Pedro Vigneau: “Sé que estoy dentro de un equipo muy valioso”

Por Juan Carlos Grasa No queríamos una entrevista con perfil laboral, queríamos una con un marcado acento humano, y la logramos. Pedro Vigneau, en una charla intima, nos cuenta de sus comienzos, de su familia y de su presente al frente de Aapresid. Sereno, pero con las ideas y objetivos muy claros, nos permitió conocer […]
julio 25, 2016

Por Juan Carlos Grasa

No queríamos una entrevista con perfil laboral, queríamos una con un marcado acento humano, y la logramos. Pedro Vigneau, en una charla intima, nos cuenta de sus comienzos, de su familia y de su presente al frente de Aapresid. Sereno, pero con las ideas y objetivos muy claros, nos permitió conocer su ADN: compromiso y esfuerzo.

Pedro Vigneau, presidente de Aapresid.

Pedro Vigneau, presidente de Aapresid.

Contanos cómo llegaste a ser presidente de Aapresid, siendo Licenciado en economía

Comencé a estudiar una carrera de agro, con todas las dudas que uno tiene en la juventud y en la adolescencia, con una impronta de agronomía muy marcada en mi familia –soy 5ta generación de productores-  siempre con un perfil más ganadero que agrícola. Mis recuerdos de chico son en el campo andando a caballo. Estando en la facultad hubo un cambio en la economía del país, con procesos inflacionarios, y me di cuenta que había que empezar a producir y trabajar el campo de otra manera. Hablé con mi abuelo, un gran referente en la familia, muy patriarcal, generoso, fuerte; y le pedí alquilar un pedacito del campo, pero él me dijo que era todo o nada. Y así, a los 22 me hice cargo de la empresa familiar.

Si bien contabas con toda la garra que dan esos años de  juventud, calculo que no habrá sido un momento fácil en tu vida al haberte hecho cargo de  la empresa familiar.

Si, no fue fácil. Eso fue en el año 1992 y lo continuamos hasta el 2002. Época de mucha inundación y de enfrentar desafíos a diario, con cambios a nivel familiar, porque mi abuelo falleció a los 2 años de haber yo comenzado con el campo. Recuerdo que mi familia vendió una casa que teníamos en Buenos Aires y  mi madre deja la ciudad y se muda al campo, confiando en mí a pesar de la corta edad.

Cómo es que tu familia arranca su historia con el agro                                                                               

Mi tatarabuelo vino a la Argentina a trabajar de empleado, en una estancia, y este país le brindó todas las oportunidades  para crecer y desarrollarse, con trabajo y esfuerzo. Así logró las cosas en la vida. No había en aquella época, mejor actividad en el mundo para hacer que tener un campo en la pampa húmeda, un lugar con bondades climáticas, productivas y de desarrollo.

Y por qué motivo y en qué momento, se despierta esa voluntad tuya de pensar en los demás  acercándote a las organizaciones sociales y  teniendo una vida con más compromisos?

Sin dudas esta situación familiar hizo que de algún modo, yo me sienta en deuda con mi país, por eso, cuando se dio la posibilidad de devolver algo de lo mucho que mi familia recibió, lo hice, tratando de ayudar a quienes hoy no la están pasando bien y recordando a mi tatarabuelo, con la intención  de cerrar el círculo. Así es que comienzo a pensar en trabajar para el bien común, sabiendo que hay gente que no está bien, y reconociendo en ellos a mi tatarabuelo que en aquella época tuvo las oportunidades.

 

¿Cuál fue tu primer paso en el tema?

Empecé en Bolívar con un proyecto político, una fuerza nueva que estaba creciendo pero nos chocamos con la lógica política; luego traté de entrar en la Sociedad Rural donde tampoco tuve mucha suerte porque no encontré a los interlocutores validos; y luego desembarqué en Aapresid, armando una regional,  donde  me sentí valorado, escuchado, porque era un lugar donde lo que uno opinaba se tenía en cuenta.

¿En qué cargo te tocó vivir el conflicto de la 125?

El conflicto del 2008 me encontró siendo presidente en esa  regional, y creo que en ese momento quienes integrábamos este nodo nos dimos cuenta que era necesario dedicarle más tiempo y energía a lo público, por el bien común de muchos.

