Al revisar nuestro pasado, evaluar el presente y proyectarnos al futuro, es evidente que necesitamos consensuar una nueva propuesta económica y social para el mediano y largo plazo. |
Hay que salir de la coyuntura electoral y pensar con grandeza. Se trata de un compromiso entre todos los sectores y la dirigencia política para revertir definitivamente la actual decadencia, con un proyecto planificado de crecimiento y de desarrollo a largo plazo, en función de valores, objetivos económicos generales y objetivos sectoriales de política agropecuaria y agroindustrial a ser respetados por todos. Al terminar el 2012 en un trabajo realizado por CREA por encargo de la Comisión de Enlace, se demostró que el sector agropecuario solamente a pesar de las políticas del gobierno, invirtió en el ciclo 2011-2012 un importe de 236.317 millones de pesos, representando un 27%, que fue el aumento de la inflación,( campaña anterior 185.715 millones). La pregunta que dejo el trabajo: ¿Cuánto más podría haber sido la inversión, producción y exportación si el gobierno acompañara al sector? La respuesta a esta pregunta estarían en el trabajo “La demanda mundial de alimentos 2010-2020” de Juan Jose Llach para la Fundacion Producir Conservando que afirmó que por restricciones cuantitativas, proteccionismos discrecional y costo de oportunidad, el sector agropecuario y agroindustrial dejo de percibir en esta gestión de gobierno más 20.000 millones de dolares de producción y 15.000 de exportaciones, cifra que hubieran representado al país no tener que soportar el cepo cambiario. ¿El objetivo inmediato? Aumentar las inversiones, las fuentes de trabajo, las producciones y las transformaciones. Para exportar a todos los mercados del mundo y abastecer mejor el consumo interno. ¿El ejemplo a imitar? El de los emprendedores que motorizan diferentes cluster regionales en todo el país. Ellos logran integrar eficientemente las producciones y rompen la dinámica de la expulsión territorial de los trabajadores. Relativizaron el costo del flete transformando la materia prima en origen y agregando valor a lo transportado. Éste es el ejemplo a imitar y a generalizar en el país. Se trata solamente de poner al complejo agroindustrial –el más eficiente y competitivo del país–, en igualdad de condiciones con los otros sectores de la economía. Y de integrarlo en un proyecto nacional basado en valores fundamentales y con objetivos económicos generales y sectoriales. Entre estos valores fundamentales está el respeto irrestricto a la Constitución y a las instituciones de la Nación, la defensa de la República y del federalismo, la construcción de capital social con base en la ética y al rescate del espíritu emprendedor y la promoción de la equidad distributiva para lograr un mayor equilibrio regional, que aliente las posibilidades de desarrollo y promueva la radicación de la población en el interior del país. Además, una moderna y eficiente relación fiscal Nación-provincias. Los objetivos económicos serían lograr tasas sostenidas de alto crecimiento de la producción, atemperando los ciclos y las fluctuaciones bruscas, la promoción de inversiones atractivas en la Argentina, para que contribuyan a reducir las tasas de desempleo y promuevan el desarrollo regional. Esto alentaría a la población a radicarse en todo el territorio nacional. Promover una mejor distribución de la riqueza personal, sectorial, funcional y regional, reduciendo los niveles de pobreza, eliminando la marginalidad y la pobreza extrema. Recuperar la cultura del trabajo, defender el valor de la moneda y la estabilidad de precios, a través de la independencia del Banco Central, el respeto a la seguridad jurídica de los inversores externos e internos y el cumplimiento de los compromisos por endeudamiento público. Promover la inserción competitiva de la Argentina en el mundo, tanto a nivel comercial como financiero, asegurando políticas de Estado que atraigan inversiones externas e internas de largo plazo, orientadas al desarrollo económico y social, eliminando la discrecionalidad en el diseño y la ejecución de las políticas públicas, como primer paso en el combate a la corrupción. Promover la actividad emprendedora de nuestros ciudadanos, asegurando una tasa sustantivamente alta de creación de nuevas empresas y promoviendo el espíritu pionero, para rescatar el interior del país. Cabe destacar que los objetivos sectoriales deben ser coherentes con los valores y objetivos generales. De esta manera se consigue que el interés particular de los actores económicos sectoriales vaya en línea con los intereses generales de la Nación y que las políticas se sostengan en el largo plazo, lo que las transforma en políticas de Estado. Entre ellas puedo mencionar: FEDERALISMO. La situación económica, social y política del área de conurbano bonaerense actual es por la falta de un proyecto estratégico y planificado para el crecimiento y desarrollos equitativos de todas las regiones del país, que hubieran permitido arraigar a sus pobladores en sus lugares de trabajo. La falta de dichas políticas terminó generando las innumerables villas miserias en el cinturón del conurbano bonaerense, que está poniendo en juego las instituciones y va a terminar siendo un problema nacional si no actúa con urgencia y sensatez toda la dirigencia del país. “ Hay que tener capacidad de soñar y consensuar un proyecto diferente si queremos cambiar la situación de todos los argentinos” |
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