Ing. Agr. Matías Cambareri -Caburé –
Independientemente de la religión que cada lector profese, el recurso hídrico que tanto escasea en prácticamente todo el país, será como agua bendita para los cultivos que reciban las posibles y escasas lluvias que en los próximos días puedan ocurrir; sea por el estado de los cultivos implantados, así como por el crecimiento y desarrollo de aquellos por implantar.
Con casi un mes de iniciada la primavera astronómica, recién es en esta última semana donde empezaron a aparecer algunas de esas lluvias que trajeron agua bendita. Luego de un invierno que dejó muy poco de recarga en el perfil y un septiembre demasiado seco para prácticamente todo el país (exceptuando el sur de la Provincia de Buenos Aires, en el resto del país la lluvia estuvo por debajo de lo normal para el mes), el agua será un recurso limitante en muchas regiones.
En términos numéricos, la precipitación acumulada durante el mes de septiembre (Figura 1) estuvo por debajo de lo normal y dependiendo de la región, llegó a ser incluso el 5% de la precipitación acumulada normal de septiembre (centro del país).
De la extensa red de estaciones pluviométricas con las que cuenta Caburé (www.cabure.com.ar), sólo el 4% de ellas (alrededor de 30 puntos de medición) tuvieron una precipitación acumulada mayor a 50 mm. En la Provincia de Misiones, se dio la mayor cantidad de días con precipitación superior a 10 mm (4 días; en San Vicente) y en la misma Provincia, pero en Posadas, se dieron los valores más altos de precipitación acumulada llegando a los 180 mm. Sin embargo y en términos más generales, septiembre fue un mes completamente seco y las pocas reservas existentes en algunos sitios afortunados, fueron consumiéndose, haciendo que el nivel de agua en el suelo se reduzca más, determinando en muchas partes del país que el agua sea nuevamente un recurso limitante.
A pesar de ese septiembre tan seco, en los últimos días de octubre (comenzando la segunda quincena específicamente), ocurrieron algunas lluvias afortunadamente, por lo que el nivel de agua en el suelo mejoró un poco y la foto que actualmente tenemos del contenido hídrico es algo más alentadora. Superficialmente, que es lo que rápidamente está disponible para evaporación (primeros 10 cm; Figura 2), puede observarse alguna limitante fundamentalmente donde no ocurrieron precipitaciones en los últimos días (colores más rojizos); mientras que en profundidad (Figura 3), los niveles de agua en el suelo están entre adecuados a abundantes (más del 50% de agua útil en el perfil), en la Mesopotamia y adecuados en el norte del país y sur de Buenos Aires. El centro del país, si bien tuvo algunas precipitaciones, aún sigue con escaso nivel de agua en el suelo, determinando cierto estrés hídrico en los cultivos implantados.
Esta “foto” del nivel de agua en el suelo, mucho mejor a la que se observaba al finalizar septiembre, junto a los pronósticos a largo plazo, nos permitirán realizar un correcto análisis para tomar las mejores decisiones en nuestro sistema productivo. Como la evolución del nivel de agua en el suelo puede ser estimada a partir de un balance entre la “demanda” (de la atmósfera o del cultivo una vez implantado) y la “oferta” de agua (precipitaciones), conociendo cuál es la tendencia a largo plazo (más allá de los 30 días) de las variables determinantes, puede predecirse de forma aproximada su comportamiento.
Con distintos niveles de probabilidad de ocurrencia, el pronóstico trimestral elaborado por el Servicio Meteorológico Nacional (SMN) ayuda a dilucidar cómo serán las condiciones de oferta (precipitaciones) y demanda (evapotranspiración, determinada en parte por la temperatura del aire) que hacen al balance de agua en el suelo, durante los próximos meses. El pronóstico trimestral del SMN para el próximo trimestre de octubre-noviembre-diciembre indica: (i) mayor probabilidad (45-55%) de tener temperatura media superior a la normal sobre todo el centro y norte del país, con mayores chances en Córdoba, este de San Luis y sur del Litoral; (ii) mayor probabilidad (40-45%) de tener una temperatura media normal o superior a lo normal hacia el este de la Patagonia y (iii) mayor probabilidad de tener temperatura media normal hacia el oeste y sur de la Patagonia (Figura 4). Esto significa que la temperatura media del trimestre mencionado sería al menos 0,5 °C mayor a los valores de temperatura media que observamos en la Figura 5.
