Por: Iván Ordóñez-
Se va La Niña y entra El Niño con un impacto crucial: ahora es Estados Unidos el que atravesará la escasez de agua mientras que en Argentina ya asoman tímidamente precipitaciones por arriba de lo normal. En el medio está Brasil que como nos informa Paulina Lescano en esta edición, volcará al planeta un récord histórico de producción de maíz.
Por: Iván Ordóñez- Economista especializado en AgroNegocios –
En un horizonte en el que “más o menos todo se mantiene igual” (lo que es un flor de supuesto) la campaña 2023/24 contará con buen clima y buenos precios que recompondrán la rentabilidad del agro argentino que se encuentra tremendamente golpeado por dos sequías consecutivas a la que se le suma un tipo de cambio desdoblado y retenciones: se trabaja e invierte a reglamento, porque no sobra nada. El ingreso de divisas al Banco Central será superior al de 2023, pero dudosamente tan alto como el del ciclo 2020-2022.
La retención de hacienda que se está dando, funciona como un ejemplo del clima que circulará durante todo 2023 ya que durante la sequía los productores ganaderos se vieron forzados a liquidar “por encima de la media” aunque los precios en dólares fueron ruinosos dado que era eso o ver vacas y novillos desplomándose en los lotes. Con la humedad crecen pastos y aunque el maíz no sea abundante, el horizonte cercano de un tipo de cambio unificado es un incentivo demasiado grande; ¿Cuánto valdrá en pesos la hacienda en pie una vez que la brecha se cierre? Imposible aventurar un número preciso, pero seguramente mucho más y nadie quiere perderse ese crecimiento.
Toda esa información es un insumo para los equipos económicos del próximo gobierno entre los cuales hay mucha sintonía: primero es imprescindible generar un equilibrio de las cuentas públicas ya que no hay confianza (y por lo tanto crédito). Ninguno lo duda, porque es grotescamente evidente que la principal fuente de inestabilidad e incertidumbre que genera el déficit fiscal del Estado que se volvió infinanciable. El mercado financiero local y los principales actores económicos operan con esa certeza de un diagnóstico compartido; hasta Milei se vio forzado a reconocer que su dolarización no sería posible al menos en los primeros 2 años de Gobierno. A medida que avanzan las elecciones provinciales parece cada vez más difícil que a) el kirchnerismo haya encontrado en Massa a un candidato ganador y b) la opción de Milei pueda disputar con buenas chances la presidencia.
Esas certezas bastante módicas operan como diques de contención para evitar que una situación económica y social ruinosa no haya eclosionado disparando las variables financieras, pero aún es difícil aventurar el complejo 2024 de reformas que deberán encarar los dos candidatos que se muestran con más chances de gobernar el país los próximos 4 años: ¿con que velocidad encararán las reformas? ¿Cuáles serán los pasos que se darán primero y cuáles luego? ¿lograrán recuperarse las agro exportaciones argentinas de manera sustantiva para devolverle crecimiento económico a gran parte del país que está hoy estancado? ¿podrán reducir el costo del duro camino a transitar?
Las PASO despejarán con qué fuerza electoral cuenta cada candidato y trazarán cómo será el segundo semestre de 2023, un año al que solo le queda una inflación creciente al punto que cuando en octubre la sociedad entre al cuarto oscuro habrá superado el 130% interanual y una economía en contracción. Cuando Alberto Fernández le entregue la banda a su sucesor la pobreza superará el 45% y la mitad de la misma estará concentrada en el conurbano bonaerense, a un radio de 40 kilómetros de donde se dará ese traspaso de mando.