavera que rompa con todos los pronósticos, permitiendo finalizar de manera aceptable la campaña de fina y comenzar fuertemente con la campaña de gruesa. Sin embargo, al igual que en la estación fría, el mes de septiembre dejó acumulados por debajo de lo normal: en algunas áreas los valores fueron tan bajos que representaron menos del 10% del valor mediano (hasta 100 mm menos); mientras que en otros (muy pocos y puntuales sitios) la precipitación acumulada estuvo levemente por encima del valor mediano. Este último fue el caso de Iguazú en Misiones, donde se registró el máximo valor de precipitación acumulado (208 mm; Figura 1).

Fuente: Red pluviométrica de Caburé.
De manera similar al mes anterior, la red de estaciones meteorológicas con la que cuenta Caburé que permite determinar de manera muy precisa el comportamiento espacial de las diferentes variables meteorológicas, recopiló que durante el mes de septiembre casi el 15% de los puntos de medición (más de 110) tuvieron una precipitación acumulada menor a 5 mm. En la Provincia de Misiones, se dio la mayor cantidad de días con precipitación superior a 10 mm (5 días), mientras que en la Provincia de Entre Ríos, se dieron los valores más altos de precipitación acumulada en un día (superando los 60 mm en Federal).

Así continuó junto con este evento Niña, el nivel de sequía asociado a la escasez de precipitaciones. Según el SISSA (Sistema de Información sobre Sequías para el Sur de Sudamérica), si tomamos los últimos 6 meses de precipitaciones el sur de Santa Fe, noroeste de Buenos Aires, sudeste de Córdoba y gran parte del NOA se encuentran en la categoría “sequía extrema” a “sequía excepcional”, significando precipitaciones muy por debajo de los valores normales (Figura 2).
Sin embargo, en el sector agropecuario, vamos un paso más allá de las precipitaciones y nos interesa conocer qué ocurre con el agua en el suelo, que es el reservorio de donde extraerán el agua nuestros cultivos. Los niveles de agua en el suelo, continúan siendo insuficientes en prácticamente todo el país en los primeros centímetros (Figura 3)y a diferencia del mes anterior, en el primer metro de profundidad (Figura 4), los niveles de agua útil en el suelo ya son escasos (exceptuando en Misiones), significando limitaciones hídricas para el normal crecimiento y desarrollo de cultivos (menos del 50% de AU).
El impacto que estos bajos niveles de agua en suelo tengan sobre el rendimiento final, dependerá del estadío fenológico en que se encuentren los cultivos.

Fuente: Instituto de Clima y Agua. SMN-INTA-FAUBA
Esta foto de cuál es la condición actual de agua en el suelo nos permitirá junto a los pronósticos a largo plazo, realizar un correcto análisis que nos permita tomar las mejores decisiones para nuestro sistema productivo. Como la evolución del nivel de agua en el suelo puede ser estimada a partir de un balance entre la “demanda” (de la atmósfera o del cultivo una vez implantado) y la “oferta” de agua (precipitaciones), conociendo cuál es la tendencia a largo plazo (más allá de los 30 días) de las variables determinantes, puede predecirse de forma aproximada su comportamiento.

Fuente: Instituto de Clima y Agua. SMN-INTA-FAUBA
Con distintos niveles de probabilidad de ocurrencia, el pronóstico trimestral elaborado por el Servicio Meteorológico Nacional (SMN) ayuda a dilucidar cómo serán las condiciones de oferta (precipitaciones) y demanda (evapotranspiración, determinada en parte por la temperatura del aire) que hacen al balance de agua en el suelo, durante los próximos meses. El pronóstico trimestral del SMN para el próximo trimestre (meses de octubre-noviembre-diciembre) indica (i) mayor probabilidad (40-50%) de tener temperatura media por encima de lo normal en todo el país desde el norte de la provincia de Córdoba hacia el sur y (ii) mayor probabilidad de tener valores normales de temperatura desde el norte de la provincia de Córdoba hacia el norte y desde el centro de Santa Cruz hacia el sur (Figura 5). Esto significa que donde tenemos mayor probabilidad de tener temperatura media por encima de lo normal, la temperatura media del trimestre mencionado sería al menos 0,5 °C mayor a los valores de temperatura media que observamos en la Figura 6.
Como gran parte de la demanda atmosférica está asociada a la temperatura, es esperable que la pérdida de agua desde el suelo (o desde los cultivos), sea mayor a lo normal donde se espere mayor probabilidad de temperatura media por encima de lo normal.


