Se avecina el cierre de listas y con ello se ensaya la velocidad de todos los movimientos que decidirán la vida de los argentinos al menos durante los próximos 4 años, pero seguramente más.
Por: Iván Ordóñez- Economista especializado en AgroNegocios –
Las elecciones pasaron de tener un escenario cierto en 2021 (triunfo de Juntos por el Cambio) a un panorama totalmente incierto con la información disponible hoy. Esto marca la dinámica de una economía exhausta por la emisión descontrolada de pasivos remunerados (LELIQs), pasivos no remunerados (base monetaria, billetes) por parte del BCRA y deuda denominada en pesos (pero atada a inflación o tipo de cambio) del Tesoro. En la balanza de pesos contra dólares la sequía dio un golpe mortal en favor de los pesos. Es muy importante ser tajantes: no faltan dólares, sobran pesos.
¿Dónde está el superávit comercial de más de 45 mil millones dólares que se generó desde 2020 a hoy? El superávit es después de pagar las importaciones. Es fácil la respuesta: dado que la ruinosa estrategia de canje de deuda de Guzmán hizo que nada se fuera a cancelar los compromisos del país, empresas e individuos compraron dólares para escaparse de pesos. Ya está. Se acabó la franela.
La oposición debe generar un gasto público pagable: no puede ser de 40% del PBI como “le gusta” al kirchnerismo, difícilmente vuelva a ser 22% del PBI como lo era antes del kirchnerismo. En esto los economistas tenemos poco para decir, es un trabajo de los políticos decidir y convencer a la sociedad de: a) qué bienes y servicios debe proveer o subsidiar el Estado y b) en qué cuantía debe hacerlo.
Del otro desafío inherente a la reducción del gasto también los economistas tenemos poco que aportar: la economía política y tiempos de las reformas; qué es posible hacer primero y qué después? lo urgente se combina con lo posible? cuáles son las batallas que políticamente deben darse primero para dar las señales correctas que encarará una verdadera transformación? cuáles funcionarios por responsabilidades y características personales son aquellos que deben darlas? cómo se forma la coalición parlamentaria que hace posible las reformas? esos no son saberes de los economistas, son los saberes de los profesionales de la política.
Para peor, son cosas sobre la que el grueso de la profesión entiende muy poco, y en general le da pereza discutir. Prefieren ensañarse con debates técnicamente más estimulantes, cómo la reforma monetaria, cambiaria o financiera.
“El desafío pasa porque el problema argentino no tiene nada que ver con lo que a los economistas los seduce, pasa por la tarea rutinaria y políticamente compleja de aunar voluntades”
Los argentinos debemos dejar de confiar en la macumba económica y exigir política seria, que debata nuestros verdaderos problemas y no pare hasta encontrar la solución. Solo así frenaremos la inflación y retomaremos la senda del crecimiento.