Si bien ese conflicto fue una bisagra y hubo cambios, los procesos históricos llevan tiempo

Sí, claro, fijate que en 1810, luego de las invasiones inglesas, nos dimos cuenta que podíamos,  luego de 6 años nos independizamos; más tarde se promulga la Constitución, en fin, son hechos que llevan mucho tiempo. Creo que el conflicto del 2008, sin ánimos de hacer un paralelismo, nos sirvió para darnos cuenta que la sociedad se podía “plantar” fue un ejercicio con mucho crecimiento cívico de un grupo muy grande de personas. De esa época, tengo amigos que hoy han llegado a ser intendentes, y la realidad de poder concretar sueños es muy alentadora para muchos. Tengo esperanza de poder ver los cambios sin quedarnos en la frase “que lo vean nuestros nietos”. Hoy los procesos de cambios se aceleran más que antes.

Tenes amigos intendentes y  vos estas liderando una de las entidades más prestigiosas de la Argentina. ¿Qué reflexión te merece?

Ser presidente de Aapresid no significa liderar en forma personal a la entidad, hoy la realidad es tan compleja que es necesario el equipo, la sinergia, la unión de diferentes puntos de vista. Como ejemplo la nombro a “Pilu” que pudo haber sido nuevamente nombrada presidenta y sin embargo, decidió hacerse a un lado y tomar otros rumbos. Es un mensaje que queremos dar y subrayar,  la inteligencia colaborativa donde no haya verticalismo es mucho más sólido y potable, porque cuantas más cabezas piensen mucho mejor nos tiene que ir, porque siempre es mejor el grupo que el individualismo.

En realidad así se ve de afuera en esta etapa, donde no se asoma una figura fuerte, como en otros tiempos,  sino un grupo de gente trabajando

Es así, sé que estoy dentro de un equipo muy valioso, y que solo no voy a ningún lado. Cada quien debe aportar lo mejor que tiene para generar empatía y pertenencia,  con el equilibrio de saber que somos  parte de algo más grande que es el país, la Argentina. Hay quienes creen que la institución va delante del país.

Perteneces a una generación que vivió prácticamente toda su vida en democracia. Me gustaría saber cuál es tu sueño de país

Creo que “el” desafío de nuestra generación es encontrar un sueño común que nos incluya a todos los argentinos y que de alguna forma empiece a sanar esta grieta que creo tiene siglos. Es importante que quien no comparta nuestras ideas este incluido en nuestra vida, es tan argentino como uno, todos con los mismos derechos.

¿Cómo estás viviendo la etapa post-Kirchnerismo?

Creo que el kirchnerismo nos dejó la década del aprendizaje. No todos fueron errores, algunas cosas fueron positivas y quizá mucha gente se enamoró de esas pequeñas cosas bien hechas porque de alguna manera marcaron su vida, eso hay que entenderlo porque es la manera de sanar. No todo es blanco o negro, hay también muchísimas gamas de grises que hay que tener en cuenta, sobre todo si tenemos claro que el objetivo es incluir. Hay que aprender de ese proceso tratando de no tropezar con la misma piedra.

El círculo virtuoso en las sociedades debería tratar de ser logrado para ir creciendo con el paso del tiempo

Hay un libro muy interesante que se llama “Mejor que la mayoría” de Lawrence Susskind, profesor de MIT, y es muy interesante porque plantea que las resoluciones que se toman en base a la voluntad de la mayoría, ha demostrado no ser la salida ideal. La democracia es la manera más interesante para vivir, con 3 poderes que se auto-limitan, y es la forma más perfecta dentro de nuestra  imperfección para generar convivencia, gobernanza, orden etc.

Lo que el libro nos cuenta es que cuando esa mayoría gana, la minoría se pone mal, y el método MIT lo que propone es apuntar al gris, para que lo que se logre sea mejor que la mayoría; que tiene que ver con ceder, con no tener todo lo que quiero, y con que la otra parte esté en iguales condiciones que yo. La diversidad genera riqueza, confianza.

 Una reflexión final

Necesitamos liderazgos positivos que nos generen esperanzas, ejemplos hay. El diálogo interreligioso es uno clarísimo. Acá se ven los cleros conversando de verdad y no para la foto, lo mismo sucede con la producción sustentable.

Con 200 años todos quienes integramos este país, deberíamos reflexionar sobre estas cuestiones, para que muchos bisabuelos tengan la oportunidad que tuvo el mío, que con trabajo y esfuerzo ha logrado todo lo que tuvo en su vida.

 

 

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