NIÑA a la vista

Pasó septiembre e inició octubre y aún se mantiene agua acumulada en el suelo (incluso por el sudeste de Buenos Aires hemos sufrido excesos en los primeros días del mes). Durante esta estación meteorológica, algo (bastante!) caótica en términos atmosféricos, seguiremos recibiendo algún pulso más de agua que nos ayude a llegar de la mejor […]
octubre 27, 2025

Pasó septiembre e inició octubre y aún se mantiene agua acumulada en el suelo (incluso por el sudeste de Buenos Aires hemos sufrido excesos en los primeros días del mes). Durante esta estación meteorológica, algo (bastante!) caótica en términos atmosféricos, seguiremos recibiendo algún pulso más de agua que nos ayude a llegar de la mejor manera a cubrir las necesidades de los cultivos implantados y por implantar.

Por Matías Cambareri – CPO Caburé

Repasemos como estamos parados hoy en términos hídricos para saber cuál podría ser el posible desenlace de más agua en el corto plazo. La precipitación acumulada hasta el 15 de octubre inclusive (Figura 1) estuvo por encima de lo normal en el sur de Buenos Aires y en general viene estando por debajo de lo normal (entre 30 y 50 mm). De la extensa red de estaciones pluviométricas con las que cuenta Caburé (www.cabure.com.ar), en aproximadamente el 20% (unos 150 puntos de medición) tuvieron una precipitación acumulada mayor a 50 mm. En la Provincia de Buenos Aires, en la costa, se dio la mayor cantidad de días con precipitación superior a 20 mm (3 días) y en esa Provincia también, se dieron los valores más altos de precipitación acumulada (superando los 130 mm! en menos de 1 hora). Así, el inicio de esta primavera astronómica permitió incrementar los niveles de agua en el suelo en una gran porción nuestro país, pero también empezó a restringirse en otros. En algunos sitios, recién ahora comienzan a retomarse las actividades agrícolas, donde la falta de “piso” las estaba demorando. Veremos como será el panorama de aquí en adelante, esperando que el agua no sea un factor limitante.

Figura 1. Precipitación acumulada medida entre el 1 y el 15 de octubre (PP ac, mm).
Fuente: Red pluviométrica de Caburé.

El reservorio de agua en el suelo (el nivel de agua en el suelo) es en definitiva el que nos va a marcar cuál es el punto de partida para los cultivos de gruesa que inician y cómo vienen transitando (o comenzarán a hacerlo) el período crítico de determinación de rendimiento los cultivos de fina. A nivel superficial (primeros 10 cm; Figura 2) el impacto en el nivel de agua está asociado a las últimas precipitaciones y cómo es la porción más expuesta del suelo es lo que rápidamente está disponible para evaporación, razón por la cual al no haber lluvias importantes en los últimos días y haber tenido marcados incrementos en la temperatura o muchos días con viento (variables que ayudan a la evaporación de agua desde el suelo), los niveles de agua son adecuados sólo en el  centro/sur de la Provincia de Buenos Aires.  

Figura 2. Agua útil en la capa arable del suelo (%) al 17 de octubre de 2025.
Fuente: Instituto de Clima y Agua. SMN-INTA-FAUBA

En profundidad en cambio (Figura 3) que es tal vez lo que más nos interesa porque será lo que podrán “consumir” los cultivos, los niveles de agua en el suelo son abundantes (más del 80% de agua útil en el perfil) a excesivos en toda la región centro-este del país y norte de la mesopotamia, lo que hace pensar que los cultivos de gruesa no tendrían limitaciones hídricas en los primeros estados de desarrollo (y me atrevo a decir que incluso hasta inicio del período crítico de determinación de rendimiento, no habría limitaciones hídricas severas), así como tampoco deberían tener inconvenientes los cultivos de fina (de hecho, se ve una fina espectacular por el sur de Buenos Aires!),que en algunos casos ya están definiendo su rendimiento.

Figura 3. Agua útil en el suelo (%) al 17 de octubre de 2025.
Fuente: Instituto de Clima y Agua. SMN-INTA-FAUBA

Esta “foto” actual del agua en el suelo junto a los pronósticos a largo plazo, nos permitirán realizar un correcto análisis para tomar las mejores decisiones en nuestro sistema productivo. Como la evolución del nivel de agua en el suelo puede ser estimada a partir de un balance entre la “demanda” (de la atmósfera o del cultivo una vez implantado) y la “oferta” de agua (precipitaciones), conociendo cuál es la tendencia a largo plazo (más allá de los 30 días) de las variables determinantes, puede predecirse de forma aproximada su comportamiento.

Figura 4. Pronóstico trimestral de temperatura media para el trimestre octubre-noviembre-diciembre. Indica mayor probabilidad de ocurrencia de una categoría. Fuente: Servicio Meteorológico Nacional: Pronóstico Climático Trimestral, 26 de septiembre de 2025.

Con distintos niveles de probabilidad de ocurrencia, el pronóstico trimestral elaborado por el Servicio Meteorológico Nacional (SMN) ayuda a dilucidar cómo serán las condiciones de oferta (precipitaciones) y demanda (evapotranspiración, determinada en parte por la temperatura del aire) que hacen al balance de agua en el suelo, durante los próximos meses. El pronóstico trimestral del SMN para el trimestre octubre-noviembre-diciembre indica mayor probabilidad (50-55%) de tener temperatura media por encima de lo normal en prácticamente todo el centro y sur del territorio argentino y normal (40%-55%) en prácticamente todo el país, exceptuando el NOA (Figura 4). Esto significa que donde tenemos mayor probabilidad de tener temperatura media por encima de lo normal, la temperatura media del trimestre mencionado sería al menos 0,5 °C mayor a los valores de temperatura media que observamos en la Figura 5.

