Por: Ing. Agr. Diego Álvarez –Asesor Privado – Docente en la Universidad de Buenos Aires, Cátedra de Zoología Agrícola
Introducción
Las gramíneas de invierno representan una alternativa sumamente importante para la producción agrícola Argentina. No solo por su aporte en rentabilidad para los productores, sino también por la mejora sustancial que generan en la rotación agrícola, generando un benéfico de suma importancia en la sustentabilidad del sistema. El cultivo de trigo en primer lugar y acompañado de la cebada en segundo lugar, son los de mayor importancia, ocupando una superficie estimada para esta campaña 1920 de 7,4 millones de ha. y 1 millón de ha. respectivamente. Una de las principales adversidades fitosanitarias que atacan a estas gramíneas invernales son las enfermedades foliares, generando mermas de rendimiento de significativa importancia.
Este articulo tiene por objetivo describir las principales pautas para el monitoreo de campo, la interpretación de los datos recolectados y la posterior toma de decisión agronómica para el control de estas enfermedades.
Metodología de Muestreo
A partir del estado de macollage de los cultivos (Z20) se comenzarán a realizar visitas semanales a cada uno de los lotes que tengamos a cargo. Las visitas se extenderán hasta grano lechoso/pastoso (Z80-90). En cada visita el recorredor de campo aplicará 2 técnicas de muestreo en forma simultánea:
- Al azar: esta técnica consiste en caminar unos 200 metros desde el borde del alambrado e ir recolectando plantas al azar. El número mínimo de plantas a evaluar será 20, por lo que se sugiere juntar un número mayor por si se dificulta la observación a la hora de reconocer y cuantificar las enfermedades. Esta metodología será utilizada para cuantificar las enfermedades biográficas como Roya de la hoja – Puccinia triticina y Necrotroficas como Mancha Amarilla – Drechslera tritici.
- Dirigido: este método se utiliza específicamente para la enfermedad biográfica llamada Roya Amarilla – Puccina stratiiformis. Concretamente consiste en que el monitoreador va caminando el lote y al ver o encontrar una planta con esta enfermedad se detiene y realiza la cuantificación de la misma independientemente de donde se encuentre esa planta, que puede ser a 5, 10, 100 o 200 metros o más desde el borde del alambrado. Al ser una enfermedad tan explosiva y de UDA (Umbral de Acción) tan bajo, el solo hecho de encontrar una planta o grupo de plantas será motivo suficiente para sugerir una aplicación de fungicidas.
Un punto de suma importancia para el recorredor de campo y su posterior toma de decisión es conocer correctamente la fenología del cultivo de trigo. Para tal fin se utiliza la escala Zadoks, formada por dos números, el de adelante indica una gran etapa del cultivo, mientras que el número de atrás indica el órgano de importancia que se está desarrollando dentro de esta gran etapa. (Por ejemplo Z22 sería: 2 que está en etapa de macollaje y 2 que tiene dos macollos).
A continuación se muestra una tabla con los principales estados fenológicos del cultivo de trigo, que también pueden ser utilizados para indicar la fenología en el cultivo de cebada.
Una vez determinada la fenología del cultivo se procederá a determinar la presencia de las distintas enfermedades y su cuantificación. Para esta tarea se utilizará el parámetro Incidencia (%) el cual se calcula a partir de las hojas que están enfermas divididas el número de hojas totales recolectadas por cien. Es importante entender cuáles son las hojas que serán evaluadas:
- Hojas expandidas: son aquellas que poseen la lígula visible.
- Hojas activas: son aquellas hojas que poseen más del 50% de tejido verde.
- Hojas enfermas: son aquellas que poseen como mínimo una pústula de roya o una mancha foliar de 2 mm.
A continuación se muestra un ejemplo de cálculo de la incidencia de una planta de trigo, que se encuentra en el estado fenológico de Z37 (Hoja bandera punteando).
A continuación en la siguiente tabla se muestra el ejemplo de un lote real que fue monitoreado. En el mismo se evaluaron 10 plantas, siendo el resultado registrado de 47% de incidencia de una determinada enfermedad.
Ya calculado el nivel de incidencia de las distintas enfermedades observadas, se procede a la aplicación de los umbrales de acción. Se muestran distintos niveles de UDA para la toma de decisión.
Conclusión
Por lo tanto se puede concluir que el monitoreo de enfermedades foliares en cereales de invierno es una herramienta imprescindible para garantizar el éxito en los rendimientos esperados. Para el manejo de las enfermedades es vital el reconocimiento de las mismas, su correcta cuantificación y sus registros. La fenología del cultivo es algo que el recorredor de campo debe conocer al detalle, ya que muchos de los manejos agronómicos que se realizan están relacionados con la fenología – la fertilización, el posicionamiento de un herbicida o saber cuánto ciclo del cultivo nos queda por proteger – y en función a esto elegir la molécula del fungicida.