Fuente: Servicio Meteorológico Nacional: Pronóstico Climático Trimestral, octubre de 2022.
Por otro lado las precipitaciones acumuladas en el trimestre octubre-noviembre-diciembre, tienen mayor probabilidad (40-55%) de ser inferiores a lo normal en todo el país, exceptuando la región de Cuyo y NOA (Figura 7). Es decir que se esperan menos de 300 a 250 mm en la zona norte de la Provincia de Buenos Aires, por ejemplo y menos de 250 a 200 mm en el sur de la misma Provincia (Figura 8).
El balance hídrico atmosférico tendería a ser negativo (otra vez!) en toda la región productiva de nuestro país (mayor demanda y precipitaciones iguales o por debajo de lo normal) y habría mayor pérdida de humedad del suelo (mediante evaporación o a través de los cultivos), limitando el crecimiento inicial de los cultivos de gruesa en algunos lugares y no favoreciendo las etapas finales de los cultivos de fina en otros.

Además, tenemos la actualización del fenómeno ENSO (El Niño South Oscilation) que en gran parte de nuestro territorio tiene un impacto negativo sobre las precipitaciones. La probabilidad que en el próximo trimestre (octubre-noviembre-diciembre) se mantenga la fase fría del evento (“La Niña”) es mayor al 90% y se mantendría por encima del 60% hasta el verano meteorológico (diciembre-enero-febrero; Figura 9). La NIÑA por tercer año consecutivo se consolidó y sus efectos por ahora, están siendo evidentes en las regiones donde la señal es fuerte (zona núcleo productiva del país).

Fuente: Servicio Meteorológico Nacional: Pronóstico Climático Trimestral, octubre de 2022.
Creer
Pero utilizando una frase un poco futbolera, me permito ilusionar un poco. Hay que creer porque hay con qué. ¿Y con qué tenemos para creer? Bueno, primero que tenemos precipitaciones en el horizonte inmediato: en la semana que va del 21 al 27 de octubre se esperan hasta 40 mm de precipitación acumulada en el noroeste de Buenos Aires, sudeste de Córdoba y sur de Santa Fe (Figura 10) y otros 10 a 15 mm en la semana que va del 28 de octubre al 3 de noviembre (Figura 11), dando un acumulado de 20 a 50 mm (dependiendo de la región) en los próximos 15 días. Suman. Además, tenemos un sector agropecuario con mucho conocimiento sea de prácticas agronómicas como de diferentes materiales genéticos. Todo esto nos ayuda a creer.

En resumen
La condición del fenómeno ENSO y los pronósticos trimestrales indican menores precipitaciones y en un ambiente más seco, hay mayores chances de extremos marcados de temperatura (alguna helada más nos queda!). Sin embargo tenemos en nuestra mano herramientas y estrategias de manejo que permiten maximizar el uso del agua. Es una campaña donde tenemos que aprovechar esto y creer. Utilicemos más la agrometeorología como herramienta en la toma de decisiones para decidir las mejores prácticas que ayuden a hacer “economía del recurso hídrico”. Hagamos monitoreo de las condiciones actuales, analicemos los pronósticos y la recopilemos DATOS para la construcción de estadísticas, para así poder tomar mejores decisiones.

Quitando los últimos dos pronósticos que son de una escala temporal menor, este artículo muestra un pantallazo general de lo que puede ocurrir y debe seguir ajustándose a medida que la campaña avance, contando con mayor certeza en los indicadores. En una escala temporal menor (por ejemplo, mensual) podría ocurrir que llueva más de lo que el pronóstico trimestral indica por lo que estemos atentos a los pronósticos de corto plazo como el mostrado (7-15 días). La atmósfera es caótica y dinámica y las previsiones climáticas que acá presentamos se refieren a condiciones medias durante el periodo analizado, por lo tanto no contemplan la ocurrencia de eventos puntuales tanto en la escala intra-estacional como en una escala menor a la regional.
