Informe técnico
Juan Pablo Vélez – AGDI Agroeficiencia (www.agdi.ar) y equipo (Andres Marcelo Perez, Alejandro Moroni, Clara Barrionuevo)
Santiago Tourn – Mecatech Agroconsultora (www.mecatech.com.ar) y equipo de Mecatech (Emiliano Ladreche, Enzo Moriones Heber Raggio, Juan Manuel Goyeneche, Florentina Razetto y Santiago Bazterrica).
La infestación de los cultivos de maíz con chicharrita (Dalbulus maidis) ha sido exacerbada por diversos factores, como la presencia de maíz guacho producto de lotes abandonado debido a bajos rendimientos debido a sequia o pérdidas en la cosecha, que sumado las siembras escalonadas, causadas por las precipitaciones escasas y su alta dispersión en el tiempo, han propiciado un aumento sin precedentes en la población de la chicharrita, infectando las plantas de maíz con el complejo de achaparramiento en diferentes etapas de desarrollo.
Por ello, el maíz presenta una amplia variedad de síntomas, como
- Menor crecimiento y deformado de las plantas (Figuras 1 y 2) debido a cambios hormonales y múltiples espigas cuando la infección se produce en las primeras etapas del cultivo, y en cultivos en los que la infección se produjo en estadios avanzados se observa un menor crecimiento o plantas de altura normal pero que muestran alteraciones en su coloración o un desarrollo más lento debido a que este complejo obstruye el xilema donde se transportan los carbohidratos esenciales para el crecimiento.
- Muerte repentina de plantas, la variabilidad en el tamaño de las espigas, espigas mal granadas (Figura 3), alta variabilidad de tamaño de granos, la presencia de semillas chuzas que interrumpen el ciclo de crecimiento, así como casos de podredumbre y vuelco de plantas o susceptibles a vuelco, plantas débiles.
Estas manifestaciones varían en su gravedad, desde lotes con un porcentaje de plantas afectadas hasta lotes totalmente comprometidos. Es importante señalar que estos efectos podrían agravarse en las próximas semanas, especialmente en siembras tardías donde los cultivos aún no han completado su ciclo.
Es previsible que, ante la presencia de estos síntomas en los cultivos destinados a la cosecha, la regulación precisa de la maquinaria empleada se convierta en un aspecto crítico. Resulta fundamental ajustar minuciosamente dicha maquinaria con el fin de garantizar una recolección eficaz y minimizar las pérdidas. Por ende, se sugiere seguir las siguientes recomendaciones para la adecuada regulación de la cosechadora:
Ojos a la maquinaria de cosecha
- Inspección previa estática del cabezal
Antes de comenzar la cosecha, en un lugar cómodo y con herramientas, se debe inspeccionar el estado del cabezal. En primer lugar, que todas las chapas espigadoras estén en buen estado y con una distancia similar entre surcos. Luego, ajustar las chapas espigadoras a un mínimo de 25 mm (moviendo la chapa fija) y asegurarse que el control de la chapa móvil esté funcional. Por otro lado, revisar estado de los rolos, es sumamente necesario que los rolos traccionen efectivamente la planta.
2. Ajustes del cabezal en el lote:
- Altura de corte y ángulo: Ajustar la altura de corte a las plantas más bajas, las más afectadas por la chicharrita. Si la percha del cabezal es móvil, se recomienda comenzar con un ángulo de entre 10 y 15° e ir ajustando según la situación. La posición horizontal del cabezal puede no asegurar la captación de todas las plantas.
- Ajuste de sincronía entre la velocidad de avance de la cosechadora y la velocidad tangencial del cabezal. Ante situaciones de maíz afectado con plantas caídas o muy débiles, es necesario bajar la velocidad de avance para poder captar con precisión las espigas, esto puede generar que el cabezal resulte demasiado agresivo al bajado de las plantas y el espigue suceda en la parte delantera de las chapas espigadoras. En consecuencia, existe alta probabilidad de que se pierdan espigas o bien se desgranen al tocar los rolos en la entrada de las chapas. En estos casos, bajar las rpm del mando de la cosechadora, si es posible, sino modificar la relación de engranajes del cabezal. Cómo guía, la velocidad del cabezal admite aproximadamente +-1,5 km de velocidad de avance, es decir, si la velocidad tangencial es 6 km/h, la máquina podría marchar entre 4,5 y 7,5 km/h sin verse afectado la posición de espigue (sin modificar la altura de corte). Figura 6.
- Ajuste apertura de chapas espigadoras: se debe buscar captar todas las espigas que justifiquen su recolección, dado que pueden encontrarse espigas muy afectadas, chicas y mal granadas y si su proporción no es muy alta, no justificaría su recolección. Pero si la proporción es alta, por ejemplo, mas de un 20% la apertura mínima de 25 mm entre chapas puede asegurar captar casi la totalidad de espigas, siempre que no se atoren los tallos más gruesos. Figura 7.
3. Ajuste de sistemas de trilla, separación y limpieza en el lote
La trilla del maíz no es compleja, menos aun con los sistemas axiales que se utilizan actualmente, sin embargo, ante situaciones de plantas volcadas o de diferentes alturas, es probable que cuándo se recolecte las espigas algunas plantas entren al sistema de trilla.
El aumento del material no grano que ingresa en la cosechadora genera mayormente pérdidas por rotor, dado que gran parte del material pasa por el sistema de separación de la máquina y una proporción de granos no llegan a migrar entre el material, por ello, es importante trabajar con cóncavos de alto colado y no trabajar con bajas vueltas de rotor. Se debe lograr el agitado del material para que los granos que no colaron en la sección de trilla lleguen a migrar en la sección de separación.
4. Monitoreo constante
Durante la cosecha, mantén un monitoreo constante de la calidad del trabajo realizado por la cosechadora. Prestar especial atención a la cantidad de granos dejados en el campo y ajusta la configuración de la maquinaria según sea necesario (Figura 8).
5. Capacitación del personal
Capacitar al personal encargado de operar la cosechadora para que estén familiarizados con las técnicas de regulación específicas para campos afectados por el achaparramiento del maíz. Esto ayudará a maximizar la eficiencia de la cosecha y a reducir las pérdidas.
Los efectos del complejo de achaparriento, dependiendo del grado de afección representara una pérdida económica cuantiosa para el productor, pero también representa una pérdida significativa de datos provenientes de ensayos y relevamiento con mapas de rendimiento, datos invaluables que nos brindan conocimiento y ayudan a la generación de nuevas tecnologías de insumos, procesos y manejo.
Es importante tener en cuenta que, en caso de utilizar un monitor de rendimiento e debe analizar si el mapa resultante puede considerarse para gestiones futuras y para el diseño de estrategias de agricultura de precisión, ya que, en caso de alto grado de afección del cultivo por este complejo, el monitor estará sesgado por el efecto de la enfermedad.
En resumen
La complejidad del achaparramiento del maíz y la diversidad de situaciones en las que se encuentra el cultivo presentan desafíos considerables tanto para la regulación de la maquinaria de cosecha como para la evaluación de variables de manejo, suelo y ambiente debido al enmascaramiento de los efectos de la enfermedad. Abordar eficazmente estas cuestiones requiere un enfoque individualizado y un alto nivel de experiencia técnica.