Martín Díaz Zorita, Ingeniero agrónomo con maestría en ciencias agrícolas y doctorado en ciencias del suelo, profesor titular de la Facultad de agronomía de la Universidad Nacional de La Pampa
Fue entrevistado por nuestro director en el marco de la gira al Show Rural Coopavel 2025, en Brasil, invitados por la empresa Spraytec. Palabras de un reconocido docente e investigador.
Por: Juan Carlos Grasa, director de Horizonte A
Contanos un poco qué impresión te llevas de esta gira y de la realidad brasilera con tu visión como profesional.
Esta gira muestra y valida la potencia que es Brasil y cómo las ideas, las visiones y las proyecciones se van consolidando. O sea, no es la primera vez que estamos por Brasil recorriendo empresas, cooperativas y en encuentros con productores, pero lo que vemos es que cada cosa que dijeron que iban a hacer, la hicieron. El norte que se pusieron, lo logran, lo van construyendo. Y lo hacen en un contexto muy próximo entre la visión agronómica y la integración del productor dentro de ese modelo agronómico.
Es decir, acá el productor busca productividad
Si, y la productividad mueve el sistema y éste se retroalimenta manteniendo los cultivos sanos, rindiendo e integrados en cadena. Este viaje me permitió ver una validación de algo que ha comenzado en el sur de Brasil hace 50 años, en el norte hace 30, y también en Mato Grosso; hay una proyección que se sigue consolidando y las discusiones son cómo seguir mejorando la productividad.
Ayer estuvimos en Coamo, la cooperativa en Campo Mourão, Estado de Paraná , más importante de toda Latinoamérica. Para atender a sus casi 30.000 asociados tiene 400 ingenieros agrónomos.
El rol del agrónomo es fundamental para consolidar su sistema, tienen una dedicación en el escenario de menos presencia, de una vez cada tres semanas. Con una responsabilidad del profesional en cuanto a la generación de información, en la identificación de las mejores alternativas y darle sustentabilidad a la empresa, al productor en su proyección agropecuaria. Eso me parece que es algo importante para tomar de Brasil.
¿Qué es lo que más destacarías de su impronta?
Brasil cuida los proyectos, los diseña y los logra. Tiene errores como todos hemos tenido en muchos lugares, pero esa consolidación permanente hace que esos errores se vayan sanando y mejorando en su crecimiento. Ellos tienen un rol claro de trabajo, proyección y producción.
“Hay una proyección que se sigue consolidando y las discusiones son cómo seguir mejorando la productividad”
Martín, ¿a qué le atribuís que Brasil, más allá de los vaivenes de los gobiernos, tenga un camino trazado? ¿Quién sostiene eso? ¿Las cooperativas, los productores?
Es difícil responder, sobre todo por un agrónomo que no estudia en profundidad la política y las historias. Pero sí se nota un equilibrio muy importante entre qué es lo que necesitan para subsistir, para la base – que es la producción agropecuaria – y qué es lo que necesitan para desarrollarse por fuera de esa base, que es la inclusión y la proyección hacia el mundo. Yo vengo a Brasil desde fines del 90 y siempre, a lo largo de todas estas recorridas o trabajos, lo que vemos es que el productor no pierde su foco de ser el emprendedor, el que sostiene la alimentación.

Una proyección hacia el mundo que no se detiene por nada
El gobierno es consciente de esa importancia como base, que después, con distintas alternativas, distribuye, administra; pero es socio en el crecimiento del sector, sin el temor a que el sector le gobierne el país, porque el sector reconoce que tiene límites. Y esos límites son la proyección por fuera del sector agropecuario. Hoy Brasil tiene emprendedores y estamos siendo testigos de su crecimiento agropecuario.
¿Cómo ves la realidad de Argentina comparada con la de Brasil – hoy potencia agropecuaria-?
Argentina tuvo un gran crecimiento agropecuario hace aproximadamente 200 años y ahí el productor, con otras tecnologías, otras informaciones y también con otras realidades políticas, hizo un desplazamiento, emprendió. Acá en Brasil emprendió primero para resolver problemas naturales – suelos ácidos, había que deforestar y tenían que corregir el pH- una vez que arreglaron el suelo, solucionaron su problema de necesidad, pudieron producirse, autoabastecieron, crecieron, y eso llevó al crecimiento de todo el entorno. Es un complejo agroindustrial muy potente. Es un todo.
En cuanto al tipo de producción, hemos escuchado en estos días que un lote puede llegar a intervenirse hasta 12 veces con aplicaciones. Algo impensado en Argentina, ¿no?
Sí, bueno, la condición climática tiene sus pros y sus contras. Durante el ciclo de cultivo, cuando no llueve, en Brasil o en ninguna parte del mundo se puede producir; y cuando llueve, la abundancia de humedad, de lluvias y frecuencias hace que sea una condición muy favorable para que los cultivos se desarrollen, crezcan, pero también para que las plagas sean más voraces. En ese contexto el productor no tiene otra opción que intervenir con mucha frecuencia.
“El rol del agrónomo es fundamental para consolidar el sistema brasilero”
¿Qué grado de estrategia se puede lograr en una intervención tan reiterada?
Con frecuencia parece que no es estratégica porque es muy continua, pero realmente es estratégica porque hay rotación de productos, mucho cuidado de la generación de resistencias. El manejo de las rotaciones es muy simple porque la paleta de cultivos es limitada, pero es muy pensada para aprovechar al máximo ese periodo de crecimiento. Pasamos de épocas de un cultivo al año a tener dos cultivos, y en algunos lugares llegan a tener tres. Entonces ese crecimiento lo permite la condición climática, pero a cambio de una actividad biológica muy significativa.
¿Eso en Argentina no se da?
En Argentina nosotros nos enfrentamos mayormente a una condición de riesgo ambiental abiótico, es decir, frío, calor, sequías, y proporcionalmente menor presión biótica hacia la producción. En Brasil eso se invierte. No quiere decir que la condición abiótica no sea importante, sí la es, porque tienen características de temperaturas y condiciones de radiación diferentes, pero la componente biológica que está alrededor, en el suelo y alrededor de los cultivos, hace que el productor intervenga con mucha frecuencia.
Por último, ¿Qué te pareció estar en la planta donde se elaboran los productos de Spraytec?
Entender por qué un fisiólogo impulsó una formulación y que un formulador logró un químico que se reproduce en un producto, le da más consistencia a las tecnologías que uno está probando, y también nos abre la cabeza en cuanto a verle oportunidades. Hemos intercambiado ideas sobre el potencial y el valor que tiene centralizar las decisiones de producción en el cultivo como motor de la recuperación de la fertilidad de los suelos, como motor de la sostenibilidad del sistema, porque sin cultivos no hay agronomía y sin cultivos productivos no hay sustentabilidad.
Gracias Martín!