Por Nicolás Razzetti
Salta fue la ciudad elegida por la Federación de Cámara Aéreas (Fearca) para desarrollar el 24º Congreso Latinoamericano de Aviación Agrícola del que participaron aplicadores de las más variadas zonas del país. El evento se desarrolló durante tres jornadas en las que se abordaron aspectos técnicos y legales. También se debatió sobre el impacto del uso de agroquímicos sobre la salud humana y el medio ambiente.
La población mundial crece de forma sostenida y se calcula que para el año 2035 alcanzará los 9.000 millones de personas, lo que incrementará la demanda de alimentos y de tierras para producirlos. También exigirá la obtención de rindes por hectárea cada vez más altos lo que obligará al uso de los productos fitosanitarios y agroquímicos adecuados. La producción argentina cuenta con maquinaria terrestre de primer nivel para lograr esos objetivos, y también con empresas de aviación agrícola de primera línea.
La aviación agrícola en nuestro país comenzó hace 86 años. Su primera aplicación fue el 12 de septiembre de 1927. En las primeras décadas fue el Estado el que tomó la posta, pero tras la segunda guerra mundial y con el auge de la industria química, la actividad tuvo un salto que hoy día le permite contar con 600 empresas y 1300 aviones que cubren todos los rincones del país. En Fearca estiman que 1 de cada 5 hectáreas sembradas son pulverizadas desde un avión, lo que implica que cerca de 7 millones de hectáreas reciben aplicaciones aéreas.
Orlando Martínez, vicepresidente de Fearca, destacó que en algunas actividades el uso del avión es mayor, por caso citó a la producción de azúcar, aunque cree que en esta campaña agrícola y debido a la gran cantidad de zonas afectadas por el exceso de lluvias crecerá la demanda de esta herramienta en la región pampeana. Martínez señaló que su utilización ayuda a reducir las pérdidas: “según un estudio del Inta, la pérdida por pisoteo o compactación a causa de la utilización de las maquinas terrestres es del 3%, pero hay otro informe hecho en Brasil en el que se destaca que pueden llegar al 7%”.
Por otra parte, Erminio Rodríguez, el presidente de Fearca, también consideró que este año será mayor la utilización del avión para atender el cuidado de los cultivos extensivos. “En algunas producciones como la de azúcar o bananas es una tecnología muy aceptada, pero también en regiones como Entre Ríos o en la zona central de la pampa húmeda – que este año se ve seriamente afectada por las inundaciones – se recurrirá más al uso del avión”.
Pese a que se estima una mayor demanda, no se espera un incremento en el valor del servicio que hacen estas empresas debido a la crisis de rentabilidad que sufren las diferentes actividades productivas. Rodríguez explicó que actualmente el valor por hectárea para las aplicaciones de productos líquidos es de u$s10/15 mientras que en el caso de los productos sólidos es de u$s25/50 por hectárea. “Son valores que nos permiten seguir en el mercado, aunque con una renta cada vez más ajustada”, destacó el titular de Fearca quien además indicó que en los últimos años los costos de la actividad tuvieron fuertes subas, entre las que destacó la de los combustibles y los repuestos.
Uno de los temas que causa mayor preocupación en las empresas del agro, es el embate de sectores que rechazan la utilización de agroquímicos, los denominados “ambientalistas”. En tal sentido Erminio Martínez señaló que se requiere de un marco legal que les permite encuadrar la actividad y le dé certidumbres sobre su funcionamiento a las empresas del sector”.
Desde Fearca consideran que la aplicación aérea es la forma más segura, rápida y económica de hacer los tratamientos requeridos, y es la herramienta menos agresiva para el medio ambiente. “Un avión o helicóptero puede realizar en una hora más de los que puede hacer en un día un equipamiento terrestre. Esto implica economía en el combustible, menor polución y el no pisar el cultivo ni compactar el suelo” explican desde la entidad.
XXIV Congreso Mercosur y Latinoamericano de Aviación Agrícola, realizado el 19 de agosto en Salta
En el discurso inaugural, Erminio Rodríguez, presidente de FEARCA destacó los tres ejes de la actividad: profesionalización, diálogo para el trabajo en equipo, e incorporación de tecnología. Manifestó que en esta última campaña, Argentina sembró 33 millones de hectáreas, de las cuales 15 son de soja, un cultivo al que se aplica 4 veces, y con el avión, nada menos que cuando se define su capacidad de rinde, por eso es una actividad básica para esta agricultura. “De la misma manera en que se aplican en los hogares, los fitosanitarios están avalados por las autoridades. Con el debido control, las aplicaciones disminuyen al mínimo el impacto ambiental”
Respecto del segundo punto, apuntó al dialogo y al trabajo en equipo. “Quiero invitar las distintas ONG ambientalistas para intercambiar ideas, escucharlos y llegar a un acuerdo consensuado para lograr nuestra tarea sin perjudicar a nadie”. También asistimos en el control de incendios. La nuestra es la tercera fuerza agroaérea del mundo, luego de EE.UU. y Brasil”, cuantificó.
“Nuestros aviones están equipados para aplicar de la manera más eficiente. Con todo esto podremos enriquecer nuestras prácticas. Debemos instruir a los políticos, que se deben informar correctamente, porque ellos son responsables que el país sea más productivo”.
Para Rodríguez, la influencia negativa de los Medios de Comunicación Social sobre la opinión pública, y la falta de conocimiento del tema generan rechazo a la actividad, por eso “debemos asumir la responsabilidad que nos toca en la difusión de la información”.
Finalmente, a la hora de analizar el impacto de las nuevas tecnologías, hizo hincapié en que los drones aplicadores son el futuro “y no podemos resistirnos. Al principio llegaron para darnos datos del lote con una estación meteorológica y chequear las condiciones, pero tarde o temprano haremos las aplicaciones con esos aviones. Propongo que quienes los manejen sean los pilotos agrícolas, tal como los cirujanos que manejan los robots. Propongo una ley que lo regule”.