Se fue el invierno, con demasiados excesos hídricos en muchos sitios importantes en términos productivos para nuestro país.
Por: Matías Cambareri – Caburé
El cambio en la estación meteorológica además (recordemos que la primavera meteorológica comienza el 1 de septiembre) significa pasar de una estación un poco más caótica en términos atmosféricos, en la cual en el corto plazo se esperan al menos de 2 pulsos más de buena cantidad de agua (unos 100 mm en la región que aún se encuentra con excesos hídricos). Repasemos como estamos parados hoy en términos hídricos para saber cuál podría ser el posible desenlace de más agua en el corto plazo. La precipitación acumulada durante el mes de agosto (Figura 1) fue excesiva para lo que normalmente se espera en un mes de invierno y en el centro del país llegó a ser más de 3 veces lo normal para ese mes.

Fuente: Red pluviométrica de Caburé.
De la extensa red de estaciones pluviométricas con las que cuenta Caburé (www.cabure.com.ar), en más del 40% (unos 300 puntos de medición) tuvieron una precipitación acumulada mayor a 100 mm. En la Provincia de Córdoba, se dio la mayor cantidad de días con precipitación superior a 50 mm (7 días) y en esa Provincia también, se dieron los valores más altos de precipitación acumulada (superando los 500 mm!). Así, el último mes del invierno meteorológico no sólo permitió incrementar los niveles de agua en el suelo en una gran porción nuestro país, sino que también impidió la normal cosecha de la campaña pasada en algunos sitios, así como también no dejó el normal desarrollo de actividades agrícolas en otros con cultivos ya implantados o en barbecho (fertilización, control de malezas, etc). Pareciera que la primavera también viene con agua en su mochila, esperemos que la “canilla” no se abra de golpe generando más complicaciones.

Fuente: Instituto de Clima y Agua. SMN-INTA-FAUBA
El reservorio de agua en el suelo (el nivel de agua en el suelo) es en definitiva el que nos va a marcar cuánta del agua que vimos caer, finalmente quedó en el suelo y estará disponible para el inicio de la campaña gruesa. A nivel superficial (primeros 10 cm; Figura 2) el impacto en el nivel de agua está asociado a las últimas precipitaciones y cómo es la porción más expuesta del suelo es lo que rápidamente está disponible para evaporación, razón por la cual al no haber lluvias importantes en los últimos días y haber tenido marcados incrementos en la temperatura, los niveles de agua son adecuados en prácticamente toda la región central, con algún exceso en el NEA.

Fuente: Instituto de Clima y Agua. SMN-INTA-FAUBA
En profundidad en cambio (Figura 3) que es tal vez lo que más nos interesa porque será lo que podrán “consumir” los cultivos, los niveles de agua en el suelo son abundantes (más del 80% de agua útil en el perfil) a excesivos, lo que hace pensar que los cultivos de gruesa que puedan implantarse en esas zonas no tendrían limitaciones hídricas en los primeros estados de desarrollo (y me atrevo a decir que incluso hasta inicio del período crítico de determinación de rendimiento, no habría limitaciones hídricas severas), así como tampoco deberían tener inconvenientes los cultivos de fina ya implantados, que tiene actualmente transitan en su gran mayoría etapas vegetativas.

Esta “foto” actual del agua en el suelo junto a los pronósticos a largo plazo, nos permitirán realizar un correcto análisis para tomar las mejores decisiones en nuestro sistema productivo. Como la evolución del nivel de agua en el suelo puede ser estimada a partir de un balance entre la “demanda” (de la atmósfera o del cultivo una vez implantado) y la “oferta” de agua (precipitaciones), conociendo cuál es la tendencia a largo plazo (más allá de los 30 días) de las variables determinantes, puede predecirse de forma aproximada su comportamiento.
Con distintos niveles de probabilidad de ocurrencia, el pronóstico trimestral elaborado por el Servicio Meteorológico Nacional (SMN) ayuda a dilucidar cómo serán las condiciones de oferta (precipitaciones) y demanda (evapotranspiración, determinada en parte por la temperatura del aire) que hacen al balance de agua en el suelo, durante los próximos meses. El pronóstico trimestral del SMN para la primavera meteorológica (trimestre septiembre-octubre-noviembre) indica mayor probabilidad (50-55%) de tener temperatura media por encima de lo normal en prácticamente todo el centro y sur del territorio argentino y normal (>40%) en el Norte del país (Figura 4). Esto significa que donde tenemos mayor probabilidad de tener temperatura media por encima de lo normal, la temperatura media de la primavera meteorológica sería al menos 0,5 °C mayor a los valores de temperatura media que observamos en la Figura 5, mientras que donde hay mayor probabilidad de tener temperatura dentro de lo normal, la temperatura media del trimestre rondaría los valores observados en la Figura 5. Por lo tanto, como gran parte de la demanda atmosférica está asociada a la temperatura, es esperable que la evapotranspiración acumulada en este período sea mayor a lo normal, en el centro y sur del pais y se “pierda” más agua de lo normal.

