La producción y la exportación de alimentos son piezas absolutamente claves y cada vez más trascendentes de la economía argentina. En este sentido, la evolución de los sistemas productivos en la Argentina ha registrado un cambio hacia una agricultura continua con el desplazamiento de la frontera agrícola hacia zonas tradicionalmente mixtas o ganaderas. Esto produjo una elevada extracción de nutrientes que no fueron repuestos en igual magnitud, generando procesos de degradación que ponen en peligro la sustentabilidad de los sistemas productivos. Excepto para nitrógeno (N) en cultivos de leguminosas como la soja, los nutrientes que se extraen de los suelos como consecuencia de la producción agropecuaria se reponen a través de la aplicación de fertilizantes. Los nutrientes que se extraen en mayor cantidad son nitrógeno (N), potasio (K) y fósforo (P), seguidos por azufre (S). El uso actual de fertilizantes en la Argentina genera una muy baja reposición de nutrientes y la degradación consecuente en el nivel de la disponibilidad de nutrientes ha sido documentada recientemente en un trabajo conjunto de INTA y Fertilizar. La reposición de nutrientes expresada como la relación entre la aplicación de nutrientes y la extracción realizada por los principales cultivos, se encuentra en promedio en el 25%.
En este contexto se presentó en la Honorable Cámara de Diputados de la Nación, un proyecto de ley cuyo principal objetivo es la conservación y mejoramiento de la fertilidad de los suelos de uso agropecuario, a través de la promoción del uso de fertilizantes para la actividad agropecuaria. Como instrumento de promoción, se propone incorporar como desgravación al impuesto a las ganancias, el 100 por ciento del gasto en fertilizantes que realice el titular de una explotación agropecuaria, en el período fiscal en el que se comercialice la producción en la cual se aplicaron los fertilizantes.
Con la implementación de la ley de promoción de uso de fertilizantes, que tiene fijado un horizonte de 10 años, se pretende lograr un punto de inflexión en lo referido a la recuperación y sustentabilidad del capital natural de nuestros suelos, logrando un beneficio no sólo para el sector agropecuario sino para todos los habitantes de la Argentina, a través de una mejora económica y una consolidación del desarrollo sustentable de nuestro territorio.
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