Martín Diaz-Zorita -Facultad de Agronomía (UNLPam), DZD Agro SRL, Fertilizar AC
En agricultura vamos al grano. El mundo necesita alimentos y valora la calidad de los granos porque producimos alimentos. Los granos, junto a los forrajes, son el primer eslabón en la cadena de la alimentación. Cada especie tiene características propias en la composición de sus granos que hacen a su valor nutricional.
El mundo valora la energía contenida en los granos, los aminoácidos y proteínas, y los tipos de ácidos grasos que componen los aceites. Sí. Gran parte de la composición es intrínseca, propia, de las especies que cultivamos y en conjunto con el resultado de su mejoramiento genético. También resulta de nuestras intervenciones en el manejo de su cultivo. Por lo tanto, cuando nos referimos a los granos como alimentos, como fuentes de nutrientes, no podemos desconocer la importancia del manejo de la nutrición de los cultivos y sus efectos sobre la calidad de nuestros productos.
Sabemos que las concentraciones de los elementos contenidos en los granos, dentro de rangos específicos y propios de cada especie, varían. También sabemos que los cultivos ajustan su crecimiento buscando la mayor eficiencia de fijación de hidratos de carbono por unidad de nutrientes incorporados. Vemos, tal como lo describen las “curvas de dilución”, que al aumentar la cantidad de materia seca la concentración de los nutrientes disminuye. Es así que para producir una tonelada de granos de soja se requieren entre 5 kg y algo más de 7 kg de fósforo y entre 3 y hasta 5 kg de azufre.
“Cuidamos la nutrición de los cultivos porque cuidamos la nutrición de la humanidad
Entonces, si los cultivos maximizan sus rendimientos por cantidad de nutrientes incorporados y la calidad de los granos depende de alcanzar una concentración adecuada de estos elementos contenidos en los granos, ¿Cómo manejar la producción de alimentos de calidad? ¿cómo nuestras decisiones de manejo de nutrientes interactúan con los ambientes de cultivo y afectan las composiciones específicas de los granos?
En trigo, a partir de la información de rendimientos (Figura 3 y 4), concentración de proteínas y uso de fertilizantes nitrogenados – recolectada y disponible en Trigo Argentino y Fertilizar AC – vemos que en Argentina en la medida que los rendimientos aumentaron se observa una aparente reducción en la concentración de proteínas. Sin embargo, al aumentar la oferta de nitrógeno por fertilización, este atributo de calidad de los granos mejoró.
Abundan las experiencias que a nivel de lote que resaltan que las decisiones de mejora en la producción del trigo requieren ser acompañadas con ajustes en la disponibilidad tales como mayores aportes y eficiencia de incorporación del nitrógeno tal de mantener e incluso incrementar la producción de proteínas.
En soja también reconocemos que la concentración de proteínas varía entre sitios y en parte se relaciona con diferencias en los rendimientos alcanzados. En este cultivo más del 60 % de las necesidades del nitrógeno para su crecimiento y acumulación de proteínas en los granos es provisto por el proceso natural de fijación biológica que sostenemos con la inoculación. A partir de estudios de fertilización con fósforo, en suelos limitados en este elemento, vemos que al aumentar los rendimientos la concentración de proteínas no se diluye (Figura 5).
¡Sí! Al lograr mejorar el crecimiento de las plantas de soja superando las frecuentes limitaciones de fósforo mejora la nodulación, mejoran las condiciones de funcionamiento de “la fábrica” dónde se transforma el nitrógeno del aire incorporándose en las plantas y que se acumula en forma de proteínas en los granos.
Los granos de maíz también muestran que diferencias en los rendimientos, según tipos de ambientes o decisiones de manejo, repercuten en cambios en la concentración de elementos en los granos. Reconocemos que al aumentar la adaptación del cultivo con nuevos materiales y ajustes en su manejo los requerimientos de nitrógeno también crecen. Ante aumentos en la fertilización con nitrógeno vemos mejoras en los rendimientos y también en la concentración de proteínas en los granos. Sin embargo, ante el ajuste uniforme en la oferta del fósforo la concentración de este elemento se diluye en los granos y su concentración evidencia desbalances nutritivos o limitaciones al normal funcionamiento de las plantas.
Sintéticamente. Producimos alimentos con composiciones básicas específicas. Los ambientes nos desafían e interpelan en la producción de alimentos. Los ambientes desde la gestión de los cultivos son sectores homogéneos en la oferta de recursos para la formación de la producción y definen su potencial de rendimiento. Los cultivos naturalmente maximizan la eficiencia de la producción y, por ende, al aumentar los rendimientos se diluye la concentración de nutrientes.
De nosotros depende lograr que el manejo balanceado y estratégico de la fertilización contribuya a cuidar la calidad de los granos.
Tenemos que cuidar la incorporación efectiva de nutrientes a través de la correcta administración de los fertilizantes (dosis, fuente, momento, localización). Cuidamos la nutrición de los cultivos porque cuidamos la nutrición de la humanidad sabiendo que los granos, y los forrajes, son la base de la alimentación.