Por lo tanto, como gran parte de la demanda atmosférica está asociada a la temperatura, es esperable que la evapotranspiración acumulada en este período sea mayor a lo normal en prácticamente todo el país y debemos pensar en estrategias (si aún no lo hicimos) que ayuden a conservar el agua o bien, a conocer que nuestros cultivos sufrirán estrés hídrico durante este período de no existir precipitaciones que compensen la pérdida de agua por evapotranspiración.
Por otro lado, las precipitaciones acumuladas para el próximo trimestre octubre-noviembre-diciembre) tienen mayor probabilidad de estar (i) por debajo de lo normal (45-50%) sobre la Provincia de Córdoba, este de San Luis, sur del Litoral, norte y este de Buenos Aires; (ii) dentro de lo normal o por debajo de lo normal (40-45%) sobre el norte del Litoral, Formosa, Chaco, Santiago del Estero, este de Salta, La Pampa, sudoeste de Buenos Aires y región de Patagonia y (iii) dentro de lo normal (>40%) sobre el NOA y Cuyo (Figura 6).
Es decir que se esperan, dependiendo de la zona, varios milímetros menos (acumulados en los tres meses) a los presentados en la Figura 7. Así, el balance hídrico atmosférico (diferencia entre la demanda atmosférica y las precipitaciones) tendería a ser negativo en prácticamente todo el país, por lo que es probable que nuevamente las restricciones hídricas estarán a la orden del día para nuestros cultivos.
Con respecto a la actualización del fenómeno ENSO (El Niño South Oscilation) que en gran parte de nuestro territorio tiene un impacto negativo (o positivo!) sobre las precipitaciones, estamos transitando la fase neutral del evento y cambiaría a la fase fría del evento para los próximos dos meses (La Niña), para luego volver a presentarse la condición neutral (Figura 8). Si bien esto puede resultar un alivio (que sea corta la duración del evento La Niña), recordamos que un evento neutral presenta más variabilidad en las precipitaciones, con lo cual los eventos pueden ser más impredecibles. Independientemente de eso, al menos ya tenemos el pronóstico trimestral que indica que en los próximos 3 meses al menos, las precipitaciones estarán en general por debajo de lo normal.
En resumen
El fin de la campaña de fina y el transcurso de la campaña gruesa se dará bajo las fases fría y/o neutral del fenómeno ENSO y el pronóstico en el corto/mediano plazo indica que el agua será una limitante en los próximos meses. El pronóstico trimestral del SMN, indica que escasearán las precipitaciones en prácticamente todo el territorio argentino y casi sin agua en el suelo ya, sólo resta saber cuán importantes serán las deficiencias.
Utilizar la agrometeorología como una herramienta más que permita maximizar el uso del agua, haciendo economía del recurso hídrico es siempre clave. Como siempre, recomiendo hacer monitoreo de las condiciones actuales -una estación meteorológica sería lo ideal-, analizar los pronósticos (a mediano y corto plazo) y recopilar DATOS para la construcción de estadísticas que ayuden a tomar las mejores decisiones.
Este artículo muestra sólo un pantallazo general de lo que puede ocurrir y debe seguir ajustándose a medida que la campaña avance, contando con mayor certeza en los indicadores. En una escala temporal menor (por ejemplo, mensual) podría ocurrir que llueva más de lo que el pronóstico trimestral indica por lo que estemos atentos a los pronósticos de corto plazo (7-15 días).
La atmósfera es caótica y dinámica y las previsiones climáticas que acá presentamos se refieren a condiciones medias durante el periodo analizado, por lo tanto, no contemplan la ocurrencia de eventos puntuales tanto en la escala intra-estacional como en una escala espacial menor a la regional.