Por Sebastián Salvaro, Co-founder de AZ Group –
La estimación de una recesión global y las perspectivas de la aparición de oferta dieron lugar a una baja significativa del precio de los granos a nivel internacional como local. ¿Qué resultado arroja el negocio con este nivel de precios?
En los últimos meses el mercado se encontraba en una tendencia alcista, sostenido principalmente por variables propias de fundamentos como caída de la oferta de granos -por menores cosechas y la guerra de Rusia y Ucrania- y una demanda que se encontraba traccionando favorablemente. También la macroeconomía tenía efectos sobre el valor de los commodities por ejemplo las bajas tasas de interés y la inflación. Tanto el precio de la soja, del maíz, del trigo y el petróleo llegaron a sus récords.
A fines de junio y principios del mes de julio los mercados sufrieron una importante baja, la soja, en Chicago, bajó de 650 usd/t (el 09-06-22) a en torno 500 usd/t. Esto fue consecuencia de perspectivas de una mayor recesión mundial, el fortalecimiento del dólar y mejoras climáticas en Estados Unidos.
En el caso del trigo, la caída en parte se debió a posibles acuerdos para permitir la exportación de grano de Ucrania y al ingreso de la cosecha del hemisferio norte. El valor del trigo en el mercado de Chicago alcanzó a principios de julio 290 usd/t cuando el mismo había alcanzado casi 400 usd/t, a mediados del mes de junio.
Esta caída en el mercado internacional se replicó en el mercado local. La soja disponible operó en torno a 380 usd/t a principios del mes de julio frente a 420 usd/t que supo alcanzar, lo mismo pasó con el maíz con valores disponibles en torno a 220 usd/t. vs 260 usd/t. Esto generó que el productor local ajustara aún más su ritmo de ventas.

Según datos publicados por el MAGyP, al cierre de esta edición, el volumen comprometido de venta de soja del ciclo 2021/22 era el menor de los últimos 7 años, a igual fecha. Lo mismo sucede si se compara también el volumen con precio ya cerrado.
Si bien el productor vendió gran parte del trigo y del maíz del ciclo 2021/22, la incertidumbre que comienza a transitar es de cara a la inversión y resultado de la próxima campaña. Las variables económicas vigentes hacen pensar que es probable que haya un ajuste del tipo de cambio hacia adelante lo que aún limita más las decisiones de venta. A la vez, la baja en alguno de los insumos como lo ha sido los fertilizantes generan que el productor utilice el canje como moneda de cambio dado que a pesar que las relaciones, en algunos casos, se ubican por encima del promedio han mejorado frente a lo acontecido hace algunos meses.

“Analizando los márgenes con los precios futuros luego de la baja – soja mayo-23 en torno a 350 usd/t, maíz abril-23 a 210 usd/t y, trigo enero-23 a 295 usd/t – se encuentran más ajustados”
Como se muestra en los siguientes cuadros, realizando el ejercicio en la plataforma AgBI para un campo alquilado en la zona Oeste de Bs As con 11 qq/ha de alquiler el margen neto esperado se ubicaba en 132 usd/ha para maíz, 126 usd/ha en soja de primera, 494 usd/t en girasol y, por último, trigo/soja de segunda en 243 usd/ha. Esto cambió, sobre todo para la soja de primera, con las bajas del mercado – como se puede observar en el segundo cuadro –

Es decir, es necesario en un escenario de tanta incertidumbre ya sea productiva como política o económica, en nuestro país, analizar cuáles son los objetivos de corto, mediano y largo plazo en las empresas, para poder facilitar la toma de decisiones.

Lo que sí tenemos que tener en claro es que nos enfrentamos a una campaña de las más riesgosas de los últimos años.
