En nombre de los Consejos Directivos de Acsoja, Asociación la Cadena de la Soja Argentina; Argentrigo, Asociación Argentina de Trigo; Asagir, Asociación Argentina de Girasol; Maizar, Asociación Maíz y Sorgo Argentino les damos una cordial bienvenida a este encuentro de fin de año.
Queremos iniciar nuestro mensaje augurando al Sr. Ministro Carlos Casamiquela, el mejor de los éxitos en su nueva gestión. Ciframos esperanzas en un venturoso canal de comunicación que pueda resolver los problemas que hoy aquejan nuestra actividad y limitan aprovechar su total potencial.
Producimos alimentos para 400 millones de personas pero contamos con el potencial para alimentar a muchos más. Nuestro país dispone de un agro e industria altamente eficientes, con, además, excelentes fabricantes de maquinaria agrícola, biotecnología, fertilizantes, fitosanitarios y los más eficientes productores ganaderos, de pollos y cerdos del mundo.
Atravesamos un momento único que conlleva la posibilidad de ser líderes globales en la provisión de alimentos brindando, al mismo tiempo, oportunidades de trabajo y desarrollo a miles de personas.
El Plan Estratégico Agroalimentario, PEA 2020 proyectó el alcance de los 160 millones de ton de granos. Una meta lograble pero, al día de hoy, imposible de llegar por las trabas cotidianas. El aumento de los rendimientos es clave para alcanzar la meta fijada y depende de la inversión y aplicación de tecnología, difícil de lograr si no existe una rentabilidad razonable en los distintos eslabones que componen nuestras cadenas productivas.
La arbitrariedad de los Permisos de Exportación ROE y la excesiva presión impositiva han impedido y continúan limitando el accionar. Sobran ejemplos y, entre ellos el trigo ha sido y es figura relevante.
Las alícuotas de aranceles de exportación vigentes tornan inviable el desarrollo de la actividad en áreas alejadas a los puertos y muy difícil para aquellos que, aun en cercanías a los mismos, tengan escasa producción por efecto del clima u otros imponderables.
Zonas geográficas del país como el Norte Argentino, tanto NOA como NEA, han sufrido dos años de terribles condiciones climáticas. En esta y otras situaciones, las retenciones constituyen una confiscación de capital al no superar los puntos de equilibrio mientras deprecian el valor de los escasos kilos producidos.
Las devoluciones de saldos de IVA son un atraso pendiente y preciso de ser corregido. Afecta a todos los miembros de nuestras cadenas y constituye un limitante de capital de trabajo.
Trabajar en la actualización de la Ley de Semillas que permita disponer de los avances genéticos es una herramienta necesaria para el objetivo propuesto.
Una Ley de Fitosanitarios que de un marco de aplicaciones más seguras está alineado con el camino deseado a transitar. Queremos destacar el trabajo que, con el apoyo del Ministerio de Agricultura, dio origen a las “Pautas sobre Aplicación de Productos Fitosanitarios en Áreas Periurbanas” con el objetivo de mejorar las buenas prácticas agrícolas y darle un marco a esta problemática. Es un muy buen ejemplo de cooperación Público-Privada que creemos se debe replicar.
Los Mercados a Término son una herramienta fundamental y viabilizan fuertes inversiones de distintos sectores. Hoy están amenazados por las nuevas exigencias para operar.
Los productores e industriales que constituyen nuestras cadenas han desarrollado sus labores en medio de un incremento de precios internos fuertemente significativo y una creciente presión tributaria.
Es necesario optimizar los flujos logísticos del país. El transporte es un pilar fundamental, es primordial el desarrollo del Ferrocarril de carga principalmente para las zonas más alejadas de los puertos como son el NOA, el NEA y la salida al Pacifico. Igualmente conveniente el potenciamiento de la Hidrovía.
Se deben agilizar los controles aduaneros en las inspecciones de los buques evitando generar demoras innecesarias en el sistema a la vez que garantizando un seguro contralor.
Cabe recordar y felicitar la labor efectuada por la Secretaría de Agricultura en la aprobación de eventos tecnológicos durante los últimos años. El trabajo conjunto con otra potencia agrícola como Brasil permitirá asegurar competitividad tecnológica.
Recordamos favorablemente las líneas de incentivo al capital productivo que la Nación ha puesto en marcha en los últimos tiempos. Es un hecho positivo, aunque insuficiente. El crecimiento se logrará y afianzará, no sólo mediante la opción crediticia, sino fundamentalmente posibilitando rentabilidad y garantizando políticas con reglas claras y seguras a futuro.
Señalamos la necesidad de respuestas firmes frente a atropellos sobre la propiedad privada, tanto cuando grupos sin respaldo científico impiden la puesta en marcha de una planta, como cuando a instalaciones existentes se les pretende condicionar su libertad.
La expansión y el crecimiento serán resultados ciertos si se corrigen estos efectos distorsivos que afectan la competitividad del sector, uno de los más activos de la economía y de mayor saldo de balanza comercial de divisas, capaz de transformar al país en un jugador de primera categoría como proveedor mundial de alimentos sin descuidar la sustentabilidad ambiental y la equidad social.
No hay sector en Argentina que pueda responder tan rápidamente y en forma tan positiva a estímulos de aliento que marquen un norte productivo.
Resumiendo, las oportunidades están. El mundo sigue avanzando. Mientras discutimos y reclamamos se siguen consumiendo y generando oportunidades. La industrialización de la ruralidad y el valor agregado posible de adicionar son traccionadores.
Es imprescindible retomar el diálogo para lograr el consenso de una política agroindustrial. La convocatoria al mismo debe ser amplia y tiene que hacerse a todos los sectores involucrados en las cadenas agroindustriales. Productores, representados a través de la gremiales que integran la Mesa de Enlace, a Aapresid y a Aacrea; agroindustrias; instituciones de la ciencia y la tecnología, las de comercialización y acopio y los productores y vendedores de insumos, estaremos dispuestos a participar en este diálogo tendiente a aumentar la rentabilidad del sector y así poder abastecer el mercado interno y aumentar exportaciones, con el consecuente ingreso de divisas para nuestro país. La reducción gradual de los aranceles de exportación hasta su eliminación definitiva es uno de los temas que debería estar presente en esta mesa.
Es indispensable que Sector Público y privados corrijamos distorsiones en un camino pactado, sin demoras, sin pausas, con fechas ciertas, con compromiso y siempre en la seguridad que esa mejora alcanzable terminará en mayor bienestar para todos los habitantes de esta bendita Nación.
Gracias.