Por: Doctor en Medicina Veterinaria y Medico Veterinario
Mario Muñoz Cobeñas
Se estima que el 20% del ganado es afectado por la garrapata y según los especialistas se pierden entre 40 y 50kg por animal. En el NOA, NEA y el Litoral argentino llegan a generarse pérdidas de hasta U$S180.000.000 sobre el potencial productivo de las regiones. Aquí brindamos un informe sobre cómo poder combatir este parasito y la situación actual en el país.
En otros países el problema también está dimensionado, por ejemplo en los Estados Unidos se estima que el ahorro anual como consecuencia de la erradicación de la garrapata es de 1000 millones de dólares/año.
Una hembra de garrapata pone hasta 3.000 huevos, una larva puede sobrevivir hasta 7 meses en invierno y 2 en verano, un bovino puede estar infectado por varias decenas de garrapatas, cada garrapata extrae 3 cm3 de sangre por día provocando una disminución del peso corporal de 0.3 a 1 gramo, en nuestro país el impacto económico (sumando prevención mas tratamiento y perdidas) es de 180 millones de dólares/año, el costo del ítem sanidad del rodeo no supera el 10% como porcentaje del costo directo total de un proceso de invernada.
Además de la pérdida del peso corporal, hay que sumar las pérdidas económicas adicionales tales como la mayor susceptibilidad de los animales parasitados a otras enfermedades, la menor fertilidad observada en rodeos parasitados y, finalmente, el mayor tiempo que se necesita para la “terminación de un animal para faena”.
Entre los daños que pueden provocarse a causa de este mal, encontramos:
- La transmisión de agentes patógenos que pueden conducir a enfermedades agudas, crónicas e incluso provocar la muerte por la presencia de hemoparásitos (Tristeza bovina).
- Lesiones por la acción de sus piezas bucales en la piel, también inducen a efectos tóxicos por las enzimas y neurotoxinas que contiene la saliva, inhibidoras de las funciones de la inmunidad.
- Debilitamiento y anemias al consumir grandes cantidades de sangre.
- Deterioro de los cueros a causa de las perforaciones producidas por las picaduras.
- Contaminaciones secundarias por la presencia de bacterias, micosis dermales y larvas de moscas (miasis).
Como consecuencia, ocurre retardo en el crecimiento en los animales jóvenes, baja conversión de alimentos en carne o leche de los vacunos en producción, y dificultad en la aclimatación de las razas especializadas.
En las zonas tropicales, con lluvias regulares, alta humedad y clima cálido, se dan las condiciones óptimas para el desarrollo de varias generaciones de garrapatas por año, de modo que la plaga se hace sentir constantemente.
En regiones subtropicales, caracterizadas por temporadas de lluvias y sequías, la intensidad de la plaga es fluctuante. Un auge de las infestaciones se presenta cada vez que, después de un período de condiciones climáticas adversas, sobreviene una temporada calurosa y húmeda. Es en ese momento que se produce una explosión con invasión masiva de larvas y ninfas de garrapatas.
En la Argentina existen delimitadas 3 zonas de acuerdo con la presencia de garrapata en los rodeos bovinos. Zona indemne: Es donde se haya ejecutado y comprobado la erradicación del R (B) microplus en todos los establecimientos y/o exista un porcentaje menor al 1% de campos interdictados, en proceso de limpieza fiscalizados. Superficie: 29.140.200 hectáreas. Población bovina: 12.000.000 cabezas (97.000 establecimientos). Zona de erradicación: Los establecimientos se encuentran bajo cuarentena local y zonal en proceso de limpieza obligatoria, auditados por el estado. Superficie: 4.358.359 hectáreas. Población bovina: 2.108.030 cabezas (8.915 establecimientos). Zona de control: No es obligatoria la erradicación. Se adoptan medidas sanitarias tendientes a garantizar un nivel mínimo de saneamientos. Superficie: 74.196.800 hectáreas. Población bovina: aproximadamente 9.500.000 cabezas. Dispersión geográfica del R (B) microplus en Argentina: 1.082.329 Km2.
Según el Dr. Mario E. Muñoz Cobeñas actualmente no es posible erradicarla y “hay que mentalizarse que para este parásito continúe imponiendo sus condiciones biológicas en muchas áreas debiendo establecer estrategias de control para una equilibrada convivencia”.
Para lograr combatir este parásito se recomienda la realización de los tratamientos en los periodos más críticos de la enfermedad, es decir, entre los meses de septiembre y abril de cada año. Muñoz Cobeñas sostuvo que “los tratamientos deben ser preventivos/ curativos, y su periodicidad está relacionada con la acción farmacológica referida a su efecto residual dependiendo del comportamiento de cada formulado establecido en ensayos Oficiales a través del SENASA”.
Al preguntar al especialista, consultor externo del Laboratorio Agropharma Salud Animal S.A, nos comentaba que “Cuando hablamos con los productores que nos consultan, solemos hacer hincapié en los errores más comunes cometidos durante los tratamientos. Es por ello que recomendamos no hacer éstos en forma parcial, no dar dosis por debajo de lo indicado con el producto que se emplea (subdosificación), utilizar la vía de aplicación correcta (subcutánea, intramuscular, etc.), y usar todo el instrumental (jeringas, agujas) adecuadamente esterilizado. Los ahorros económicos generados en la mala administración de los tratamientos, terminan ocasionando pérdidas mayores”.
Para el tratamiento contra las garrapatas del bovino se aplican drogas cuyo espectro abarca a otros parásitos externos e internos. De hecho, el SENASA hace ya un tiempo aprobó para su comercialización, una nueva fórmula en base a ivermectina siendo el primer garrapaticida inyectable con poder residual absoluto (PRA) de 38 días para el control de este parásito.
Actualmente las ivermectinas son las protagonistas en muchos países del mercado de ectoparasiticidas (endectocidas), aunque debemos tener en cuenta que todavía se siguen usando los baños de inmersión, de aspersión y los tratamientos complementarios por derrame dorso lumbar.