Horacio Salaverri. Presidente de CARBAP, tiene 54 años, es casado, tiene tres hijos, es productor agropecuario, ex concejal, ex legislador Provincial, fue presidente del Instituto Provincial de Acción Cooperativa y delegado de la Sociedad Rural de Suipacha a la entidad que hoy preside, es contador Público Nacional. Hablo con nosotros sobre el papel que las entidades juegan en este momento de la actualidad del país.
¿Cuáles son los desafíos y que perspectivas tenes de tu gestión como presidente de CARBAP?
Yo formaba parte de la gestión de Frola, como tesorero de esa comisión. Trabajé muy cómodo durante 2 años. Luego de eso me tocó asumir la presidencia de CARBAP, habiendo incorporado una plasticidad bastante buena en esos años como tesorero, si bien desde el 89, cuando fui protesorero de la de Suipacha y actualmente soy el vicepresidente, con esto te cuento que la actividad gremial está muy arraigada en mi esencia. Hoy me siento muy cómodo pero con muchos desafíos por delante, y éstos pasan por la relación con los gobiernos, tanto municipales, provinciales y el nacional.
¿Cómo es la relación a la cual te referís, sobre todo con el gobierno nacional?
Es muy compleja. Quienes estamos al frente del gremialismo tenemos que enfrentar situaciones difíciles de resolver porque cuando uno habla con el productor y le pide algún tipo de esfuerzo adicional, muchas veces después de darlo, se siente traicionado porque no llegan las respuestas. Obtenerlas mediante la intransigencia y la negación de los hechos de la realidad, es sumamente complicado. Los esfuerzos que hacemos muchas veces no tienen resultado.
Dadas las características del gobierno, la acción gremial hoy, más que por conseguir, pasa por evitar. Muchas veces debemos evitar un daño mayor al que se produce con determinadas normas que impone el gobierno.
¿Cuáles por ejemplo?
Hoy estamos evitando un avallasamiento mayor contra el derecho de propiedad, la afectación de la renta. Con diálogo se arreglan muchas cuestiones, más allá de la inclinación política de cada uno, lo que planteo va más allá de eso. Creo que los gobiernos por actitud, por impronta, por gestión de gobierno, deben recibir a todos los sectores. Los gobiernos están para dar respuesta, para solucionar. Si hay un sector que tiene una problemática, todo va a pasar por el diálogo.
La 125, enfrentó definitivamente al sector con el actual gobierno?
Seguro, pero fijate que en el mismo período en que se realizaba la 125, la presidenta Bachellet en Chile, tuvo un fenomenal paro de camioneros, 48 hs colapsado el país, y ella, se sentó y lo resolvió. Todo puede resolverse mediante el dialogo y la buena voluntad.
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Entre el gobierno y las asociaciones, ¿no crees que el tema pasa por lo ideológico, sin marcha atrás, a esta altura del partido? ¿Le ves la salida a esta situación?
Yo sé que la 125 fue la gran derrota del entendimiento con el gobierno. La salida no la veo por las características del gobierno. En el resto del mundo los gobiernos están para conciliar con los sectores, no para confrontar. La lógica de los gobiernos indica que el diálogo, los acuerdos, la mirada diferente hace al cambio de opinión y a la evolución de todos. Se podrían haber evitado muchos conflictos si la forma hubiese sido otra.
Hoy parece que si el gobierno concede ciertas soluciones al sector agropecuario, se transforma en concesión ideológica. ¿No te parece?
Si, claro…es como un todo o nada. Los gobiernos vecinos con características ideológicas similares, tienen un derrotero de su trabajo totalmente distinto, una visión del mundo diferente. Nosotros tenemos una idea anquilosada, vieja, con un modelo copiado de Venezuela, país que tiene 50% de pobreza y nada en petróleo –a U$140 la tonelada-.
Ante este escenario ¿Cuál es la función del gremialismo, como juega?
