ARGENTINA: UN PAÍS CAPAZ DE ABASTECER LA CRECIENTE DEMANDA DE ALIMENTOS
Con el objetivo de reflexionar acerca de cómo será el mundo globalizado de los Agronegocios y generar relaciones estratégicas que permitan aprovechar mutuamente las necesidades complementarias, se desarrolla el Simposio “Argentina y Asia en 2030: Estrategias en los Agronegocios para un Mundo en Desarrollo”.
Organizado por el Programa de Agronegocios y Alimentos y la Cátedra de Agronegocios de la Facultad de Agronomía de la UBA, expertos, empresarios argentinos y asiáticos, y funcionarios públicos nacionales e internacionales, comparten sus experiencias en el marco del evento que se realiza en la FAUBA entre el 7 y 9 de abril.
La apertura del encuentro -coordinado por representantes de las embajadas de China, Japón, Corea del Sur, Tailandia, India y Vietnam- estuvo a cargo de Fernando Vilella, Director del Programa de Agroalimentos de la FAUBA y Director del Simposio.
Vilella, afirmó que estos países representan el 40 por ciento de la población del planeta, y que hacia 2030 crecerán aún más. Por lo tanto, se convertirán en fuertes demandantes de alimentos. Sólo en Asia, mil millones de personas necesitarán ser alimentadas con producciones externas y sólo algunos países podrán conceder esos alimentos: América, Australia, Nueva Zelandia y Ucrania.
La Argentina no puede permanecer al margen de esta realidad. “La interpretación –dijo- es que estamos en el país adecuado, en el momento preciso”. De ahí la importancia de que el sector productivo, el empresario y el académico confluyan para generar estrategias que permitan desarrollar estas oportunidades de producción y comercio con vistas al futuro. Explicó que la demanda de alimentos tiene que ver con el crecimiento “gigantesco” de la población global y el tipo de dieta que consume.
“En China, la tendencia de los últimos 50 años es consumir aquellos alimentos que tienen mayor calidad nutricional. El consumo de legumbres bajó y los tubérculos cayeron, mientras que subió la ingesta de hortalizas, cítricos, carne y huevos. En tanto, la tendencia global marca una merma en el precio de los productos a razón de una tasa del 1 por ciento anual”.
Entre 1961 y 2010 “aumentó la producción de cereales, aparecen los organismos genéticamente modificados que en la Argentina, tienen actualmente, bajo nivel de toxicidad, y merced a los cambios sociales, la clase media pueda acceder a proteínas más baratas”.
Afirmó que “en un contexto mundial en el que la autosuficiencia restringe las posibilidades de desarrollo, la Argentina cuenta con las oportunidades que le otorga su geografía, para producir una diversidad de productos aprovechando el potencial de cada región y estimulando su crecimiento”.
Finalmente, precisó que “el aumento de la población implica que haya menos tierras para cultivar. Además, como los animales se crían con maíz y soja, la demanda crece y sólo puede cubrirse con biotecnología que posibilita una menor toxicidad y ahorro ambiental, constituyéndose en la única alternativa para alimentar al mundo. Pocos países tienen la posibilidad de cubrir la demanda. Y la Argentina, cuidando sus suelos, puede ser no el granero el mundo sino el supermercado”.