Por: Ing. Agr. Matías Cambareri – CPO Caburé –
Va quedando atrás muy de a poco, la extrema sequía por la que pasamos en nuestro territorio. Aún falta, pero a cuenta gotas, las lluvias van llegando y esto genera que al menos en términos hídricos la meteorología empiece a ponerse un poco de nuestro lado. Hagamos un recorrido de lo que dejó enero en términos (agro)meteorológicos y que se viene para los próximos meses.
Recorrido
El primer mes del 2023 comenzó con precipitaciones, aunque por debajo de lo normal para el este de nuestro país (hasta 100 mm menos en algunos puntos). Si bien es algo que se preveía en los pronósticos de largo plazo, que hayan ocurrido al menos algunas lluvias fue un alivio. Y más aún para el norte de nuestro país. La red de estaciones meteorológicas de Caburé permite observar cómo fue la distribución de precipitación acumulada en el mes de enero en nuestro país, así como también obtener algunos insights que nos permiten jugar un poco con los números (Figura 1).
Esta vez fue en la Provincia de Córdoba (en Villa de María del Río Seco) donde se dio el máximo valor de precipitación acumulado (465mm). En la red, se recopiló que sólo el 4% de los puntos de medición (de aproximadamente 1000) tuvieron una precipitación acumulada menor a 20 mm y el 50% de los puntos tuvo una precipitación acumulada mayor a 90 mm. En la Provincia de Córdoba (Departamento de Colón) fue donde se dio la mayor cantidad de días con precipitación superior a 10 mm (9 días), mientras que el valor más alto de precipitación acumulada en un día (alcanzando los 118 mm) ocurrió el 13 de enero en San Miguel de Tucumán, Tucumán.
Aún falta, pero en el último trimestre las precipitaciones comenzaron a acomodar un poco la tendencia del 2022.
Según el SISSA (Sistema de Información sobre Sequías para el Sur de Sudamérica), el nivel de sequía asociado a la escasez de precipitaciones de los últimos 3 meses (entre noviembre y enero) es considerado como “sequía moderada” en gran parte de nuestro país y sólo en algunos puntos del NOA y NEA la sequía es considerada “excepcional” (Figura 2). Y cuando decimos que aún falta, es porque esta sequía que el SISSA describe, es realizada sólo en términos de escasez de precipitaciones. Para considerar la magnitud de lo que fueron estos tres años consecutivos de sequía alcanza con mirar el nivel de agua en el suelo.
Como indicamos, desde noviembre y a cuenta gotas, las precipitaciones ocurridas van incrementando los niveles de agua en el suelo en los primeros centímetros, llegando a ser adecuados en un gran área del centro-norte de nuestro país (Figura 3). Sin embargo, la temperatura más alta de lo normal que en parte genera una tasa de evapotranspiración mayor, hace que se requieran más precipitaciones para alcanzar niveles adecuados de agua disponible en el suelo hasta el metro de profundidad (Figura 4). En esta porción del suelo, es donde está el agua que realmente es aprovechada por los cultivos y que no está fácilmente sujeta a la evaporación directa. Allí, los niveles de agua continúan siendo insuficientes en gran parte del país (exceptuando algunos lugares puntuales en el este de San Luis y sur de Córdoba), significando limitaciones hídricas para el normal crecimiento y desarrollo de cultivos (menos del 50% de AU).
La gran mayoría de los cultivos de gruesa implantados están desarrollándose bajo sequía, aunque el panorama comienza a mejorar. Y la mejora en términos hídricos es tal que junto a las precipitaciones y las altas temperaturas, se dieron las condiciones ideales para la aparición de plagas y enfermedades en los cultivos, principalmente en soja.
Por lo que hacemos un paréntesis de meteorología acá y recomendamos seguir de manera exhaustiva los cultivos, ya que en algunos casos se encuentran estresados y de no realizar los tratamientos adecuados, las pérdidas pueden ser considerables.