Tanto el gremialismo empresarial como el laboral, encontraba respuesta a sus reclamos mediante el diálogo. Hoy en día la acción gremial es muy compleja. Debemos encontrar un equilibrio muy razonable, porque el actor agropecuario no quiere dañar la relación que históricamente ha tenido con toda la comunidad del interior. Hoy los productores saben que debemos unirnos para lograr beneficios. Ellos están desanimados. El productor no quiere seguir en un enfrentamiento eterno. El sector agropecuario lo único que hace es producir.
Y con un marco mundial inmejorable…
Imposible de mejorar, con expectativas de esta índole hasta el 2025. Hay situaciones que tienen que ver con las exportaciones básicas de nuestro país, que son incomprensibles. Es como que mañana Ecuador no exporte bananas…un día nosotros como país, dejamos de exportar carne. Increíble!
Uno siente pena de ver que este país no aprende se sus errores, hemos vivido épocas de enfrentamientos que bien visto está, no ha servido de nada. Repetir ese modelo no nos lleva a ningún puerto. Aún pensando distinto la idea de la sociedad es convivir en la divergencia. Tenemos una sociedad sin problemas de religión ni de raza, y eso, a esta altura de las circunstancias es muy importante.
¿Mucho hablamos sobre la falta de políticas para el sector, pero, que sería Argentina con políticas acordes?
Y Argentina desde el 2001 hasta la fecha, con una política exitosa, seguramente debería integrar el BRIC, como lo hizo Brasil, aliándose con aquellos países de características similares y necesidades mutuas. Quien no sabe que, tanto China como la India son nuestros grandes clientes. La cosmovisión del mundo está distorsionada en manos de nuestro gobierno. Acá hablan de inclusión pero hay 1 millón de chicos de entre 15 y 25 años que ni estudia ni trabaja. El trabajo y la educación, con capacitación incluida es una asignatura pendiente. Creo que con estos 2 factores, un país cambia.
¿Hay alguna expectativa con el trigo, que dicen los productores trigueros, cuál es tu visión sobre ellos?
Las medidas tomadas no les dieron certezas. Hay un recuerdo muy fresco del maíz plus y el trigo plus…y una lógica muy clara que indica “para que me van a sacar algo si después me lo van a devolver”, y un fideicomiso donde el sector productivo y el gremial, no están representados. Hoy también el sistema ROE es algo que lamentablemente aprendió muy bien el productor. Faltan elementos para dar certezas. También es cierto que ante el panorama que se viene, siempre será mejor sembrar que no hacerlo.
En un imaginario, si tuviésemos un gobierno que haya convocado a la mesa de enlace para organizar el tema del trigo. ¿No hubiese sido mucho mejor?
Totalmente de acuerdo. El trigo plus fue un tema de confianza al principio y de desconfianza al final. Nada es peor que cuando uno pierde la confianza, y Argentina lo tiene en hechos gráficos, como fueron los corralitos financieros. Sería muy triste que el gobierno entre en el castigo a la cebada. Nada es bueno con premios y castigos. Castigar a la cebada seria someter a una parte muy importante de la provincia de Buenos Aires, que tiene la posibilidad del trigo o la cebada, a un estancamiento. Casi el 55% de trigo que se siembra es bonaerense, funciona como economía regional. Entonces, entre el clima y el castigo, se quedarían sin revancha.
¿Cómo ves hoy a la Mesa de Enlace?
La Mesa de Enlace nació como defensa del productor y no como polo opositor, que es lo que se quiere vender. Hoy es representativa del sentimiento y la problemática del sector agropecuario. El origen de cada representación en esa Mesa hace que haya diferencias y pensamientos encontrados. También hay muchos puntos en común, los cuales fueron enviados al ministro Yaguar para una reunión en conjunto y que nunca fue llevada a cabo. Hay solidez en el conocimiento de la problemática y en la resolución de algunos de esos puntos. Es monolítica en cuanto a la acción.
¿Cómo vivieron el episodio de público conocimiento con Carlos Garetto?
CARBAP a través de CRA sacó un comunicado junto a Federación Agraria y La Rural solidarizándonos con Garetto. Él ha demostrado una gran valentía en no renunciar y en seguir en sus funciones, que es para lo que ha sido elegido.