Por: Juan Carlos Grasa
Entrevistamos a Paulina Lescano, Ingeniera Agrónoma especialista en mercado de granos. A través de sus palabras podemos conocer la realidad del mercado de trigo, analizar las posibilidades a futuro y pensar en seguir creciendo tanto en área como en destinos de exportación.
Paulina, imagino que hay un antes y un después en el cultivo de trigo desde la eliminación de ROES y derechos de exportación…
Claramente hubo un efecto positivo para la producción y comercialización de los cereales, pero en especial para el trigo que fue uno de los más castigados por las políticas del gobierno anterior.
Por un lado, hubo un efecto directo sobre los precios FAS teórico, como resultado de la eliminación de los Derechos de exportación. Pensemos que, por ejemplo hoy, con un FOB de 190 usd/tn, siguiendo con el esquema de DE anterior, de arranque tendríamos un descuento de 44 usd/tn sobre ese precio. Hoy ese descuento es “0”.
Por otro lado, desapareció, por lo menos hasta hace 1 mes, el fuerte descuento que existió por 6 campañas seguidas entre el precio FAS teórico y el precio recibido por el productor. Básicamente esto ocurrió como efecto directo de la eliminación del sistema de ROES, y la apertura y liberación del mercado de exportación.
En los peores momentos de control del mercado y restricciones, los precios pagados tenían descuentos de hasta 60 usd/tn en relación al FAS teórico, sumado a que en muchas oportunidades directamente no había comprador.
¿Cuál es el nuevo escenario del trigo a partir de esta nueva política?
Los números del trigo y del maíz volvieron a ser competitivos frente al monocultivo soja-soja, y se volvieron a incorporar hectáreas de producción que se habían descartado para trigo. La campaña 16/17, reincorporó cerca de 1 millón has, aumentando respecto a la última campaña del gobierno anterior un 30% el área con trigo.
Por otro lado al mejorar la ecuación, también hubo mayor inversión en uso de fertilizantes que permitieron mejorar los rindes y la calidad de la producción nacional.
Las primeras estimaciones de área de la campaña 17/18 ya asumen nuevo crecimiento en la siembra de trigo, con niveles que van desde 10 a 15% vs la campaña anterior.
Si bien sigue siendo una buena alternativa, los márgenes se han reducido para todos los cultivos y las decisiones todavía tienen cierto margen para cambiar, en especial para las fechas de siembra más tardías.
¿Cuáles son las áreas que deberían ser implantadas que aún no están ocupadas por el cultivo y que históricamente fueron destinadas al trigo?
En general las típicas áreas trigueras volvieron a producción ya en la campaña anterior. De todas maneras, con el aumento que se prevé para la próxima siembra, se seguirán incorporando lotes que años anteriores fueron a cebada.
¿Cómo se está asignando el stock de la última cosecha? Es decir, cuanto a mercado interno, cuanto a exportación.
De acuerdo a los datos del Minagro al 29 de marzo, el total comercializado asciende a 11,2 millones tn, lo cual representa el 70% de la oferta total de la actual campaña vs solo 5,6 millones tn que se llevaba comercializado en el ciclo anterior (40% de la oferta total)
El mayor volumen lo tiene la exportación, que ya declara compras por 8,8 millones tn (vs 4 millones tn a la misma altura del 2016). De todas maneras, la molinería también viene adelantada respecto al ciclo anterior, ya que suma 2,4 millones tn vs 1,6 millones en 2016.
Brasil, ¿seguirá siendo nuestro gran comprador o se abrirán nuevos mercados?
Ya se abrieron nuevos mercados, en el 2016.Los números son realmente muy alentadores. Como resumen, en el 2015 el total de países a los cuales exportamos trigo fueron 23, el total exportado fue solo de 4,8 millones tn, de las cuales el 86% fue a Brasil.
El bajo volumen de exportación durante el año 2015 fue el resultado de la política de restricciones y mal manejo de la exportación, ya que el ciclo terminó con un elevado stock final (de 4,5 millones tn).
En el 2016 con los cambios de política que mencionamos, y con la intención clara del gobierno de buscar nuevos mercados y evitar ser total dependientes de Brasil, el total de destinos pasó de 23 a 35. El volumen total de exportaciones a 10 millones tn. Algunos destinos se “reconquistaron” y otros se “abrieron”. El porcentaje destinado a Brasil fue sólo del 42%.
Es muy bueno no depender solo de Brasil, abrirnos al mundo produciendo mayor volumen para poder abastecer la demanda.
