Santiago Tourn1y2; Pedro Platz1y2, Matilde Mur3, Víctor Merani3, Emiliano Ladreche1, Luciano Larrieu3, Daniel Ferro3, Juan Manuel Vázquez3 y Facundo Guillino3.
- MecaTech -2.Facultad de Ciencias Agrarias, UNMdP. -3.Facultad de Ciencias Agrarias, UNLP.
Hace 5 años nos hacíamos la misma pregunta, sin embargo no teníamos datos que respalden esa incógnita. Es importante recordar el significado de aplicar bien un fertilizante: distribuir de manera homogénea en todo el lote la o las dosis de nutriente elegidas. Esta definición tiene implicancias muy altas, si bien parece simple, lograr aplicar bien el fertilizante es complejo y multifactorial, pero posible!
Así, por el 2018 empezamos a caracterizar la calidad de aplicación de fertilizantes sólidos. Primero las máquinas de proyección por discos y más tarde se sumaron las de proyección por aire y difusores. En ese momento los resultados preliminares fueron alarmantes. Al terminar de analizar los datos de 2018-19, el resultado no fue el más alentador, pero sí el más esperado. En el Simposio de Fertilidad de 2019 presentamos esa información y creemos que fue el disparador para que la temática ingrese en la discusión del proceso de producción de alimentos.
Durante este proceso de aprendizaje, se realizó un relevamiento de información a productores, donde se caracterizó las técnicas de aplicación de fertilizantes más utilizadas en Argentina. Un resumen se presenta en la Figura 1. La tecnología más usual en Argentina para aplicar fertilizante son las de proyección (disco y neumática), sin embargo, la fertilización incorporada y líquida están experimentando aumentos anuales, por diversos factores, entre ellos, precio de los fertilizantes, búsqueda de menores pérdidas, años secos, etc.

El 60% de los encuestados utiliza sistemas por proyección y esto tiene lógica, ya que son los que mayor capacidad operativa (ha/h) y sencillez presentan. Sin embargo, pueden mostrar ineficiencias muy fácilmente, por lo que necesitan un grado mayor de atención (multifactores).
En 2022, presentamos un informe de más de 250 fertilizadoras evaluadas. El indicador utilizado es el coeficiente de variación (CV%), que mide en porcentaje la variación de distribución de la dosis en el ancho de labor de cualquier fertilizadora que proyecte fertilizantes. Un CV% aceptable “a campo” ronda en un 20-22%. Esto disminuye notoriamente las probabilidades de pérdidas de rendimiento y calidad de los cultivos de grano que se fertilizan con nitrógeno. En la Figura 2, se presentan los valores promedio medidos de CV%, luego del ajuste de las fertilizadoras por proyección (discos y neumáticas).

Los resultados expresados en la Figura 2 son promisorios. Podemos dividir la evolución de la calidad de las aplicaciones en dos etapas. Desde 2018-20 existió una mejoría marcada (-8.5 CV%/año) que luego disminuyó (-3.5 CV%/año). Encontrando el límite que tienen hoy las máquinas fertilizadoras en Argentina (con alta variación en calidad de fertilizante, uso, y carga tecnológica).
“Esta evolución real no significa que haya casos de mala aplicación de fertilizantes, sino que es menos probable que ocurra una ineficiencia”
Sin embargo, hay mucho por hacer, capacitar, mejorar equipos, entender límites ambientales y comprender la real importancia de la calidad de producto y que NO se naturalice que “al campo llega cualquier cosa”.
¿Cómo se explica esta evolución?
Creemos que puede deberse a:
- Mayor disponibilidad y acceso a fertilizadoras con carga tecnológica
- Mayor conocimiento del impacto de una mala calidad de aplicación
- Más información disponible de los límites ambientales para hacer una aplicación de fertilizantes
- Más herramientas digitales para medir desempeño de fertilizadoras
- Más compromiso de los actores del mundo de la fertilización con la calidad de aplicación de fertilizante.
- Mayor precio de insumos y cambio en ecuaciones
Hace tiempo que tratamos de explicar la importancia de aplicar bien el fertilizante. Demostrando pérdidas de rendimiento muy importantes en maíz y en trigo, que superan valores de 2 t/ha independientemente del cultivo (Figura 3), además de la pérdida de calidad comercial. En trigo fertilizado con N, hemos estimado una tasa de caída de rendimiento entre 30 y 50 kg/ha (según zona, cultivar y manejo) por cada punto de aumento de CV% por encima de 15% y para maíz alcanza tasas de -65 kg/ha.

La evolución existe, pero hay que seguir acompañándola para que pueda estabilizarse en valores de calidad de aplicación aceptables y de bajo riesgo. Para lograr ello falta mucho, y más actores debemos comprometernos a comunicar más y mejor.
Tomar decisiones acertadas al momento de elegir la dosis y tipo de fertilizante, con qué tecnología vamos a aplicar y quién va a operar el equipo. Es a lo que llamamos el balance adecuado de una técnica sumamente importante para producir más y mejores alimentos (Figura 4).

En síntesis, en este especial de fertilización quisimos traer una foto de la situación actual, entendiendo las oportunidades de mejora. Tenemos todo para no involucionar, entendamos los procesos que intervienen en la fertilización y estemos más cerca de los “fierros” para evaluar su desempeño, hoy ya es más fácil y global poder hacerlo bien.