Por: Ing. Agr. (M. Sc.) Matías Cambareri – Responsable División Agrometeorólogía Caburé.
Como siempre, la incógnita de lo que nos deparen las lluvias comienza a resonar en nuestra cabeza y con ello aparecen preguntas como ¿Qué tan severo puede ser el evento La Niña ya confirmado? ¿En cuánto puede afectarnos el rendimiento de los cultivos de fina y qué estrategia utilizo en la gruesa?
Podríamos responder simplemente con: ser más eficientes con el uso del agua. Sin embargo, para poder cumplir con esto, debemos conocer un poco en qué situación estamos y cuándo debiéramos esperar que la situación sea más compleja, buscando estrategias de manejo que nos permitan “escapar” a ese momento.
El contenido de agua en el suelo, determinado por un balance entre la “demanda” (evapotranspiración de cultivo) y la “oferta” de agua (precipitaciones) es la variable agrometeorológica más importante en la determinación del rendimiento de los cultivos. Actualmente, el nivel de agua útil (aprovechable por los cultivos) resulta adecuado sólo en el sudeste de la Provincia de Buenos Aires. En el resto de la región productiva de nuestro país, el nivel de agua útil se encuentra por debajo del 50%, es decir que los cultivos se encuentran bajo restricción hídrica (Figura 1).
Si bien ya sabemos que este punto de partida de agua en el suelo no es la mejor condición, cuál puede ser su evolución en los próximos meses, nos daría una idea de si esto puede mejorar o no. A partir de pronósticos trimestrales (que presentan menos incertidumbre que un pronóstico mensual), podremos tener una idea de la condición en la que se encontrará el agua en el suelo y por lo tanto nuestros cultivos.
NDE
La demanda la analizaremos a partir de la temperatura media esperada para los meses de noviembre-diciembre-enero (NDE), debido a que es una de las variables determinantes de este proceso. El IRI (International Research Institute for Climate and Society, de la Universidad de Columbia) indica que tendremos un trimestre NDE con mayor probabilidad (60%) de tener temperatura media por encima de lo normal en toda la región central del país (Figura 2) e incluso en gran parte del territorio argentino. Es decir, que la temperatura media de ese período sería de al menos 0,5 °C mayor a los valores de temperatura media que observamos en la Figura 3, del Servicio Meteorológico Nacional (SMN).
Las precipitaciones que resultan ser la oferta de agua, es la variable más difícil de predecir. Sin embargo, el pronóstico trimestral del IRI indica que el trimestre NDE, tiene mayor probabilidad (40-60%) de ser más seco de lo normal (Figura 4) es decir que se esperan menos de 300-250 mm (Figura 5; dependiendo de la zona) para la región centro-este del país y mayor probabilidad de precipitaciones por encima de lo normal en el oeste del país. Viendo “el vaso medio lleno” la probabilidad de superar los 200 mm en toda la región pampeana está entre 70 y 90% (pronóstico probabilístico IRI; Figura 6).
Deficiencia hídrica
Ahora que tenemos toda esta información, podemos reafirmar lo que veníamos indicando hace un tiempo: de cumplirse este pronóstico trimestral, los cultivos podrían sufrir deficiencia hídrica importante en los momentos de determinación de rendimiento en la zona central del país, mientras que podrían tener una deficiencia más leve (o no tenerla) sur de la Provincia de Buenos Aires. Con este escenario, aquellos sistemas en los que se haya optado por un manejo conservacionista, con la correcta elección de fechas de siembra, densidades y materiales con mayor tolerancia a la sequía, podrían ser los que se destaquen.
Además, el fenómeno ENSO (El Niño South Oscilation), asociado a la ocurrencia (o no) de precipitaciones, está indicando que finalmente la probabilidad de que en el próximo trimestre (noviembre-diciembre-enero) y en el siguiente, se de la fase fría (evento La Niña) es elevada y superior al 80% en ambos casos (Figura 7), manteniéndose en esta fase durante todo el ciclo productivo.
En resumen, veamos el vaso medio lleno… si bien hoy tenemos poco nivel de agua en el suelo, es probable que no haya una buena recarga por parte de las precipitaciones y el fenómeno ENSO presentará su fase fría (NIÑA), ocurrirán precipitaciones que en casos de haber utilizado estrategias de manejo que maximicen el uso del agua, permitirán obtener una aceptable a buena producción en esta campaña. Como siempre indicamos, este pronóstico debe seguir ajustándose a medida que la campaña avance, contando con mayor certeza en los indicadores y necesariamente debe ser complementado con pronósticos en el corto plazo, debido a que no se contemplan eventos puntuales de menor escala (subestacional).