Si comparamos dos ciclos con la misma política, con los datos de embarques durante enero, vemos que nuevamente reducimos la dependencia sobre Brasil, ya que del total embarcado sólo 26% fue a Brasil vs 34% de enero pasado.
Por otro lado, además de las posibilidades de exportación del grano, tenemos una capacidad de molienda instalada de 9 millones tn, que supera en 3 millones tn la molienda promedio argentina. Es decir, tenemos capacidad de mayor producción si es que encontramos donde ubicar ese excedente de producción de harina que no consumimos internamente.
Las exportaciones de harina crecieron desde 410 mil tn en 2015 a 621 mil tn en 2016 (un 51% de incremento), y de acuerdo a las expectativas del presidente de la FAIM, Diego Cifarelli, el objetivo está puesto en llegar a exportar 2 millones tn de harina en los próximos 2 años.
¿Cuál fue el nivel de calidad del trigo nuevo, y si mejoró, a que crees se debe?
La calidad del trigo de la campaña 16/17 tuvo una significativa mejora respecto a la campaña anterior.
Este cambio favorable se dio por un lado porque el clima fue más benévolo, pero por otro lado, porque hubo una mayor inversión en fertilizantes y agroquímicos, debido a las mejores perspectivas comerciales. La mejora de los números permitió a los productores apuntar a trigos con buenos rindes y buena calidad.
Más allá de la recuperación de la calidad habitual del trigo argentino, por una cuestión de inversión, las inclemencias climáticas durante la campaña 15/16 generaron fuerte deterioro de la calidad, sumado a que se gastaba lo menos posible en el cultivo.
Sabemos que la fertilización es el talón de Aquiles de los productores. ¿Se alcanzaron los niveles de fertilización esperados o hay mucho más por hacer en esa materia?
Se mejoró el uso de fertilizantes, pero de todas maneras todavía no se llegó a los máximos utilizados en campañas anteriores.
De acuerdo a una encuesta realizada en abril del 2016, por Fertilizar, la intención de uso de fertilizantes para la campaña 16/17 aumentaba en 42% vs la 15/16. Podemos esperar un incremento también en esta campaña, ya que los valores de la urea y fosfatos se encuentran en los niveles mínimos de los últimos años.
¿Crees que aumentara el área de siembra en esta próxima campaña?
En general hay expectativas de que así sea. Por un lado, en muchas zonas, la opción trigo/soja sigue siendo la que resulta en la mejor opción desde el punto de vista económico. Por otro, la necesidad de rotación para control de malezas y enfermedades, y el aprovechamiento de la humedad del perfil favorecen la elección del trigo.
Los porcentajes que ya se hablan van desde un 10 a un 15%, nivel que se termina de definir en breve, y claramente va a depender de cómo se siga desarrollando el otoño de aquí en más y de la evolución de los precios del trigo enero 2018.
Hay gran cantidad de superficie anegada y previsiones de nuevas lluvias en los próximos días, por un lado atrasan todas las labores de cosecha, y por el otro generan incertidumbre sobre las posibilidades de siembra en fechas óptimas.
El productor argentino es muy predispuesto a la adopción de tecnologías. ¿Crees que hace uso de toda la tecnología disponible?
Podemos considerar que se hace uso adecuado de la tecnología disponible, aunque siempre podemos seguir creciendo. Desde el manejo eficiente del uso del agua, elección del cultivar adecuado según zona y época de siembra, control las malezas, hasta optimizar las dosis a usar de fertilizantes.
Hemos avanzado respecto a dos campañas atrás, pero el potencial de crecimiento – usando todas las herramientas disponibles – sigue siendo mucho mayor a lo que se logró hasta ahora.
¿Cuáles son los pendientes que espera el productor de trigo para apostar aún más a este cultivo?
Los cambios favorables en la política de comercialización, ya fueron “tomados” por el productor, y el sector en general.
Todavía queda mucho por mejorar para seguir creciendo a nivel producción y calidad. Si bien es más que positivo, la gran apertura comercial que tenemos con el exterior, por el momento no se ve un gran incentivo para producir cada vez más calidad porque, por ejemplo, los precios pagados este año – en donde no hubo problemas de calidad – no tuvieron premios importantes por calidad como el año pasado.
El retraso cambiario y la inflación, también quitan rentabilidad al sector en general.
En el caso puntual del trigo el potencial productivo claramente está y puede crecer, ahora hay que generar mayor demanda, tanto interna como de exportación. El consumo doméstico está estancado desde hace años en 6 millones tn. Y como comentaba al principio la capacidad de molienda instalada está sobredimensionada generando falta de competitividad para la industria.