¿Cómo adecuamos la tecnología disponible?
Autor: Ing. Agr. (Esp.) Facundo Menta –
La aplicación de fitosanitarios dentro de la agricultura extensiva actual, es una de las tareas de mayor importancia, ya que juega un rol determinante a la hora de defender la producción frente a malezas, insectos y/o enfermedades. Hoy en día, la utilización de sistemas de equipos con barral para cumplir con el objetivo de fragmentar el caldo con terápicos de manera homogénea sobre la superficie, es la metodología mayormente utilizada en Argentina y gran número de países en el mundo. Dentro de estos equipos, contamos con diferentes alternativas de propulsión, tanques principales para productos de capacidad cada vez mayor, botalones que siguen en línea y agrandan cada vez más su envergadura, paleta de boquillas de aspersión de lo más surtida, entre muchas otras variantes tecnológicas disponibles, que nos “dan cintura” para poder ser cada vez más eficientes.
“Podemos decir que la pulverización de defensivos agrícolas en su conjunto, es el empleo de todos los conocimientos científicos que proporcionan la correcta colocación del producto biológicamente activo en el objetivo o blanco, en cantidad necesaria, de forma económica, con el mínimo de contaminación en otras áreas (Matuo et al., 2001)”
Facundo Menta
Ser conscientes de la tecnología que tenemos entre manos, es el puntapié inicial para poder conjugar variables y plantear técnicas de aplicación que vayan en sintonía con el escenario de turno. Para hablar en criollo y bajo términos futboleros, tener real dimensión del plantel con el que contamos (sus capacidades y limitaciones), para pararlo en cancha con la cantidad adecuada de jugadores por línea, teniendo en cuenta y habiendo estudiado de antemano, la realidad del equipo rival. De ese modo, siempre tendremos mayores chances de ganar, que volviendo a nuestro campo, no es ni más ni menos, que poder depositar nuestras gotas en el blanco.
La técnica de aplicación al encarar un tratamiento, quedará definida con la elección de la boquilla, en conjunto con la determinación de cierta presión de trabajo y velocidad de avance.
Técnica, que tal como se mencionaba en la columna del mes de mayo (“Pulverizaciones agrícolas, el triángulo para una correcta regulación”), deberá ir en concordancia al grado de sistemia de los productos que se utilicen, la ubicación del objetivo de la aplicación y el análisis de la calidad ambiental al momento de la pulverización. En definitiva, el desafío reside en conjugar variables y tecnología de la mejor manera, para adecuarlas según la necesidad.
En ese sentido, el distanciamiento entre boquillas es una de las variables con las que podemos “jugar” a la hora de definir regulaciones. Los más frecuentes en las pulverizadoras actuales en Argentina, son los de 0,35mts y 0,52mts entre boquillas. Se escucha demasiado dentro de “la jerga”, que las boquillas van exclusivamente a determinada distancia (con sus pro y contras), pero… ¿Por qué no jugar con la distancia entre boquillas mientras nos sea posible?
La técnica de anular “pico de por medio” para duplicar el espaciamiento y poder de dicho modo reducir volúmenes por hectárea, está muy poco difundida, y es una muy buena opción para ganar en versatilidad y sumar variantes al abanico de regulaciones con las que podemos contar.

Figura 1 y 2. Datos promedios obtenidos de las variables DVM e Impactos/cm2 según formato de boquilla y volumen por hectárea (de acuerdo al distanciamiento entre boquillas utilizado), simulando situación de barbecho, con tarjetas totalmente descubiertas. En todos los casos la presión fue de 3 bares y la velocidad de avance de 17 km/h. Condiciones climáticas a campo durante la prueba: Viento medio a razón de 3km/h, Delta T de 2,5°C. Menta F. 2023, datos sin publicar.
Intentando ponerle números a la cuestión, se realizó prueba a campo sobre rastrojo de soja, buscando comparar la distancia de fábrica del botalón de un pulverizador autopropulsado (0,35mts) con la distancia “pico de por medio” (0,7mts), manteniendo fijas el resto de las variables. La dinámica se llevó a cabo con agua más coadyuvante a base de tensioactivo y las tarjetas se colocaron totalmente descubiertas sobre el suelo. Para la comparativa, se usaron en primera instancia boquillas cono hueco 02 y luego se replicaron las mismas pasadas, pero utilizando boquillas abanico plano con inducción de aire 02. Se trabajó siempre a presión de 3 bares y a una velocidad de 17 km/h, arrojando un volumen de 80lts/ha para el distanciamiento de 35cms y 40lts/ha para las boquillas dispuestas a 70cms entre ellas.
Cabe aclarar que en el caso de la menor distancia entre picos se aplicó con una altura de botalón de 70cms, mientras que a la mayor distancia se elevó la altura a 90cms, a fin garantizar superposición suficiente en todas las situaciones. Las condiciones climáticas durante la prueba eran óptimas, viento medio de 3km/h y Delta T de 2,5°C.
La gran ventaja de la mayor distancia entre boquillas en este caso, fue brindarnos la posibilidad de trabajar a mitad de volumen, duplicando hipotéticamente la autonomía de la “tancada”, sin generar variaciones significativas en el tamaño de gota (no estamos variando la presión de trabajo). Al bajar el volumen/ha de 80 a 40, los impactos/cm2, inevitablemente se redujeron del mismo modo casi a la mitad. La cobertura para la boquilla cono hueco a 40 lts/ha sigue siendo suficiente para cubrir las exigencias tanto de productos sistémicos como de acción por contacto. En cambio, para la boquilla con inducción de aire, la disminución del volumen produjo una cobertura escasa, casi al límite inferior de los requerimientos de cobertura de productos sistémicos (20 a 30 impactos/cm2). Por ello es que normalmente escuchamos por ahí, la frase: “son boquillas a las que tenemos que ayudar tirando más agua”. La medición, una vez más, nos ayuda a darle sentido a las diferentes recomendaciones.

Figura 3. Cuadro con clasificación de los diferentes tamaños de gota. Fuente ASABE 527.1 Norma ISO 25358/2018. Extraído de catálogo Spraytec 2023.

Figura 4. Cuadro de tamaño de gota teórico para las boquillas utilizadas en la prueba, según caudal individual y presión. Extraído de catálogo Spraytec 2023.
“Jugar” con la distancia entre boquillas, nos ofrece la posibilidad de ser más eficientes en el uso del recurso agua, permitiendo reducir el volumen por superficie a la mitad, manteniendo una misma presión de trabajo y por ende un cierto rango de tamaño de gota en el asperjado.
Este dato es sumamente importante, ya que la otra forma de lograr dicha merma en el volumen, sería a través de la utilización de boquillas “más chicas”, que darían por resultado indefectiblemente menores diámetros volumétricos (con su mayor riesgo potencial de deriva), tal como podemos observar en las tablas de tamaños de gotas que encontramos en los catálogos de las diferentes empresas del rubro (Figuras 3 y 4).

Midiendo, adecuamos las herramientas tecnológicas disponibles. Midiendo, podemos hacerlo con sentido. Midiendo, nos encaminamos en la búsqueda de planteos de regulación más eficientes y sustentables.