Figura 5. Mapa de temperatura media del trimestre octubre-noviembre-diciembre.
Fuente: Servicio Meteorológico Nacional: Pronóstico Climático Trimestral, 26 de septiembre de 2025.

Por lo tanto, como gran parte de la demanda atmosférica está asociada a la temperatura, es esperable que la evapotranspiración acumulada en este período sea mayor a lo normal y se “pierda” más agua de lo normal. Es importante aclarar que esto hace referencia a la temperatura media del periodo, y pueden darse dentro del mismo valores extremos (para arriba y para abajo) de temperatura que puedan de alguna forma afectar las producciones.

Figura 6. Pronóstico trimestral de precipitación acumulada para el trimestre octubre-noviembre-diciembre. Indica mayor probabilidad de ocurrencia de una categoría. Fuente: Servicio Meteorológico Nacional: Pronóstico Climático Trimestral, 26 de septiembre de 2025.

Por otro lado, las precipitaciones acumuladas para el trimestre octubre-noviembre-diciembre tienen (i) mayor probabilidad de estar por encima de lo normal o normal (40-50%) sobre el NOA (región en verde en la figura);(ii) inferior a lo normal o normal (40-45%) sobre el oeste del país y mesopotamia y (iii) normal (>=40%) el resto del país (Figura 6). Es decir que se esperan entre 200 a 500 mm acumulados en toda la región pampeana y Litoral (Figuras 7 y 8) en los próximos 3 meses. El balance hídrico atmosférico (diferencia entre la demanda atmosférica y las precipitaciones) tendería a ser levemente negativo (ya que las temperaturas estarían por encima de lo normal, pero no así las precipitaciones), y en los sitios donde hoy no existen niveles adecuados de agua en el perfil del suelo, los cultivos podrían llegar a sufrir deficiencias hídricas.

Figura 7. Mapa de límite inferior del rango normal de precipitaciones (implica que donde las anomalías sean negativas, los valores de precipitación acumulada serían inferiores a estos límites) acumuladas en el trimestre octubre-noviembre-diciembre.
Fuente: Servicio Meteorológico Nacional: Pronóstico Climático Trimestral, 26 de septiembre de 2025.

Con respecto a la actualización del fenómeno ENSO (El Niño South Oscilation) que en gran parte de nuestro territorio tiene un impacto negativo (o positivo!) sobre las precipitaciones, el último informe del IRI (International Research Institute for Climate and Society) indica que “saltamos” a la fase fría del evento. La señal pasó a tener mayores chances de permanecer en la fase fría del evento (La Niña) y así sería al menos hasta el primer trimestre de 2026 (Figura 8). Afortunadamente, aún tenemos agua en el suelo por un tiempo al menos, pero posiblemente a partir de los próximos meses el agua comience a faltar.

Figura 8. Mapa de límite superior del rango normal de precipitaciones (implica que donde las anomalías sean negativas, los valores de precipitación acumulada serían inferiores a estos límites) acumuladas en el trimestre octubre-noviembre-diciembre.
Fuente: Servicio Meteorológico Nacional: Pronóstico Climático Trimestral, 26 de septiembre de 2025.

En resumen

La condición del fenómeno ENSO para la campaña agrícola que estamos transitando es “La Niña” y esto nos asegura tener precipitaciones en general por debajo de lo normal. Dependeremos de otros forzantes atmosféricos que interaccionan entre sí para dar origen a masas de aire húmedas que puedan desencadenar precipitaciones (y a esperar que esos eventos que puedan ocurrir se distribuyan de manera adecuada en el tiempo, de manera de poder aprovecharlos en su totalidad). El pronóstico trimestral del SMN, indica que en el mediano plazo habrá precipitaciones dentro de lo normal para el trimestre que transcurrimos. En el corto plazo: para la cuarta semana de octubre se prevé con alta probabilidad precipitaciones acumuladas de al menos 25 mm en toda la región pampeana, mientras que es muy baja la probabilidad de tener precipitaciones acumuladas del mismo volumen en la última semana de octubre. Veremos si esta tendencia continúa, pero de ser así la zona núcleo maicera estaría con una buena cantidad de agua nuevamente. Agronómicamente, donde la humedad es suficiente, se ven muy buenos cultivos con necesidad de protegerlos de enfermedades e insectos. También, comienza a haber “piso” para realizar estas labores, así que a no demorarse!.

Figura 9. Pronóstico probabilístico del fenómeno ENSO producido en base al modelo probabilístico del IRI (International Research Institute for Climate and Society). 30 de septiembre de 2025 https://iri.columbia.edu/

Por eso como siempre, monitorear en campo, ajustar estrategias según disponibilidad hídrica real, y seguir de cerca los pronósticos de corto y mediano plazo, sigue siendo la mejor jugada ya que recopilar DATOS para la construcción de estadísticas que junto al análisis de pronósticos (a mediano y corto plazo) ayuden a tomar mejores decisiones. Parece que se viene más agua en estos días así que me pregunto: qué estrategia tenemos pensada para aprovecharla de la mejor manera?

Este artículo muestra sólo un pantallazo general de lo que puede ocurrir y debe seguir ajustándose a medida que la campaña avance, contando con mayor certeza en los indicadores. En una escala temporal menor (por ejemplo, mensual) podría ocurrir que llueva más de lo que el pronóstico trimestral indica (como ocurrió en lo que va de este mes) por lo que estemos atentos a los pronósticos de corto plazo (7-15 días). La atmósfera es caótica y dinámica y las previsiones climáticas que acá presentamos se refieren a condiciones medias durante el periodo analizado, por lo tanto, no contemplan la ocurrencia de eventos puntuales tanto en la escala intra-estacional como en una escala espacial menor a la regional.

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