Ing. Agr. Matías Cambareri – Caburé –
Luego de pasar un diciembre con buenas precipitaciones acumuladas, empezamos un 2024 con un enero prometedor en términos de precipitaciones, que lamentablemente en algunos casos puntuales hasta llegó a ser preocupante (por la abundancia de agua en cortos períodos de tiempo y de eventos asociados a granizo).
Sin embargo esto duró unos 10 días, ya que la segunda parte de este mes se presentó con escasas precipitaciones, determinando un enero en términos generales, con precipitaciones por debajo de lo normal, exceptuando el centro-sur de Córdoba y las Provincias de San Luis y Corrientes, con valores de precipitación que estuvieron entre 30 y 200 mm por encima de lo normal (Mesopotamia). Así, la precipitación acumulada durante el mes de enero, terminó siendo menos de lo esperado, con algunos puntos destacados como Goya (Corrientes) donde el acumulado en este período fue de 355 mm (Figura 1).
De la extensa red de estaciones pluviométricas con las que cuenta Caburé (www.cabure.com.ar), se obtuvo que en enero, sólo el 36% de las estaciones meteorológicas (unos 280 puntos de medición) tuvieron una precipitación acumulada mayor a 100 mm. En Río Cuarto, en la Provincia de Córdoba, se dio la mayor cantidad de días con precipitación superior a 10 mm (8 días) y en 3 de esos días, la precipitación fue superior a 30 mm.
La escasa recarga del perfil de suelo del mes de enero, fue sin embargo contrarrestada por buenas precipitaciones que comenzaron a ocurrir en los últimos días de febrero y esto se ve reflejado en los actuales niveles de agua en el suelo; que resultan ser adecuados en los primeros centímetros de suelo de toda la región pampeana y el norte del país (Figura 2).
Sin embargo, la temperatura más alta de lo normal que en parte genera una tasa de evapotranspiración mayor, haciendo que rápidamente se vaya agotando el agua en este estrato. En cambio, en profundidad (Figura 3) porción donde está el agua que realmente es aprovechada por los cultivos y que no está fácilmente sujeta a la evaporación directa, los niveles de agua en el suelo son entre adecuados y hasta abundantes en algunas zonas (más del 70% AU), significando muy buenos niveles hídricos para los cultivos (fundamentalmente aquellos que aún se encuentran en su llamado período crítico de determinación del rendimiento).
La gran mayoría de los cultivos de gruesa implantados están desarrollándose, actualmente, bajo muy buenas condiciones, ideales para que de no mediar ningún hecho extraño se alcancen buenos rendimientos. aunque el panorama comienza a mejorar. Por lo que hacemos un paréntesis de meteorología acá y recomendamos seguir de manera exhaustiva los cultivos, ya que en algunos casos se encuentran estresados y de no realizar los tratamientos adecuados, las pérdidas pueden ser considerables.
Esta “foto” actual del agua en el suelo junto a los pronósticos a largo plazo, nos permitirán realizar un correcto análisis para tomar las mejores decisiones en nuestro sistema productivo.
Como la evolución del nivel de agua en el suelo puede ser estimada a partir de un balance entre la “demanda” (de la atmósfera o del cultivo una vez implantado) y la “oferta” de agua (precipitaciones), conociendo cuál es la tendencia a largo plazo (más allá de los 30 días) de las variables determinantes, puede predecirse de forma aproximada su comportamiento.
Con distintos niveles de probabilidad de ocurrencia, el pronóstico trimestral elaborado por el Servicio Meteorológico Nacional (SMN) ayuda a dilucidar cómo serán las condiciones de oferta (precipitaciones) y demanda (evapotranspiración, determinada en parte por la temperatura del aire) que hacen al balance de agua en el suelo, durante los próximos meses. El pronóstico trimestral del SMN para el trimestre febrero-marzo-abril indica (i) mayor probabilidad (50-55%) de tener temperatura media por encima de lo normal en la región del NOA, Norte, Cuyo y sur de Patagonia; (ii) en el Litoral, Santa Fe, Córdoba y el centro y norte de Patagonia entre normal y superior a lo normal (40-45%) y (iii) normal (>=40%) en las provincias de Buenos Aires y La Pampa (Figura 4). Esto significa que donde tenemos mayor probabilidad de tener temperatura media por encima de lo normal, la temperatura media del trimestre sería al menos 0,5 °C mayor a los valores de temperatura media que observamos en la Figura 5.