Fuente: Servicio Meteorológico Nacional: Pronóstico Climático Trimestral, 29 de agosto de 2025.
Por otro lado, las precipitaciones acumuladas para la primavera meteorológica (trimestre septiembre-octubre-noviembre) tienen (i) mayor probabilidad de estar por encima de lo normal o normal (40-50%) sobre oeste del país (región en verde en la figura);(ii) inferior a lo normal o normal (40-45%) sobre el sur del país y (iii) normal (>=40%) o sin una clara categoría en el centro y noreste del país (Figura 6). Es decir que se esperan menos de 200 a 400 mm acumulados en toda la región pampeana y Litoral (Figura 7) en los próximos 3 meses. El balance hídrico atmosférico (diferencia entre la demanda atmosférica y las precipitaciones) tendería a ser levemente negativo (ya que las temperaturas estarían por encima de lo normal, pero no así las precipitaciones), y en los sitios donde hoy no existen niveles adecuados de agua en el perfil del suelo, los cultivos entrarían a sufrir deficiencias hídricas.

Con respecto a la actualización del fenómeno ENSO (El Niño South Oscilation) que en gran parte de nuestro territorio tiene un impacto negativo (o positivo!) sobre las precipitaciones, la señal indica que continuamos transitando la fase neutral del evento y continuaría así durante toda la campaña. Sin embargo, el último informe del IRI (International Research Institute for Climate and Society) indica que son altas las chances de debatirnos entre una fase fría del evento (La Niña) y continuar en la neutralidad (Figura 8). En definitiva, veamos qué ocurre en unos meses, con la campaña ya avanzada, porque hoy no es un indicador claro y tenemos agua en el suelo por un tiempo al menos.

Fuente: Servicio Meteorológico Nacional: Pronóstico Climático Trimestral, 29 de agosto de 2025.
En resumen
La condición del fenómeno ENSO para la campaña agrícola que estamos transitando es “neutral” y esto no nos asegura tener precipitaciones: ni en volumen ni en cantidad de eventos. Dependeremos de otros forzantes atmosféricos que interaccionan entre sí para dar origen a masas de aire húmedas que puedan desencadenar precipitaciones (y a esperar que esos eventos que puedan ocurrir se distribuyan de manera adecuada en el tiempo, de manera de poder aprovecharlos en su totalidad). El pronóstico trimestral del SMN, indica que en el mediano plazo habrá precipitaciones por encima de lo normal en una porción muy pequeña de nuestro país, mientras que se espera que en una región más importante las precipitaciones estén dentro de lo normal para la estación meteorológica que transcurrimos. En el corto plazo: bueno, hay pronósticos que apuntan a un inicio de primavera astronómica muy cargado de agua, y otro pulso con misma cantidad de agua una semana después. Veremos si esta tendencia continúa, pero de ser así la zona núcleo maicera estaría con mucha agua nuevamente. Agronómicamente, donde la humedad es suficiente, ya comienzan a observarse enfermedades en los cultivos de fina, hay “piso” así que a proteger los cultivos!

Fuente: Servicio Meteorológico Nacional: Pronóstico Climático Trimestral, 29 de agosto de 2025.
Por eso como siempre, monitorear en campo, ajustar estrategias según disponibilidad hídrica real, y seguir de cerca los pronósticos de corto y mediano plazo, sigue siendo la mejor jugada ya que recopilar DATOS para la construcción de estadísticas que junto al análisis de pronósticos (a mediano y corto plazo) ayuden a tomar mejores decisiones. Porque parece que se viene más agua y qué estrategia tenemos pensada para aprovecharla de la mejor manera?

Este artículo muestra sólo un pantallazo general de lo que puede ocurrir y debe seguir ajustándose a medida que la campaña avance, contando con mayor certeza en los indicadores. En una escala temporal menor (por ejemplo, mensual) podría ocurrir que llueva más de lo que el pronóstico trimestral indica (como ocurrió en lo que va de este mes) por lo que estemos atentos a los pronósticos de corto plazo (7-15 días). La atmósfera es caótica y dinámica y las previsiones climáticas que acá presentamos se refieren a condiciones medias durante el periodo analizado, por lo tanto, no contemplan la ocurrencia de eventos puntuales tanto en la escala intra-estacional como en una escala espacial menor a la regional.
