El desarrollo de la producción ganadera ha empujado al negocio semillero a proponer alternativas para el ensilado, que resulten en mayor productividad y la misma calidad obtenida con los cultivos tradicional.
De acuerdo a datos de MAIZAR, el 58% de los silos se destinan a la producción de carne, mientras que el 42% restante a producción lechera. De entre estos últimos, dos tercios se realizan con maíz convencional.
Ante este panorama, el maíz BMR se posiciona como una excelente opción para generar silajes de alta calidad sin depender del contenido de grano, lo que se ha transformado en una ventaja competitiva para el productor.
“Los híbridos de maíz BMR brinda resultados superiores” expresó el Ing. Andrés Moutous, Líder de Producto en Nuseed. “Lo que lo distingue de los maíces convencionales es un aumento significativo de la digestibilidad de fibra. En diferentes tipos de ensayo se ha registrado un aumento de digestibilidad de la fibra de 8 a 10 puntos en promedio”.
El diferencial de los maíces BMR se encuentra justamente en que sus hojas poseen lo que se denomina Brown Mid Rib o Nervadura Central Marrón, lo que evidencia menores niveles de lignina en su composición celular. La menos cantidad de lignina implica una mayor digestibilidad para el animal, lo que se traduce en un aumento del consumo de materia seca (CMS), mayor producción de leche y, en muchos casos, la posibilidad de suplementar con menos granos.
“Al caracterizarse por tener una mayor digestibilidad de fibra, que se traduce en una mayor producción de energía por tonelada producida, el silaje de maíz BMR es un excelente alimento para la producción ganadera en general, y particularmente en lechería” indica el Ing. Moutous de Nuseed.
La inclusión de maíz BMR en la dieta hace que ésta pueda contener una mayor proporción de forraje, sin perder calidad energética. A la vez, su alto CMS permite obtener excelente producción tanto de leche como de carne.
El maíz BMR se constituye así en una alternativa para el silo de maíz que no solo es conveniente a nivel de costos para el productor, sino que además ofrece niveles superiores de calidad, rendimiento, nutrición y producción; permitiendo la formulación de dietas más altas en cantidad de forraje y, por lo tanto, más sanas para el animal, prolongado así su vida útil.