Por lo tanto, como gran parte de la demanda atmosférica está asociada a la temperatura, es esperable que la evapotranspiración acumulada en este período sea normal en Buenos Aires y La Pampa y no se “pierda” más agua de lo normal, es decir que las reservas de agua podrían mantenerse de ocurrir precipitaciones que cubran la demanda por parte de los cultivos.
“Entre idas y vueltas, el fenómeno ENSO de esta campaña agrícola (“el Niño”) está dejando precipitaciones por momentos y si es que otros forzantes atmosféricos que interaccionan con este evento lo permiten, continuarían por unos meses más”
Por otro lado las precipitaciones acumuladas para el trimestre febrero-marzo-abril tienen (i) mayor probabilidad de estar por encima de lo normal (45-50%) sobre el sur del Litoral;(ii) mayor probabilidad de ser normal o superior a lo normal (40-50%) en el norte del Litoral, Santa Fe y Córdoba; (iii) mayor probabilidad de ser normal (>=40%) en el norte y este de la Patagonia y (iv) mayor probabilidad de estar por debajo de lo normal (45-50%) en NOA y oeste de la Patagonia (Figura 6).
En la franja central del país, no existe una categoría con mayor probabilidad de ocurrencia, por lo que debe considerarse la información estadística del trimestre. Es decir que para la Provincia de Buenos Aires por ejemplo, se esperan entre 400 y 200 mm, siendo 400 mm el caso más extremo en la zona norte (Figura 7). Por lo que aún nos faltarían algunos eventos más de precipitación que nos permitan finalizar de la mejor manera posible la gruesa y ya ir preparando reservas de agua para lo que vendrá.
Con respecto a la actualización del fenómeno ENSO (El Niño South Oscilation) que en gran parte de nuestro territorio tiene un determinado impacto sobre las precipitaciones, estamos transitando la fase cálida del evento y continuará así durante toda la campaña, bajando a una probabilidad del 75% para el trimestre marzo-abril-mayo (Figura 8). El Niño está trayendo precipitaciones aunque por momentos parecieran cortase esperemos que alcance para finalizar la campaña y dejar buenas reservas de agua en el suelo, ya que cada vez es más firme que la campaña próxima la situación será diferente.
En resumen
Entre idas y vueltas, el fenómeno ENSO de esta campaña agrícola (“el Niño”) está dejando precipitaciones por momentos y si es que otros forzantes atmosféricos que interaccionan con este evento lo permiten, continuarían por unos meses más. Este evento puede asegurarnos mayor humedad en la atmósfera y mayor cantidad de eventos de lluvia, pero hasta ahora no se vienen distribuyendo de manera adecuada en el tiempo (ni en el espacio), de manera de poder aprovecharlos en su totalidad. El pronóstico trimestral del SMN, indica que en el mediano plazo habría precipitaciones por encima de lo normal en una gran parte de la región pampeana, por lo que la humedad en el suelo no sería una limitante para alcanzar buenos rendimientos (en aquellos cultivos que sobrevivieron a los momentos de escases de agua y que resistan las plagas!). Utilizar la agrometeorología como una herramienta más que permita maximizar el uso del agua, haciendo economía del recurso hídrico es siempre clave. Como siempre, recomiendo hacer monitoreo de las condiciones actuales, analizar los pronósticos (a mediano y corto plazo) y recopilar DATOS para la construcción de estadísticas que ayuden a tomar las mejores decisiones.
Este artículo muestra un pantallazo general de lo que puede ocurrir y debe seguir ajustándose a medida que la campaña avance, contando con mayor certeza en los indicadores. En una escala temporal menor (por ejemplo, mensual) podría ocurrir que llueva más de lo que el pronóstico trimestral indica por lo que estemos atentos a los pronósticos de corto plazo (7-15 días). La atmósfera es caótica y dinámica y las previsiones climáticas que acá presentamos se refieren a condiciones medias durante el periodo analizado, por lo tanto no contemplan la ocurrencia de eventos puntuales tanto en la escala intra-estacional como en una escala menor a la regional.