Volviendo a lo nuestro, ya conocemos la “foto” actual de la condición de agua en el suelo, lo que nos permitirá junto a los pronósticos a largo plazo, realizar un correcto análisis para tomar las mejores decisiones para nuestro sistema productivo. Como la evolución del nivel de agua en el suelo puede ser estimada a partir de un balance entre la “demanda” (de la atmósfera o del cultivo una vez implantado) y la “oferta” de agua (precipitaciones), conociendo cuál es la tendencia a largo plazo (más allá de los 30 días) de las variables determinantes, puede predecirse de forma aproximada su comportamiento.
Con distintos niveles de probabilidad de ocurrencia, el pronóstico trimestral elaborado por el Servicio Meteorológico Nacional (SMN) ayuda a dilucidar cómo serán las condiciones de oferta (precipitaciones) y demanda (evapotranspiración, determinada en parte por la temperatura del aire) que hacen al balance de agua en el suelo, durante los próximos meses. El pronóstico trimestral del SMN para el próximo trimestre (meses de febrero-marzo-abril) indica (i) mayor probabilidad (45-55%) de tener temperatura media por encima de lo normal desde el norte de la Patagonia hacia el norte del pais y (ii) mayor probabilidad de tener valores de temperatura media por debajo de lo normal en el sur de la Patagonia (Figura 5).
Esto significa que donde tenemos mayor probabilidad de tener temperatura media por encima de lo normal, la temperatura media del trimestre mencionado sería al menos 0,5 °C mayor a los valores de temperatura media que observamos en la Figura 6. Como gran parte de la demanda atmosférica está asociada a la temperatura, es esperable que la evapotranspiración acumulada en este período sea mayor a lo normal, en estas regiones.
Por otro lado las precipitaciones acumuladas en el trimestre febrero-marzo-abril, tienen (i) mayor probabilidad (40-45%) de ser inferiores a lo normal en el litoral-centro y este de Buenos Aires, (ii) mayor probabilidad (45-50%) de ser inferiores a lo normal en el oeste de la Patagonia, (iii) mayor probabilidad (40-45%) de ser superiores a lo normal en el NOA y (iv) mayor probabilidad (>40%) de estar dentro de los valores normales en el resto del país (Figura 7). Es decir que se esperan entre de 200 a 250 mm acumulados en el trimestre en la Provincia de Buenos Aires, por ejemplo y menos de 400 a 350 mm en el noreste de la Provincia de Santa Fe (Figura 8).
El balance hídrico atmosférico (diferencia entre la demanda atmosférica y las precipitaciones) tendería a ser negativo en algunos puntos del país mientras que en otros, la tendencia al equilibrio continuaría. Aun no podemos “cantar victoria”, pero a cuenta gotas pareciera que comienzan a cargarse los perfiles de suelo.
Con respecto a la actualización del fenómeno ENSO (El Niño South Oscilation) que en gran parte de nuestro territorio tiene un impacto negativo sobre las precipitaciones, finalmente hay buenas noticias. El evento la Niña ya quedó atrás, y estamos transitando la fase neutral del evento. La probabilidad que en el próximo trimestre (febrero-marzo-abril) se mantenga la fase neutral del evento es del 80% y este evento sería sólo una corta transición a una incipiente fase cálida del evento: a partir del trimestre junio-julio-agosto podríamos comenzar con un evento “NIÑO”. Aún falta y no es común pasar de un extremo del evento al otro, pero la señal es cada vez más fuerte.
En resumen
Si bien la condición del fenómeno ENSO cambió y el evento “la Niña” ya quedó en el pasado, los pronósticos trimestrales indican menores precipitaciones en algunos sitios y en un ambiente progresivamente más seco durante esta campaña de gruesa (pensando en una mayor temperatura media que puede llevar a mayor evapotranspiración). Utilizar la agrometeorología como herramienta y otras estrategias de manejo y cultivo que permitan maximizar el uso del agua bajo la condición actual puede significar una ventaja en la economía del recurso hídrico, pensando en posibles eventos puntuales de precipitación.
Como siempre recomiendo, hacer monitoreo de las condiciones actuales, analizar los pronósticos (a mediano y corto plazo) y recopilar DATOS para la construcción de estadísticas, que ayuden a tomar mejores decisiones. Las lluvias están llegando, a cuenta gotas, pero llegan y quienes hayan hecho un uso correcto de todas las herramientas disponibles tendrán grandes ventajas.